EE. UU. comenzará a revocar visas a estudiantes chinos
Varias investigaciones han denunciado repetidamente las tácticas del PCCh para expandir su influencia global, incluyendo el uso de estudiantes y académicos para actividades de espionaje y transferencia de tecnología.

La administración de Estados Unidos, bajo el liderazgo del presidente Donald Trump, anunció nuevas políticas de visado que buscan priorizar los intereses nacionales frente a las influencias extranjeras, especialmente del Partido Comunista Chino (PCCh).
El secretario de Estado, Marco Rubio, informó que se revocarán de manera «agresiva» los visados de estudiantes chinos, particularmente aquellos con vínculos con el PCCh o que estudien en campos críticos como tecnología y ciencias. Esta medida, según Rubio, busca proteger la seguridad nacional ante las crecientes preocupaciones sobre la infiltración del PCCh en instituciones académicas estadounidenses.

Estas políticas podrían afectar a miles de estudiantes chinos, que en 2024 sumaban unos 277.000 en universidades estadounidenses, una cifra ya reducida desde el pico de 370.000 en 2019 debido a tensiones geopolíticas y restricciones previas. La administración argumenta que la seguridad nacional debe prevalecer, señalando que el PCCh ha utilizado el acceso a la investigación abierta en EE. UU. para eludir controles de exportación y leyes de seguridad.
El Departamento de Estado, en coordinación con el Departamento de Seguridad Nacional, también revisará los criterios de visado para aumentar el escrutinio de solicitudes provenientes de China y Hong Kong. Aunque no se han detallado los alcances exactos de las revocaciones, incluso un número limitado de cancelaciones podría interrumpir el flujo de estudiantes chinos que, desde finales de los años 70, han elegido EE. UU. por la calidad de su educación superior y como alternativa al competitivo sistema universitario chino.
La administración Trump también ha puesto el ojo en los intensos lazos entre universidades estadounidenses y el PCCh, especialmente la universidad de Harvard. Durante la primera administración de Trump, se tomaron medidas contra los Institutos Confucio, financiados por el gobierno chino, acusados de promover propaganda y reclutar colaboradores. Muchas universidades cortaron lazos con estos centros. Más recientemente, el Departamento de Estado suspendió nuevas citas para visados de estudiantes y visitantes de intercambio, según un cable interno reportado por Reuters.
Críticos como Yaqiu Wang, investigadora de derechos humanos que llegó a EE. UU. como estudiante, reconocen que el PCCh ha aprovechado la apertura académica para actividades cuestionables, pero advierten que medidas amplias podrían dañar la posición de EE. UU. como líder en innovación científica y afectar los derechos de estudiantes chinos que buscan contribuir legítimamente. Mientras tanto, el endurecimiento de las políticas de visado ha llevado a más estudiantes chinos a optar por universidades en Europa, y muchos graduados ahora regresan a China tras completar sus estudios.
La decisión llega en un contexto de rivalidad geopolítica que muchos analistas comparan con una nueva guerra fría, donde el PCCh enfrenta críticas por sus tácticas de infiltración, espionaje e influencia global. Aunque el impacto económico y académico de estas medidas aún está por verse, reflejan una postura clara de la administración Trump para contrarrestar la influencia del PCCh en suelo estadounidense.