“Dispositivos de vigilancia móviles”: coches autónomos chinos que amenazan a la seguridad nacional de EE.UU.

A pesar de las preocupaciones crecientes de espionaje chino en Estados Unidos y la amenaza a la seguridad nacional que ello implica, existe una sorprendente falta de control y regulación en torno a los vehículos autoconducidos chinos que operan en suelo estadounidense, especialmente en California, según informó la revista Fortune. 

Las agencias estatales y federales que supervisan estas discretas pruebas, admiten que actualmente no cuentan con un proceso para verificar qué datos recopilan estos vehículos ni cómo se utilizan. 

Esta brecha regulatoria es particularmente preocupante dada la postura del gobierno de Estados Unidos sobre otras compañías tecnológicas de propiedad china, como TikTok y Huawei, que han enfrentado un intenso escrutinio debido a preocupaciones similares sobre la seguridad de los datos.

En febrero del año pasado, la administración Biden ordenó derribar un globo de vigilancia que volaba a gran altura enviado por la China comunista, y que estuvo merodeando sobre el norte de los EE. UU.. Esto avivó el miedo y las acusaciones entre los funcionarios y los medios de comunicación, y muchos se sumaron al evento para resaltar la amenaza de Beijing a la seguridad nacional del país.

Según datos del Departamento de Vehículos Motorizados del estado de California, desde 2017, los vehículos autónomos propiedad de empresas chinas han recorrido 2,9 millones de kilómetros solo en ese distrito. 

Equipados con cámaras, sensores y tecnología de cartografía avanzados, estos autos pueden recopilar enormes cantidades de datos sobre su entorno, incluidas secuencias de vídeo detalladas e información geoespacial precisa.

En este sentido, los usos potenciales de estos datos van desde la vigilancia masiva hasta la elaboración de mapas detallados que podrían ayudar en la planificación de la guerra. La preocupación radica sobre todo en que, en manos equivocadas, la información recolectada podría utilizarse para cualquier fin, desde campañas de desinformación dirigidas, hasta objetivos más siniestros, como asesinatos planificados, según señalan algunos expertos.

El director del programa sobre China de la Fundación para la Defensa de las Democracias, Craig Singleton describió la situación actual como “literalmente el salvaje oeste”, destacando la falta de supervisión y regulación en esta área.

Y la preocupación no solo radica en la cantidad de datos recopilados de información valiosa sobre infraestructuras, movimientos de población e incluso comportamientos individuales, sino que esto podría dejar los datos al servicio del régimen comunista chino, según advierten los expertos. De hecho, según las políticas de privacidad analizadas por Fortune, algunas empresas chinas de coches autónomos parecen almacenar datos estadounidenses en China.

Cabe destacar que entre las 35 empresas autorizadas a realizar pruebas de vehículos autónomos en California, siete de ellas tienen su sede total o parcial en China. 

Más aún, cinco de esas: WeRide, Apollo, AutoX, Pony.ai y DiDi Research America,  estuvieron activas en las rutas californianas el año pasado. Incluso, algunas también tienen autorización para realizar pruebas en otros estados, como Arizona y Texas.

Lo más curioso de la situación es que mientras que las empresas chinas realizan sus pruebas de vehículos autónomos libremente en Estados Unidos, por el contrario, a las empresas estadounidenses no se les permite hacer lo mismo en China, a menos que estén asociadas a una empresa local autorizada.

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Redacción Mundo Libre
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