EE. UU. amplía sanciones contra jueces brasileños y apunta al entorno de Alexandre de Moraes

El gobierno de Estados Unidos anunció este lunes la revocación de visas a seis ex y actuales funcionarios judiciales de Brasil, en el marco de la creciente tensión con el poder judicial de ese país. La medida llega tras la polémica condena del expresidente Jair Bolsonaro, sentenciado a 27 años de prisión bajo acusaciones de intentar un “autogolpe” después de perder las elecciones de 2022.
Entre los afectados se encuentran el actual procurador general Jorge Messias, el exprocurador José Levi, el exmagistrado electoral Benedito Gonçalves, el juez auxiliar del Supremo Tribunal Federal Airton Vieira, el exasesor electoral Marco Antonio Martin Vargas y el alto funcionario judicial Rafael Henrique Janela Tamai Rocha.
Todos ellos están vinculados, en distintos grados, con el juez del Supremo Tribunal Federal Alexandre de Moraes, figura central en el juicio contra Bolsonaro y considerado por sectores conservadores como símbolo del avance judicial contra la oposición. De Moraes ya había sido sancionado por Washington en julio bajo la Ley Global Magnitsky, que faculta al gobierno estadounidense a castigar a individuos extranjeros acusados de corrupción o abusos de derechos humanos.
La novedad es que, además de reforzar esas sanciones, la administración Trump incluyó ahora a Viviane Barci de Moraes, esposa del magistrado, en la lista de sancionados. Según el Departamento del Tesoro, esta medida busca aumentar la eficacia de las restricciones ya impuestas en julio.
El presidente Donald Trump y sus aliados políticos han denunciado la condena a Bolsonaro como el resultado de una persecución judicial con motivaciones políticas, y han advertido sobre el creciente poder de la corte brasileña para silenciar a voces conservadoras.
Las autoridades brasileñas, por su parte, sostienen que existen pruebas suficientes para la condena, aunque las críticas internacionales apuntan a un uso desproporcionado de la justicia y a un patrón de censura bajo la conducción de De Moraes.
Con esta nueva ronda de sanciones, Washington envía un mensaje directo: el sistema judicial brasileño, y en particular quienes rodean al juez De Moraes, serán objeto de creciente presión internacional si persisten las denuncias de abusos de poder.