Denuncian al gobernador de Buenos Aires por distribuir material sexual explícito en colegios

La reciente denuncia penal contra Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, y Alberto Sileoni, director de Cultura y Educación, ha causado revuelo en Argentina. Los funcionarios fueron acusados de distribuir libros con contenido sexual explícito en instituciones educativas de la provincia.

La acción, interpuesta por la organización «La Carlos Menem» el 30 de octubre, cuestiona la inclusión de estos materiales en el programa ATR (Acompañamiento a las Trayectorias y Revinculación), el cual está enfocado en el acompañamiento pedagógico de jóvenes.

La denuncia, a la que tuvo acceso Mundo Libre Diario, fue presentada en la UFI 6 Departamental y en el Juzgado de Garantías 6 de la provincia de Buenos Aires.

Uno de los libros señalados es Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara, que presenta escenas de contenido sexual y exploraciones eróticas.

Según los denunciantes, los fragmentos explícitos de esta obra son inadecuados para un entorno escolar. En la denuncia se argumenta que el material podría constituir «corrupción de menores», al ser difundido en colegios secundarios sin filtros ni restricciones.

El programa ATR fue creado para apoyar a estudiantes tras los rezagos provocados por las cuarentenas forzosas en el marco del Covid-19, y su objetivo era asegurar una continuidad en la educación. Sin embargo, la inclusión de obras con contenido controvertido ha provocado dudas sobre si la iniciativa persigue una agenda educativa clara o responde a una intención ideológica.

La agrupación liberal denunciante cuestiona el criterio de los responsables y la falta de regulación en la selección de materiales para los jóvenes. Es por ello que la polémica no solo reside en el contenido sexual de las obras, sino en la percepción de que las autoridades han fallado en su rol de velar por el bienestar de los estudiantes.

En la denuncia penal, presentada por Enzo Nicolás Di Fabio y Adolfo Francisco Moran, se insta a llamar a testificar al gobernador kirchnerista Axel Kicillof, al Director de Cultura y Eduación Alberto Silioni y otros funcionarios involucrados.

«Nuestro compromiso, alineado con la conducción del presidente Javier Milei, es la defensa de los niños y la familia, núcleo esencial de la sociedad. Creemos que los niños requieren alimentación, salud y educación de calidad, y no ser expuestos a contenidos inapropiados», señalaron desde «La Carlos Menem» en un texto enviado a Mundo Libre Diario.

En este contexto, diversos actores sociales y padres de familia expresaron preocupación, al considerar que estos textos transmiten valores que no necesariamente coinciden con los que desean inculcar a sus hijos.

Padres y docentes también han manifestado dudas sobre el propósito real de incluir estos textos en un entorno formativo, y algunos señalan que se está priorizando una agenda de activismo literario sobre una educación de calidad. Además, la falta de transparencia en la elección de estos materiales es vista como una muestra de desprecio por los estándares educativos adecuados a cada edad.

El gobierno de Kicillof ha sido blanco de críticas por su política de contenidos en la educación pública. Voces opositoras sostienen que la administración provincial ha puesto en segundo plano el desarrollo integral de los jóvenes, permitiendo en cambio la inclusión de libros polémicos. A juicio de los denunciantes, la implementación de materiales de este tipo refleja una agenda sin respeto por la madurez emocional de los estudiantes.

Semanas atrás, el gobernador estuvo en el centro de la polémica tras la distribución de un catálogo de libros que también incluían obras con contenido sexual explícito en las escuelas secundarias de la provincia de Buenos Aires.

En esa ocasión se trataba del programa gubernamental «Identidades Bonaerenses», impulsado por la Dirección General de Cultura y Educación provincial.

El catálogo, compuesto por más de 100 libros de diversos géneros y autores, fue cuestionado por incluir textos que no son apropiados para el público adolescente al contener violencia y contenido sexual explicito. En este sentido, dos consejeros escolares han exigido explicaciones sobre los criterios de selección de los textos.

Uno de los libros que ha generado mayor controversia es «Cometierra», de la autora argentina Dolores Reyes. La inclusión de este libro en el catálogo ha llevado a que algunos padres presenten denuncias y exijan su retirada de las listas de lectura escolar.

El debate sobre los límites de la libertad literaria en contextos educativos es de larga data, pero el caso actual ha puesto en evidencia un aparente desinterés en el control de contenidos que, aunque pueden tener valor cultural, no son apropiados para estudiantes menores de edad. Críticos señalan que la libertad de expresión no justifica la exposición de los menores a temas y escenas inadecuadas.

Algunos expertos consideran que los funcionarios responsables deberían realizar revisiones exhaustivas de los contenidos antes de su inclusión en los programas escolares, y en caso de encontrar pasajes inapropiados, deberían optar por versiones adaptadas o guías alternativas. Sin embargo, hasta el momento, ni Kicillof ni Sileoni han emitido declaraciones formales sobre esta denuncia.

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Redacción Mundo Libre
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