Donante de Harris dice que está «atónita» por la falta de autocrítica de los demócratas: «Están alejados de la realidad»

La reciente derrota electoral de la candidata demócrata Kamala Harris ha generado críticas internas sobre la gestión financiera de su campaña. Lindy Li, miembro del Comité de Finanzas del Comité Nacional Demócrata (DNC) y destacada donante, expresó su descontento tras una llamada entre Harris, dirigentes demócratas y otros donantes principales.

En una entrevista con NewsNation el martes, Li manifestó su sorpresa por la falta de autocrítica durante la reunión celebrada ese mismo día: «Me dejó atónita que no hubiera ningún tipo de análisis o evaluación de la desastrosa campaña. Fue como darse palmaditas en la espalda».

Li también señaló que, durante la llamada, Harris compartió recetas de Acción de Gracias, lo que consideró inapropiado dado el contexto. Además, criticó que se elogiara a Harris como una «líder visionaria» sin abordar los errores cometidos.

En diálogo con PodSaveAmérica, la donante demócrata aseguró que los líderes del partido están “alejados de la realidad”.

La campaña de Harris, que duró cerca de 110 días, gastó más de mil millones de dólares, dejando una deuda de aproximadamente 20 millones. Li cuestionó el destino de estos fondos.

“No mencionaron que cientos de millones de dólares fueron a parar a ellos y a sus amigos a través de estas firmas consultoras. Estos consultores fueron los principales beneficiarios de la campaña de Harris, no el pueblo estadounidense”, indicó.

Estas declaraciones se suman a las críticas de otros donantes, quienes han calificado la falta de responsabilidad financiera como una descalificación permanente para Harris.

«Si ellos [el DNC] no tienen una explicación de qué pasó con los miles de millones de dólares y por qué cientos de millones fueron a parar a consultores, helados, aviones privados y celebridades, no creo que los donantes estén dispuestos a donar de nuevo», apuntó Li.

En contraste, la campaña del presidente electo, Donald Trump, se caracterizó por una mayor austeridad. El equipo republicano optó por financiarse exclusivamente con donaciones privadas y no aceptó contribuciones extranjeras.

Además, el equipo de transición de Trump anunció que acordó con la Administración Biden-Harris que el proceso de transición será autofinanciado, sin recurrir a fondos públicos, lo que representa un ahorro para los contribuyentes.