De la donación de órganos a la extracción forzada: así funciona la máquina industrial del PCCh

La práctica del trasplante de órganos médicos, cuando se realiza éticamente, es uno de los logros más notables de la medicina moderna. Se basa en la donación voluntaria, el consentimiento transparente y una estricta supervisión ética, todo diseñado con un objetivo en mente: preservar y prolongar la vida honrando la dignidad humana.
En los sistemas médicos legítimos, las fuentes de órganos deben ser legales y estar documentadas públicamente, con el consentimiento por escrito del donante o su familia. Cada etapa del procedimiento es revisada por organismos reguladores y comités de ética para garantizar la transparencia y la seguridad del paciente. A nivel mundial, el tiempo de espera para un riñón compatible suele oscilar entre tres y cinco años.
Una máquina estatal de extracción de órganos
Pero el sistema de «extracción de órganos en vida» del Partido Comunista Chino (PCCh) es algo completamente distinto. En lugar de respetar la vida, implica extraer órganos de seres humanos sanos y conscientes (a menudo sin anestesia) para extraer corazones, hígados, riñones, córneas y más. Los órganos resultantes se venden para trasplantes, con fines de lucro o para investigación.
Pero las víctimas, que están siendo «diseccionadas vivas», no son presos condenados a muerte ni donantes voluntarios. Por lo general, incluyen:
- Practicantes de Falun Dafa perseguidos por sus creencias
- Disidentes políticos
- Detenidos uigures
- Cristianos de iglesias domésticas
- Estudiantes universitarios y de secundaria secuestrados en secreto
- Y cada vez más, incluso bebés y niños pequeños
Desaparecen, son desmembrados y cremados, sin dejar rastro. Sus órganos entran en un lucrativo mercado negro; sus identidades son borradas deliberadamente.
Cómo se construyó la maquinaria
La cronología se remonta a una fecha crucial:
10 de junio de 1999: el PCCh estableció la Oficina 610, una agencia de seguridad extralegal creada para aplastar a Falun Dafa. Operando por encima de los tribunales, la policía y los fiscales, la Oficina 610 proporcionó el paraguas político necesario para llevar a cabo detenciones masivas, desapariciones y pruebas médicas.
Simultáneamente, a las agencias de seguridad pública se les otorgó nueva autoridad para obtener “recursos médicos” directamente de centros de detención, campos de trabajo y prisiones. Esta autorización creó un conducto continuo e indetectable:
Arresto → Detención → Pruebas médicas → Traslado → Extracción de órganos → Cremación
Debido a que todos los pasos ocurrieron dentro de una única estructura de poder centralizada, la desaparición de la víctima y la adquisición del órgano se volvieron casi imposibles de investigar.
Por eso, después del año 2000, el número de trasplantes de órganos en China se disparó repentinamente a un estimado de 60.000 a 100.000 por año, sin un aumento correspondiente en los donantes voluntarios. Los “donantes” no tenían nombres, ni registros legales, ni se notificó a sus familias. Muchos familiares de practicantes de Falun Gong detenidos todavía no saben adónde fueron sus seres queridos. Algunos no recibieron nada más que cenizas.
Un donante compatible llega en dos semanas
Fuera de China, un paciente puede esperar años por un corazón o hígado compatible. Sin embargo, bajo el régimen del PCCh, los hospitales suelen decirles a los posibles receptores que se pueden conseguir órganos adecuados en una o dos semanas. La implicación es escalofriante: esto significa que la compatibilidad no proviene de un donante voluntario, sino de un ser humano vivo seleccionado para ser asesinado a demanda. Una persona cuya vida está programada para ser ejecutada.
La extracción forzada de órganos en China se ha convertido en una empresa estatal industrializada: un sistema de exterminio impulsado por los mecanismos del gobierno. Esto no es un avance médico; es un aparato nacional de exterminio.
Las atrocidades superan incluso a las cometidas por los nazis en escala y sistematización; son similares a:
- Un crimen organizado por el Estado llevado a cabo en nombre de la nación.
- La masacre más brutal de la historia de la humanidad.
La extracción de órganos de víctimas vivas por parte del PCCh no es simplemente un abuso del poder médico; es uno de los crímenes contra la humanidad más extensos y violentos jamás documentados.
Para obtener más pruebas, el documental “Órganos de Estado” proporciona testimonios adicionales y hallazgos de investigación exhaustivos.
Por Zhang Ke








