De roquero rebelde a devoto creyente: La transformación espiritual de Juanse, el líder de los Ratones Paranoicos

Juanse Gutiérrez, líder de los Ratones Paranoicos y figura emblemática del rock argentino, se prepara para cerrar una etapa de su vida con el «Última Ceremonia Tour 2024». A pocas semanas del show final en el Estadio de Vélez, el músico devela una faceta poco conocida: su profunda conexión con la fe católica.

Con más de 40 años de trayectoria y 35 discos grabados, Juanse recuerda haber compartido escenario con leyendas como The Rolling Stones, Aerosmith y AC/DC. «Hemos tocado en todo el mundo y con todos», afirma un video publicado por el Opus Dei el martes. Sin embargo, detrás del rockero exitoso, se esconde un hombre profundamente espiritual.

La transformación de Juanse comenzó hace 16 años, cuando experimentó lo que él describe como una «revelación». «Vi el rostro de Jesús, de perfil y con la corona de espinas sobre su cabeza, en el piso de mi living», relata. Este evento marcó un antes y un después en su vida. «A partir de ahí, cuando volví a girar, ya había cambiado todo en mí», confiesa.

El cambio fue radical. Juanse dejó de fumar y beber, y asegura que no pudo volver a decir una mala palabra. «Mi sistema nervioso está completamente ‘remapeado’, no existe más ese desarrollo que tenía», explica. Ahora, vive en un estado de «oración permanente» y lleva consigo símbolos religiosos como un anillo de San Benito.

Su fe lo lleva a encontrar inspiración en figuras como San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. «San Josemaría no está físicamente presente entre nosotros, pero dejó algo que sí se puede palpar: el amor a nuestro trabajo y a nuestra familia», reflexiona Juanse.

El rockero no teme mostrar su devoción en público. Durante su participación en MasterChef Celebrity, se negó a ocultar la cruz que lleva al cuello. «Logré salir en todos los programas con esta cruz. Terminé bendiciendo los programas antes de que empezaran a grabarse», recuerda con orgullo.

Juanse encuentra una conexión especial entre su fe y su música. «Yo soy un artista que expongo permanentemente mi fe», declara. Esta fusión de rock y espiritualidad se manifiesta incluso en los momentos más inesperados. Durante una gira, ayudó a un fan a pedirle matrimonio a su novia en pleno escenario.

«Los hice subir al escenario, los hice presentar. Y él le pidió casamiento arriba del escenario y ella le dijo que sí», Además, pidió al público con entusiasmo que se «casen, tengan hijos y sean felices».

Su devoción lo lleva a realizar gestos conmovedores, como cuando llevó agua bendita a su amigo Luis Alberto Spinetta en sus últimos días. «Spinetta es como un familiar para mí. Lo acompañé hasta los últimos momentos».

La fe de Juanse no se limita a lo intangible. En su casa, tiene imágenes religiosas en varias partes, en su celular, y lleva medallas y cruces en su pecho. «No puedo estar mucho tiempo sin ver la imagen de la Virgen o de Cristo», confiesa.

El músico también cree en la existencia del mal. «El diablo quiere hacernos creer que no existe, esa es su misión, pero existe, está, aparece y tiene forma, es una energía palpable como lo es Dios», advirtió en una entrevista.

A pesar de los desafíos que enfrenta como músico, incluyendo giras extenuantes y problemas de salud, Juanse encuentra fortaleza en su fe. «Ofrezco mi dolor porque sé que algo bueno siempre va a pasar», afirma.

Mientras se prepara para cerrar un capítulo importante de su carrera musical, Juanse reflexiona sobre el legado de San Josemaría en su vida: «Nos enseña que nunca tenemos que olvidarnos de que somos hijos de Dios».

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Redacción Mundo Libre
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