Crisis en Bolivia: seguidores de Luis Arce amenazan con tomar la sede nacional del MAS tras el fallo contra Evo Morales

La reciente sentencia judicial contra el expresidente Evo Morales ha desatado una ola de tensiones en Bolivia, culminando en amenazas de seguidores del actual mandatario Luis Arce de tomar la sede nacional del Movimiento al Socialismo (MAS). Este conflicto interno dentro del partido gobernante refleja las profundas divisiones que han surgido entre los partidarios de ambos líderes.

El fallo judicial, que inhabilita a Morales de participar en las próximas elecciones, ha sido visto por muchos como un intento de consolidar el poder de Arce y su facción dentro del MAS. Esta decisión ha generado una fuerte reacción entre los seguidores de Morales, quienes consideran que se trata de una maniobra política para eliminar a un rival potencialmente peligroso.

Los seguidores de Arce, enardecidos por la decisión judicial, han amenazado con tomar la sede del MAS en La Paz. Esta amenaza no solo pone en riesgo la estabilidad del partido, sino que también podría desencadenar una serie de enfrentamientos violentos entre las facciones rivales. La situación es tensa y la posibilidad de una nueva crisis política en Bolivia es real.

Evo Morales, quien gobernó Bolivia durante casi 14 años, ha sido una figura polarizadora en la política boliviana. Su salida del poder en 2019, tras acusaciones de fraude electoral, dejó un vacío que Arce ha intentado llenar desde su elección en 2020. Sin embargo, la relación entre ambos ha sido tensa, con Morales criticando abiertamente la gestión de Arce y acusándolo de traicionar los principios del MAS.

La amenaza de tomar la sede del MAS es solo el último episodio en una serie de confrontaciones entre los seguidores de Morales y Arce. En septiembre, una marcha liderada por Morales culminó en enfrentamientos violentos con la policía y los seguidores de Arce, dejando decenas de heridos. La posibilidad de que estas tensiones se resuelvan pacíficamente es incierta.

El gobierno de Arce ha respondido a las amenazas con firmeza, advirtiendo que cualquier intento de tomar la sede del MAS será tratado como un acto criminal. «No permitiremos que se ponga en riesgo la vida de nuestro pueblo», declaró Arce en un mensaje televisado. Esta postura busca mantener la paz, aunque podría también avivar las llamas del conflicto.

La comunidad internacional observa con preocupación la situación en Bolivia. Organizaciones de derechos humanos han instado a ambas partes a buscar una solución pacífica y a evitar cualquier acción que pueda escalar la violencia. La capacidad de Morales y Arce para encontrar un terreno común es crucial para evitar una mayor escalada del conflicto.

En medio de esta crisis, el pueblo boliviano se encuentra dividido. Muchos apoyan a Morales y ven en él al líder que puede devolver la estabilidad al país, mientras que otros confían en Arce para llevar a Bolivia hacia un futuro más próspero. La situación es compleja y solo el tiempo dirá quién tiene la razón.

¿Bolivia es un «narcoestado»?

Para analistas como Hugo Acha, un investigador boliviano especializado en crimen organizado, no hay dudas de que desde la cúpula del estado boliviano se comanda el tráfico de cocaína que sale del país a otros lugares del mundo.

Es más, para el académico la pelea política entre el actual mandatario Luis Arce y el expresidente Evo Morales, ambos pertenecientes al Movimiento al Socialismo (MAS), es, en realidad, por el liderazgo en el manejo del narcotráfico en Bolivia.

«En Bolivia existe la mayor organización narcotraficante unitaria del planeta», afirma Acha advirtiendo que si bien en Colombia o Perú se produce más cocaína que en Bolivia, en esos países decenas de organizaciones criminales se disputan el mercado.

«En Bolivia, ¿qué organización controla el 98% del ciclo coca-cocaína? La respuesta es la Confederación de Cocaleros del Trópico de Cochabamba. ¿Quién es el secretario ejecutivo de semejante organización? Es el señor Juan Evo Morales Ayma, que ha sido presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, cuyo partido sigue estando en el poder, y que es el punto de origen de esto», explica Acha en una entrevista con Mundo Libre Diario.

El autor de «Infinite War» («La Guerra Infinita») plantea en su libro que esta organización, de naturaleza corporativa, busca la eficiencia «y hoy Arce, desde el punto de vista de colocación de esos capitales, es un actor más eficiente que Evo Morales».

«Evo Morales representa una parte de la logística, representa un, vamos a llamarlo, socio confiable de una serie de organizaciones, pero a esas organizaciones les interesa que el capital llegue», describe denunciando una amplia gama de beneficiarios de esta actividad ilícita, desde gobiernos y servicios de inteligencia, hasta entidades paraestatales y organizaciones terroristas.

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Redacción Mundo Libre
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