El día después de las protestas frente al Congreso: tensiones, acusaciones y debates en Argentina

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, acusó al kirchnerismo de orquestar un intento de golpe de Estado tras los violentos incidentes ocurridos el miércoles durante una movilización frente al Congreso. La protesta, convocada para reclamar por los haberes de los jubilados, derivó en disturbios que dejaron un saldo de destrozos, heridos y 124 detenidos, la mayoría de los cuales ya fueron liberados.

En una entrevista con Eduardo Feinmann en Radio Mitre, Francos apuntó directamente a la oposición: “Se les ocurrió la original idea de poner barrabravas a defender los derechos de los jubilados, y eso provocó los disturbios que vimos: una generalización de la violencia. Esta marcha estuvo organizada con el grito de ‘que se vayan todos’, lo que evidencia un intento de desestabilización, una especie de golpe de Estado”. Según el funcionario, el objetivo no sería solo cuestionar al Gobierno, sino derribarlo mediante el caos.

Una protesta que se salió de control

Lo que comenzó como una manifestación pacífica, habitual cada miércoles entre los jubilados, escaló rápidamente a un escenario de violencia. A diferencia de otras ocasiones, esta vez se sumaron barras bravas de clubes de fútbol y militantes políticos que chocaron con las fuerzas de seguridad. El saldo fue alarmante: destrozos en la vía pública, un fotoperiodista gravemente herido —quien lucha por su vida en el hospital Ramos Mejía tras recibir un impacto en la cabeza— y enfrentamientos que pusieron en jaque el orden público.

Desde el Poder Ejecutivo sostienen que la oposición aprovechó la causa de los jubilados como excusa para desestabilizar al Gobierno de Javier Gerardo Milei. “No encuentran argumentos sólidos para cuestionar a un gobierno que está buscando soluciones y que cuenta con el respaldo de la mayoría de los argentinos. Entonces, recurren a la violencia y a provocar una respuesta policial que, lógicamente, busca mantener el orden”, afirmó Francos.

Defensa del accionar policial y advertencias

El jefe de Gabinete respaldó enfáticamente a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el operativo de la Policía Federal. “Este tipo de manifestaciones no va a alterar el orden público. Los violentos que insistan en estas protestas serán reprimidos como corresponde”, sentenció. Según detalló, entre los manifestantes había individuos armados con pistolas, tumberas, armas blancas y piedras, lo que justificó la intervención policial. Además, anticipó que las fuerzas de seguridad están trabajando en identificar a los responsables para presentar denuncias formales.

“No se puede permitir que usen armas, arrojen piedrazos, rompan todo y dejen un tendal de daños bajo el pretexto de una manifestación”, argumentó Francos, subrayando la necesidad de establecer límites claros a la protesta cuando esta cruza la línea hacia la violencia.

Polémica por la liberación de detenidos

Un punto de fricción adicional surgió con la rápida liberación de la mayoría de los detenidos. Francos expresó su preocupación por la decisión judicial: “Si arrestan a 130 o 140 personas y a las pocas horas una jueza dice que estaban defendiendo derechos y los suelta, es muy difícil combatir la violencia organizada”. Para el Gobierno, esta celeridad judicial debilita la lucha contra los disturbios y envía un mensaje de impunidad.

La liberación fue ordenada por la jueza Karina Andrade, quien esta mañana dispuso la excarcelación de 71 hombres y 23 mujeres acusados de atentado y resistencia a la autoridad. En su fallo, la magistrada argumentó: “He analizado la información presentada y entiendo que las detenciones afectan un derecho constitucional fundamental como el de protesta, manifestación en democracia y libertad de expresión. En un contexto como el actual, donde se convocan sectores vulnerables como los adultos mayores, el Poder Judicial debe garantizar especial atención a estos derechos”. La decisión desató críticas desde el oficialismo, que ve en ella una contradicción con la necesidad de sancionar los excesos violentos.