Documental revela el lado oscuro de los vehículos eléctricos

En la actual batalla entre los vehículos eléctricos (VE) y los coches tradicionales de gasolina, los eléctricos parecen tener ventaja, al menos a ojos de los legisladores de Washington y California. Pero ¿han sopesado los políticos realmente los pros y los contras antes de apoyar los VE? El autor superventas y comentarista de medios Larry Elder no está tan convencido.
En “En Electric Vehicles: The Good, the Bad, and the Ugly”, dirigida por el galardonado cineasta Mathias Magnason, Elder interviene como presentador, investigador y conductor ante la cámara para brindar el tipo de evaluación en profundidad que, en su opinión, ha estado muy ausente en la conversación pública.
El lado oscuro de la electricidad
El título no es una exageración. Elder aborda los vehículos eléctricos con una perspectiva abierta pero crítica, reconociendo los aspectos positivos y dejando al descubierto las desventajas, así como algunas consecuencias alarmantes. Entre las «buenas», elogia la propia experiencia de conducción. Gracias a la tecnología de vanguardia, los vehículos eléctricos son rápidos, potentes y excepcionalmente sensibles. Para los entusiastas de los coches, esto se traduce en una experiencia emocionante. Las funciones de conducción autónoma también destacan por ofrecer un desplazamiento fluido y seguro.

Para muchos conductores, el rendimiento es la principal preocupación. Pero Elder profundiza más, centrando su atención en los argumentos ambientales que suelen predominar en el debate sobre los vehículos eléctricos. Y es aquí donde la situación se complica. Si bien los vehículos eléctricos suelen promocionarse como alternativas ecológicas, sus baterías cuentan una historia diferente. Pesadas, difíciles de reciclar y potencialmente tóxicas si se manipulan incorrectamente, estas baterías plantean problemas ambientales y de seguridad a largo plazo.

La cadena de suministro global agrava el problema. Los minerales de tierras raras necesarios para las baterías de vehículos eléctricos se obtienen principalmente de países en desarrollo como la República Democrática del Congo, y a menudo en condiciones sumamente poco éticas. Elder no lo oculta: muchas de estas operaciones están controladas por empresas vinculadas al Partido Comunista Chino (PCCh) y, según se informa, dependen del trabajo infantil.
Irónicamente, como destaca Elder, los mismos legisladores que defienden los vehículos eléctricos han bloqueado iniciativas nacionales de extracción de cobalto, como las propuestas para Iron Range en Minnesota, manteniendo a Estados Unidos atado a proveedores extranjeros problemáticos.
Preocupaciones ambientales
Esto es una señal de alerta no solo desde el punto de vista ambiental, sino también de la seguridad nacional. Reemplazar la flota estadounidense de gasolina por vehículos eléctricos aumenta la dependencia de las cadenas de suministro influenciadas por China. El documental de Elder plantea serias preocupaciones sobre posibles riesgos de seguridad, incluyendo la posibilidad de vulnerabilidades en los productos electrónicos importados.

Los expertos en seguridad nacional que aparecen en la película, incluido el ex oficial de software de la Fuerza Aérea y la Fuerza Espacial Nicholas Chaillan, advierten sobre riesgos similares en los componentes de tecnología solar.
Incluso la supuesta superioridad ambiental de los vehículos eléctricos es cuestionada. La electricidad debe generarse de alguna manera, y en la mayoría de los casos, esto implica la quema de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo. Elder y sus colaboradores expertos argumentan que, al considerar las emisiones de las centrales eléctricas y el impacto ambiental de la eliminación de baterías, la supuesta ventaja ecológica de los vehículos eléctricos comienza a desvanecerse.
Efectos de largo alcance
A lo largo de la película, Elder mantiene una actitud tranquila y serena, plasmando en pantalla su característico estilo radiofónico. Los espectadores no familiarizados con la política californiana podrían sorprenderse de que haya perdido la reciente campaña electoral para la gobernación del estado, a juzgar por la cálida acogida que recibe de los transeúntes durante las grabaciones en exteriores. Pero aunque Elder ya no ocupe el cargo, el documental sugiere que no ha dejado de realizar el riguroso análisis económico y ambiental del que posiblemente carecen los líderes de California.

Irónicamente, muchos de los problemas que plantea Elder, como el daño ambiental en Ghana o la explotación infantil en el Congo, suelen ser planteados por progresistas. Sin embargo, estas son precisamente las consecuencias que se pasan por alto en la lucha por un futuro de energía limpia.
La dirección de Magnason mantiene un ritmo ágil sin perder claridad. El tono se mantiene reflexivo y mesurado, lo que facilita la lectura incluso cuando el tema se vuelve complejo. Es evidente que el documental fue realizado por amantes de los coches, en particular por Elder y la leyenda de la radio Leon «The Motorman» Kaplan. Aunque esto pueda parecer parcial a algunos críticos, para la mayoría de los espectadores resultará apasionado y auténtico.