Detención de militar boliviano con 500 kg de cocaína en Argentina: ¿Hecho aislado o tráfico habitual de un narcoestado?

En uno de los operativos más importantes en la historia argentina, el jueves se detuvo a un comandante de la Fuerza Aérea de Bolivia en cuya avioneta transportaba casi media tonelada de cocaína cerca de la localidad de Rosario.

¿Se trató de un hecho aislado o forma parte del envío sistemático de estupefacientes desde Bolivia hacia el puerto de la ciudad santafesina? ¿Qué rol cumple el Movimiento al Socialismo, que está en el poder desde hace prácticamente 19 años, en la producción y el tráfico de cocaína desde el país andino? ¿Es Bolivia un «narcoestado»?

Un hecho histórico y… ¿tensión diplomática?

El operativo en cuestión, conjunto entre la Gendarmería Nacional y las Fuerzas Armadas argentinas, se llevó a cabo tras la detección de la aeronave mediante radares que la monitorearon desde su ingreso al espacio aéreo argentino.

La avioneta fue seguida hasta su aterrizaje en un área rural entre las localidades de Luis Palacios y Andino, a unos 25 kilómetros de Rosario, en la provincia de Santa Fe, donde fue abandonada.

Horas después del aterrizaje, el presunto piloto fue detenido tras un llamado telefónico a la Comisaría 13ª de la localidad de Pueblo Andino. La Policía llegó al lugar y constató que se trataba de una persona de nacionalidad boliviana, identificada como Oscar Armando C.H., quien dio un nombre falso al momento de su detención.

El arresto del militar boliviano, que transportaba 475 kilos de cocaína, ha generado un escándalo internacional, poniendo en evidencia la infiltración del narcotráfico en las instituciones militares de Bolivia. Las autoridades de La Paz aún no han emitido un comunicado oficial sobre el incidente.

«Aparentemente, por la identificación que ha presentado, y esto es lo que estamos confirmando, sería un comandante de la Fuerza Aérea Boliviana, con lo cual, no solamente va a haber un proceso judicial, sino que va a haber una queja que vamos a presentar con el Ministerio de Seguridad y con Cancillería por este tema, claramente, porque tiene una repercusión diplomática internacional», afirmó el ministro de Defensa argentino, Luis Petri, en una entrevista con el periodista Luis Majul en LN+ el jueves por la noche.

Oscar Armando C.H. no es un desconocido en el ámbito militar. Según informes, está acusado de participar en una masacre ocurrida en 2019 en Bolivia, lo que añade un componente aún más oscuro a su detención.

¿Bolivia es un «narcoestado»?

Para analistas como Hugo Acha, un investigador boliviano especializado en crimen organizado, no hay dudas de que desde la cúpula del estado boliviano se comanda el tráfico de cocaína que sale del país a otros lugares del mundo.

Es más, para el académico la pelea política entre el actual mandatario Luis Arce y el expresidente Evo Morales, ambos pertenecientes al Movimiento al Socialismo (MAS), es, en realidad, por el liderazgo en el manejo del narcotráfico en Bolivia.

«En Bolivia existe la mayor organización narcotraficante unitaria del planeta», afirma Acha advirtiendo que si bien en Colombia o Perú se produce más cocaína que en Bolivia, en esos países decenas de organizaciones criminales se disputan el mercado.

«En Bolivia, ¿qué organización controla el 98% del ciclo coca-cocaína? La respuesta es la Confederación de Cocaleros del Trópico de Cochabamba. ¿Quién es el secretario ejecutivo de semejante organización? Es el señor Juan Evo Morales Ayma, que ha sido presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, cuyo partido sigue estando en el poder, y que es el punto de origen de esto», explica Acha en una entrevista con Mundo Libre Diario.

El autor de «Infinite War» («La Guerra Infinita») plantea en su libro que esta organización, de naturaleza corporativa, busca la eficiencia «y hoy Arce, desde el punto de vista de colocación de esos capitales, es un actor más eficiente que Evo Morales».

«Evo Morales representa una parte de la logística, representa un, vamos a llamarlo, socio confiable de una serie de organizaciones, pero a esas organizaciones les interesa que el capital llegue», describe denunciando una amplia gama de beneficiarios de esta actividad ilícita, desde gobiernos y servicios de inteligencia, hasta entidades paraestatales y organizaciones terroristas.

De Bolivia hacia el mundo vía Rosario

En los últimos años, Rosario -en donde se encuentra el puerto más importante de Argentina- se ha convertido en escenario de fuertes enfrentamientos entre bandas narcotraficantes y las fuerzas del orden. Paralelamente, los homicidios y el crimen organizado crecieron de manera exponencial.

Sin embargo, a partir del «Plan Bandera» lanzado por el gobierno de Javier Milei este año, los índices de violencia se han reducido significativamente.

Rosario sería el punto final del primer tramo de la ruta de la cocaína que se envía desde Bolivía hacia Europa, y desde ahí hacia el resto del mundo, mediante la Hidrovía Paraguay-Paraná. Esta corredor de transporte fluvial comprende más de 3400 kilómetros, comenzando en el norte de Bolivia y Brasil, pasando por Paraguay, y finalizando precisamente en el puerto argentino de Rosario.

«En Bruselas hablé con un diplomático, también del más alto nivel de un país muy importante miembro de la OTAN, que me señalaba que el flujo de la cocaína que entra por el puerto de Amberes se había triplicado… Me dijo que el origen de esa cocaína era la Hidrovía Paraguay-Paraná», relata Acha.

«Entonces, cuando vos ves los actores, cuando vos ves el origen, cuando vos ves desde dónde sale, desde Bolivia, el rol que te juega Paraguay, la importancia que se da, los puertos, Rosario, referencias que son muy familiares para los argentinos, te tenés que preocupar», describe en este diálogo que tuvo lugar en uno de sus tantos pasos por Buenos Aires.

El asesor pone como ejemplo el caso de los hermanos Juliá, hijos de un alto jefe de alto rango de las Fuerzas Armadas de la Argentina, que, básicamente, lo que hacían era, en un flujo que llegaba desde la frontera de Bolivia hasta la base militar argentina de Morón, alquilaban aeronaves con matrícula norteamericana que modificaban estructuralmente para enviar cocaína a Europa, y fueron interceptados precisamente en el viejo continente hace unos años.

«La pregunta del millón es: ¿Cómo hace un cargamento de cocaína que se mide en toneladas para cruzar todo el territorio soberano de la República Argentina, penetrar en un recinto de naturaleza militar, ser ingresado en una aeronave que, para ser modificada estructuralmente, se tuvo que realizar también en territorio argentino y ser capturado en Europa?», plantea Acha dejando entrever que hay una red de complicidades al más alto nivel para que esta ruta opere sistemáticamente.

El investigador boliviano, radicado desde hace años en Estados Unidos, describe como «incomparables» el margen de lucro y «de eficiencia financiera» de este negocio ilegal. Por ejemplo, el valor del kilo de cocaína -en cifras de 2019- puede costar 2.500 dólares en Cochabamba (Bolivia), entre 80 y 90 mil dólares en Amberes (Bélgica) y 250 mil dólares en Doha (Catar).

«Es un producto demasiado atractivo como herramienta de financiamiento para todos los actores que te mencioné antes», sintetiza.

A todo ello se suma la situación social, política e institucional sumamente tensa que atraviesa Bolivia, con constantes enfrentamientos entre los seguidores de Morales y Arce en un contexto de crisis económica.

Queda pendiente ver si la reciente detención del comandante de la Fuerza Aérea boliviano en Argentina podría agravar aún más la situación interna en el país andino y, a la vez, afectar las relaciones diplomáticas entre La Paz y Buenos Aires.

Por Miguel Díaz – Mundo Libre Diario

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