Congresistas republicanos intensifican ofensiva contra los Clinton en investigación sobre el caso Epstein

Los republicanos de la Cámara de Representantes han lanzado una ofensiva directa contra figuras prominentes del Partido Demócrata, incluyendo a Bill y Hillary Clinton, en el marco de la creciente investigación sobre la red de tráfico sexual liderada por el fallecido financista Jeffrey Epstein. La Subcomisión de Cumplimiento de la Ley Federal del Comité de Supervisión aprobó por voto de voz una moción para citar a declarar a los Clinton y a varios exfuncionarios clave de los Departamentos de Justicia y FBI.

La moción fue presentada por el representante Scott Perry, quien detalló la lista de personas que serán citadas: “Tengo una moción para citar a las siguientes personas a fin de ampliar la investigación del comité sobre la señora Maxwell”, anunció Perry, mencionando a figuras como James Comey, Loretta Lynch, Eric Holder, Merrick Garland, Robert Mueller, William Barr, Jeff Sessions y Alberto Gonzales, además de los Clinton.

Ghislaine Maxwell deberá testificar

La medida llega tras la citación formal de Ghislaine Maxwell por parte del presidente del Comité de Supervisión, James Comer. Maxwell, condenada a 20 años de prisión por su papel en el tráfico de menores para Epstein, deberá declarar el próximo 11 de agosto en la prisión federal de Tallahassee. Su testimonio podría ser clave para revelar los vínculos de su red con miembros de las élites políticas, financieras y judiciales de Estados Unidos.

Un error demócrata que fortalece la causa republicana

En un hecho sorpresivo, la representante progresista Summer Lee, miembro del grupo conocido como “The Squad”, presentó una moción para citar cualquier archivo relacionado con Epstein. Lo que parecía una jugada para mostrarse firme frente al escándalo terminó favoreciendo a los republicanos, ya que la moción fue aprobada por 8 votos contra 2, otorgándoles una herramienta clave para seguir investigando el caso.

Suben las apuestas contra el llamado “Estado Profundo”

La lista de citados por el Congreso ha sido interpretada por muchos como un ataque directo al llamado “Deep State” (Estado Profundo). Los republicanos acusan a varios de estos exfuncionarios de haber utilizado sus cargos para proteger redes criminales mientras perseguían políticamente a sus adversarios, en especial al presidente Donald Trump.

James Comey, exdirector del FBI, es señalado por haber filtrado información clasificada; Loretta Lynch, por su reunión secreta con Bill Clinton en una pista de aterrizaje; Eric Holder, por el fallido operativo “Rápido y Furioso”; y Robert Mueller, por liderar la investigación sobre una presunta colusión entre Trump y Rusia, calificada por los republicanos como un montaje.

Trump reacciona: “Yo nunca fui a la isla”

Mientras crece la presión sobre los Clinton, el presidente Donald Trump volvió a marcar distancia del escándalo Epstein. En una reciente entrevista con CNN, Trump fue tajante: “Yo nunca fui a la isla”, en referencia a las visitas que figuras de alto perfil realizaron a la isla privada de Epstein, donde se presume ocurrieron múltiples abusos. “Deberías estar hablando de Bill Clinton, que fue 28 veces”, añadió Trump, quien también apuntó contra el presidente de Harvard y exsecretario del Tesoro, Larry Summers, por sus presuntos vínculos con Epstein.

Trump insistió en que las acusaciones en su contra son parte de una campaña de desinformación del Partido Demócrata: “Todo es falso con esa administración. Todo es falso con los demócratas. Son un montón de gente enferma”, sentenció.

Una batalla política con consecuencias impredecibles

La intensificación de la investigación y la emisión de citaciones formales a nombres de alto perfil no solo agita el tablero político estadounidense, sino que también abre la puerta a revelaciones que podrían sacudir las estructuras del poder en Washington. Por primera vez, el Congreso parece dispuesto a indagar a fondo en los vínculos entre Epstein y algunos de los rostros más conocidos del establishment.

La “familia criminal Clinton”, como la denominan algunos legisladores republicanos, está en el centro de una ofensiva que podría convertirse en un momento definitorio en la política estadounidense contemporánea. El mes de agosto, con el testimonio de Ghislaine Maxwell, podría traer respuestas —o nuevas tormentas— a un escándalo que aún está lejos de concluir.

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Redacción Mundo Libre
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