Descubren en Bolivia una nueva especie de pez que sobrevive fuera del agua y cambia su forma de respirar
Un investigador llamado Heinz Arno Drawert ha descubierto una nueva especie de pez en Bolivia que posee características sorprendentes. Este pez, denominado Moema juanderibaensis, pertenece a la familia Rivulidae y ha sido catalogado como «especial» debido a su capacidad para sobrevivir fuera del agua y adaptar su forma de respiración a una dérmica similar a la de los anfibios.
Drawert tuvo su primer avistamiento de esta especie en la década de 1990 en la localidad de Santa Rosa del Sara, en la región oriental de Santa Cruz, y finalmente logró investigarlo casi dos décadas después. En 2018, como investigador asociado del Museo de Historia Natural «Noel Kempff Mercado», inició una extensa investigación sobre los peces Rivulidae en Bolivia, y en 2022 publicó sus hallazgos en la reconocida revista de investigación de peces, Neotropical Ichthyology.
El Moema juanderibaensis es un pez peculiar que mide aproximadamente cinco centímetros. Su cuerpo tiene un color plomo verdoso con un patrón de puntos de colores. Destacan sus aletas, especialmente la de la cola, que es vistosa y grande. Este pez habita en charcos y ecosistemas de agua temporales conocidos como «curichis», que se encuentran en áreas boscosas.
Una de las principales características de esta especie es la adaptación de sus huevos. Estos huevos son enterrados en el barro y pueden sobrevivir sin agua durante largos períodos de tiempo, incluso hasta dos o tres años. El pez tiene la habilidad de salir voluntariamente fuera del agua y adherirse a hojas o plantas durante varias horas, especialmente cuando se sienten amenazados por otros peces.
Drawert también observó que estos peces pueden cambiar su tipo de respiración, lo que les permite resistir fuera del agua. Pasan de utilizar las branquias a una forma de respiración dérmica, similar a la de los anfibios.
Estos peces son muy sensibles a los cambios en su hábitat, que consiste en áreas boscosas bien conservadas. La intervención humana, como la deforestación o la presencia de maquinaria, afecta su presencia. Además, los huevos no pueden sobrevivir en lugares demasiado calurosos sin sombra.
Drawert enfatizó que aproximadamente el 60-70% del hábitat natural de estos peces ha desaparecido debido a la expansión de la deforestación en los últimos 20-30 años. Sin embargo, existe la esperanza de conservarlos mediante la creación de microáreas protegidas en espacios pequeños.