Crisis sanitaria en China: Hospitales colapsados por brote de enfermedades respiratorias

Al inicio del año 2025, hospitales en múltiples regiones de China enfrentan una crisis sanitaria debido a un aumento exponencial de casos de enfermedades respiratorias, especialmente en niños.

Según informes recopilados de redes sociales y medios independientes, la situación ha sido descrita como «caótica».

Hospitales desbordados y videos alarmantes

Desde finales de 2024 hasta los primeros días de 2025, videos publicados en plataformas chinas muestran largas filas de pacientes, abarrotados pasillos en hospitales pediátricos y padres recurriendo a tiendas de campaña y sillas plegables para esperar atención médica.

Según testigos, algunos pacientes deben esperar todo un día solo para recibir un tratamiento básico como sueros intravenosos.

En ciudades como Shenyang, Tianjin, Guangdong, Jiangsu y otras provincias, los hospitales reportan un aumento de infecciones mixtas en niños, combinando virus como el adenovirus, el norovirus, el virus sincitial respiratorio y la influenza.

Algunos niños, tras solo tres días de fiebre, desarrollan neumonía severa, y en casos extremos, condiciones como «pulmones blancos», un síntoma grave de insuficiencia respiratoria.

Alarmas por nuevas cepas y altas tasas de mortalidad

Un médico de Jiangsu afirmó haber detectado un nuevo virus respiratorio desconocido que causa neumonía severa y falla respiratoria. Aunque su capacidad de transmisión es menor que la del COVID-19, su tasa de mortalidad es significativamente más alta. Según este médico, en un hospital con 30 pacientes graves, seis han fallecido, y tres más están en estado crítico.

Por otro lado, las autoridades sanitarias chinas han atribuido el brote a un aumento estacional de infecciones respiratorias como la influenza y el metapneumovirus humano. Sin embargo, muchos ciudadanos sospechan que podría tratarse de una nueva variante de COVID-19 o una mutación provocada por infecciones cruzadas.

Reacciones de la población

La incertidumbre y el temor se han intensificado entre la población. Muchos ciudadanos critican la falta de medidas de contención por parte del gobierno y recuerdan los estragos de la política de «cero COVID» que terminó abruptamente en 2022. Algunos temen que la acumulación de infecciones virales, junto con los efectos secundarios de las vacunas previas, esté debilitando el sistema inmunológico colectivo.

Usuarios de redes sociales han compartido testimonios sobre síntomas debilitantes, incluyendo fiebre persistente, dolor muscular extremo, vómitos y diarrea, comparándolos con los de brotes anteriores de COVID-19. Además, denuncian que el cambio en los nombres de los virus podría ser una estrategia para evitar reportar nuevas olas de la pandemia.

La desconfianza hacia las autoridades se ha intensificado debido a la falta de datos claros y actualizados. Desde 2022, el gobierno dejó de publicar estadísticas de mortalidad relacionadas con enfermedades respiratorias, lo que ha generado sospechas de encubrimiento.

La situación es un sombrío recordatorio del desafío que enfrenta China al gestionar los brotes de enfermedades, poniendo en duda la capacidad del sistema sanitario y la transparencia de las autoridades para enfrentar la crisis que podría afectar a otros países, tal como ocurrió hace 5 años.

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Redacción Mundo Libre
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