EE.UU. rechaza los cambios de la OMS a las normas sanitarias mundiales ante la pandemia

El gobierno de Estados Unidos oficializó este viernes su rechazo a las enmiendas adoptadas en 2024 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) al Reglamento Sanitario Internacional (RSI), un conjunto de normas legalmente vinculantes diseñadas para coordinar respuestas ante futuras pandemias. La decisión fue anunciada en una declaración conjunta del secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr.

Las enmiendas introducen una nueva categoría de “emergencia pandémica” y otorgan a la OMS facultades adicionales para declarar crisis sanitarias globales, coordinar respuestas internacionales y facilitar el acceso equitativo a vacunas y tratamientos durante futuras pandemias.

Rubio y Kennedy manifestaron su preocupación por el contenido y la forma en que se desarrollaron estas reformas, señalando que fueron elaboradas sin una participación pública adecuada y que amplían el rol de la OMS en temas que deberían ser competencia de los gobiernos nacionales.

“Estas enmiendas expanden el papel de la OMS en emergencias de salud pública, crean nuevas autoridades para la declaración de pandemias y promueven la capacidad de la organización para facilitar el ‘acceso equitativo’ a productos sanitarios”, señalaron en el comunicado.

Críticas al enfoque del nuevo reglamento

Según la declaración oficial, las enmiendas contienen terminología vaga y excesivamente amplia, lo que —en opinión de los funcionarios— podría derivar en respuestas internacionales que prioricen consideraciones políticas, como la “solidaridad”, por encima de acciones sanitarias eficaces.

Robert F. Kennedy Jr., quien ya había cuestionado previamente a la OMS durante su discurso ante la Asamblea Mundial de la Salud, reiteró que la organización no aprendió las lecciones del COVID-19 y criticó la falta de controles democráticos sobre su creciente poder.

EE.UU. también se desmarca del pacto pandémico

De forma paralela a las enmiendas del RSI, la OMS aprobó este año un nuevo pacto pandémico tras tres años de negociaciones, que compromete a los países firmantes a destinar un 20% de sus vacunas, tratamientos y pruebas a la OMS durante futuras pandemias, para su distribución en países con menos recursos.

Estados Unidos no está vinculado a ese acuerdo, ya que se retiró de las negociaciones tras la decisión del presidente Donald Trump, al asumir en enero, de iniciar el proceso formal de salida de la OMS.

Aunque la OMS ha declarado que ninguna de estas iniciativas afecta la soberanía nacional, Rubio y Kennedy afirmaron que el rechazo de EE.UU. responde precisamente a la necesidad de preservar su autonomía en materia de salud pública.

“Nuestra Constitución no delega la autoridad sanitaria a una organización internacional”, indicaron, al tiempo que enfatizaron que cualquier decisión que afecte a la salud de los ciudadanos debe pasar por mecanismos representativos nacionales.

Una tendencia bajo la lupa

Las reformas promovidas por la OMS han generado inquietud en distintos sectores que consideran que el organismo ha ampliado su mandato original hacia una estructura de coordinación sanitaria global que podría interferir con las políticas internas de los países. Si bien defensores del reglamento argumentan que se trata de mecanismos de cooperación frente a amenazas globales, críticos sostienen que hay un riesgo real de erosión de la soberanía nacional. La República Argentina, tampoco se ha adherido al tratado pandémico de la OMS y ha anunciado su retiro del organismo, que tarda al menos 12 meses en concretarse.

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Redacción Mundo Libre
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