¿Deflación en Argentina? Mayo ya registra bajas en los precios de múltiples rubros
En los primeros días de mayo, la atención de consumidores y autoridades argentinas se centra en la evolución de los precios, tras una anunciada desaceleración inflacionaria en abril.
Este fenómeno podría llevar a un índice de inflación de un solo dígito el mes pasado, una situación que hace unos meses atrás parecía imposible, cuando el país se encontraba al borde de de una “hiper”.
No obstante, la manera en que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) medirá el aumento en las tarifas de gas agrega una incógnita a cuál será el valor de la inflación estos meses. Mientras que en marzo fue del 9,4%, en abril podría rondar cerca del 6-7%, y se estima un valor aún más bajo para mayo.
En ese sentido, el equipo económico de Javier Milei ha tomado medidas para contribuir a la reducción de la inflación. La decisión de postergar el aumento del Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC) y de posponer también el aumento en las tarifas de luz y gas para los sectores medios, así como exigir a las empresas de medicina prepaga revertir los aumentos, probablemente influya positivamente en el índice de este mes.
En cuanto al rubro de bebidas y alimentos, se ha observado una estabilidad desde mediados de abril, con una tendencia a la baja en los precios, especialmente en productos frescos como frutas, verduras y carne.
Además, un informe revelado en el programa del periodista Jonatan Viale mostró las variaciones de precios en baja de otros productos de la canasta básica, como por ejemplo: arroz, pastas frescas, condimentos, puré, harina, azúcar, mermelada, productos de higiene personal y limpieza.
El Banco Central, en una presentación en Washington, indicó que el tipo de cambio real al que diferentes sectores habían fijado precios «revela márgenes empresariales elevados (y dispersos, en dólares)», lo que habría contribuido a alimentar la inflación, informó Infobae. Pero eso también sugiere que los productores de bienes tendrían margen suficiente para reducir precios en los próximos meses.
Las prioridades del gobierno nacional claramente están enfocadas en una rápida reducción de la inflación. Ese ha sido un estandarte de campaña y un objetivo a cumplir desde que asumió Javier Milei en diciembre.
En ese sentido, la reciente decisión anunciada por el vocero presidencial de reducir aranceles para la importación de productos como heladeras, lavarropas, neumáticos, e insumos plásticos, busca acelerar la competencia y la reducción de precios en sectores con pocos productores locales.
Además, las negociaciones para conseguir precios rebajados están a la orden del día en los rubros más afectados por la crisis, como materiales de construcción, indumentaria, calzado, librería o artículos para el hogar. En algunos casos, las rebajas pueden llegar al 20% o incluso al 30%.
Sin embargo, hablar de “deflación” -como sugieren algunos indicadores que muestran una inflación núcleo de las últimas cuatro semanas del 0% y una caída de precios del 0,8% en la tercera semana del mes de abril- podría describir un escenario económico favorable, aunque transitorio.
Algunos analistas consultados por Infobae sugieren que el proceso de deflación más acelerado que lo previsto requerirá algunos “ajustes de sintonía fina», principalmente en referencia al ancla fiscal implementada por el plan económico de Luis Caputo.
“Si hubiera deflación, creo que sería un fenómeno muy transitorio. Si hay precios que están todavía fijados a un tipo de cambio más alto, es una corrección de una sola vez, sobre todo con costos que siguen aumentando por los ajustes de tarifas e, incluso, el dólar oficial que avanza al 2%”, precisó uno de los directores de la consultora Equilibra, quien consideró que hablar de deflación en sí, tal vez no es lo más exacto, aunque el fenómeno de descenso de precios observado en las últimas semanas sí refleja cierta “estabilidad, lo que ya es mucho”.
De todas formas, un descenso en los precios en el corto plazo podría impulsar la recuperación de ingresos y generar un aumento indirecto de los salarios. Esto podría tener un efecto expansivo en la economía, contribuyendo a una mejora generalizada en el consumo y la actividad económica en los próximos meses.