El Congreso de EE. UU. aprueba la Ley de Protección de Falun Gong para combatir la cosecha forzada de órganos del PCCh

En un movimiento histórico, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó por unanimidad este 5 de mayo la Ley de Protección de Falun Gong (H.R. 1540), una legislación destinada a contrarrestar la brutal práctica de cosecha forzada de órganos perpetrada por el Partido Comunista Chino (PCCh) contra los practicantes de Falun Gong y otros prisioneros de conciencia.

Esta medida, calificada como un «golpe fatal» al régimen chino, marca un antes y un después en los esfuerzos internacionales para responsabilizar a Beijing por sus violaciones sistemáticas de derechos humanos.

Un proyecto de Ley con respaldo bipartidista

La Ley de Protección de Falun Gong, introducida por el representante Scott Perry (R-Pa.) y copatrocinada por 18 legisladores de ambos partidos, establece sanciones específicas contra aquellos que participen o faciliten la cosecha forzada de órganos en China. La legislación, que aún requiere la aprobación del Senado, prohíbe la cooperación de Estados Unidos con China en el sector de trasplantes de órganos mientras el PCCh permanezca en el poder. Además, impone sanciones que incluyen la prohibición de entrada a EE. UU., la revocación de visas, el bloqueo de propiedades y multas civiles de hasta $250,000, junto con penas criminales que podrían alcanzar $1 millón de dólares y hasta 20 años de prisión.

El representante Perry, en un discurso apasionado ante el Congreso, describió la ley como “el primer compromiso vinculante del Congreso para tomar medidas legales contundentes contra la persecución y la cosecha forzada de órganos de Falun Gong, un acto largamente esperado tras 25 años de abusos”. La legislación también exige que el presidente de EE. UU. presente una lista de personas extranjeras involucradas en estas prácticas dentro de los 180 días posteriores a la promulgación, con actualizaciones anuales, y requiere un informe sobre las prácticas de trasplantes en China, evaluando si la persecución a Falun Gong constituye una “atrocidad” bajo la Ley de Prevención de Genocidios y Atrocidades Elie Wiesel de 2018.

La Persecución hacia Falun Gong: Un Crimen de Lesa Humanidad

Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual de la Escuela Buda que combina ejercicios de meditación con enseñanzas morales basadas en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia. En la década de 1990, llegó a contar con entre 70 y 100 millones de seguidores en China, según estimaciones oficiales de la época. Sin embargo, en 1999, el PCCh, percibiendo su popularidad como una amenaza a su control autoritario, lanzó una campaña de represión brutal para erradicar la práctica. Desde entonces, millones de practicantes han sido detenidos, torturados, sometidos a trabajos forzados y, según numerosos informes, asesinados para extraer sus órganos.

En 2019, el Tribunal de China, con sede en Londres, concluyó tras una investigación independiente que esta práctica se llevaba a cabo “en una escala significativa” y que los practicantes de Falun Gong eran la principal fuente de órganos. La comunidad internacional, incluidos expertos de la ONU y el Parlamento Europeo, ha expresado su “extrema alarma” por estos actos, calificándolos como posibles crímenes contra la humanidad.

Un Llamado a la Acción Internacional

La aprobación unánime de la Ley de Protección de Falun Gong envía un mensaje claro al PCCh: la impunidad no será tolerada. La legislación no solo busca castigar a los responsables, sino también coordinar esfuerzos con aliados y organismos multilaterales para destacar la persecución de Falun Gong y frenar el comercio ilícito de órganos. Tres estados de EE. UU. —Texas, Idaho y Utah— ya han promulgado leyes que prohíben a las aseguradoras de salud financiar trasplantes de órganos en China, y la comunidad médica internacional está comenzando a rechazar colaboraciones con entidades chinas debido a la falta de transparencia en la procedencia de los órganos.

El Departamento de Estado de EE. UU., días después de la aprobación de una versión anterior de la ley en junio de 2024, instó al PCCh a permitir investigaciones independientes y transparentes sobre su sistema de trasplantes de órganos, exigiendo el cese de estas “acciones depravadas” contra prisioneros de conciencia.

Voces de las víctimas y esperanza para el futuro

Para sobrevivientes como Han Yu, una practicante de Falun Gong que perdió a su padre en 2004 debido a la persecución, la aprobación de esta ley es un rayo de esperanza. Han, quien escapó a EE. UU., recuerda el cuerpo de su padre cubierto de cicatrices y hematomas, evidencia de los abusos sufridos. “Esta legislación es un paso crucial para que el mundo reconozca y detenga estas atrocidades”, afirmó.

La Ley de Protección de Falun Gong representa un punto de inflexión en la lucha contra las violaciones de derechos humanos del PCCh. Al abordar directamente la cosecha forzada de órganos, un crimen que el representante Perry calificó de “bárbaro”, Estados Unidos reafirma su compromiso con la libertad religiosa y los derechos humanos. Si el Senado aprueba la ley y el presidente la firma, podría desencadenar un efecto dominó, inspirando a otras naciones a tomar medidas similares y desmantelando la percepción de impunidad del régimen chino.

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Redacción Mundo Libre
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