Dayle Ojeda: la judoca que se fugó de la delegación olímpica cubana intentará cumplir su sueño en España

La judoca cubana Dayle Ojeda, de 30 años, inicia una nueva etapa en su vida tras abandonar la delegación de su país durante los Juegos Olímpicos de París 2024.

Actualmente, se entrena en el Centro de Alto Rendimiento de Valencia, España, con la esperanza de obtener asilo político y representar a su nuevo país en competiciones internacionales, incluidos los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.

Ojeda viajó a París como parte del equipo cubano de judo, donde su función era asistir en la preparación de Idalys Ortiz, multimedallista olímpica y mundial en la categoría +78kg. Sin embargo, al finalizar su labor, tomó la decisión de no regresar a Cuba y quedarse en Europa.

«Fueron unos días muy difíciles la verdad, mi última semana fue demasiado fuerte», relató Ojeda a la Federación Valenciana de Judo. «He vivido días sufriendo ansiedad, sintiendo muchísimo miedo, pensando todo el tiempo en lo que es correcto y lo que es mejor para mí y mi familia. Es duro tener que tomar decisiones como éstas, pero estoy convencida de que hice lo mejor».

La habanera describe el momento de su partida como una carrera contra el tiempo y los nervios. «Me separé del grupo y salí casi corriendo. Caminé y caminé muy nerviosa, hice algunas llamadas hasta que encontré a alguien que me ayudó y me orientó para sacar un ticket de autobús», recuerda. El viaje la llevó de París a Barcelona, y finalmente a Valencia, su destino elegido.

La elección de Valencia no fue casual. «Me hablaron muy bien del Centro de Alto Rendimiento de Judo de Valencia, y sabía que era probable que me ayudaran como hicieron con el equipo ucraniano en un momento crítico e importante», explica Ojeda. Además, en Valencia se encuentra Ayumi Leiva, su compañera de equipo de la selección nacional de Cuba y amiga, quien le brinda apoyo incondicional.

La decisión de buscar asilo en España responde a varios factores. «España está lejos de Cuba, pero siento que tiene muchas cosas que me hacen sentir cerca como el idioma o la cultura», afirma Ojeda. «Me siento muy bien en España, es como un sueño cumplido. Creo que otro país europeo puede ser muy diferente».

Sin embargo, el proceso de asilo no está exento de desafíos. «Aun no sé qué pasos tomar para pedir el asilo político ya que vine en autobús. Si hubiera llegado en avión sería totalmente distinto, pero no me rindo. Todo se puede con el apoyo de los entrenadores y la federación. Intentaré ir a la policía y pedir información a la Cruz Roja», explica la atleta.

Ojeda no oculta la complejidad emocional de su decisión. «Es duro dejar a mi familia, amigos, pareja y, sobre todo, el lugar donde uno nace sin poder decir adiós. Ni siquiera a mis compañeros», confiesa. Entre los familiares que dejó atrás se encuentran su madre, su sobrino y sus hermanos, a quienes describe como «su vida».

La situación en Cuba juega un papel crucial en su decisión. «La situación en Cuba es difícil, nosotros tenemos que buscar una forma de mejorar», explica Ojeda. «En otro momento, muchos españoles fueron a Cuba a realizar sus proyectos porque en España era difícil todo. Ahora nos pasa a nosotros».

A pesar de las dificultades, Ojeda mantiene claros sus objetivos. «Mi sueño no está lejos del sueño de ningún atleta. Siempre aspiramos a ser mejor cada día. Quiero poder representar a España y obtener medallas en eventos internacionales. Mi sueño es participar y ser medallista mundial y olímpica».

La judoca ve en Valencia una oportunidad única para su desarrollo deportivo. «Valencia tiene un Centro de Alto Rendimiento que es conocido en todo el mundo, además de unos excelentes entrenadores españoles», destaca. «Hay siempre equipos de selecciones nacionales de otros países que vienen a entrenar aquí y esto es importante para el judo y para el deporte en general».

Ojeda no es la única atleta cubana que ha tomado este camino. En los recientes Juegos Olímpicos de París, el boxeador Emanuel Reyes Pla y el atleta Jason Díaz, ambos cubanos nacionalizados españoles, lograron medallas para la delegación española.

Mientras espera resolver su situación legal, Ojeda se entrena en el Valencia Training Camp, un campus que reúne a cientos de judocas internacionales cada verano. «Me encuentro bien, ahora ya más tranquila y segura con ganas de comenzar una nueva vida», afirma la atleta.

La historia de Dayle Ojeda refleja no solo las aspiraciones de una deportista de élite, sino también los desafíos que enfrentan muchos atletas en busca de mejores oportunidades dejando atrás al régimen comunista cubano.

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Redacción Mundo Libre
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