Cómo Trump está redefiniendo su estrategia para presionar a Putin

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó recientemente que se siente «decepcionado» con el presidente ruso Vladimir Putin, aunque aclaró que no ha terminado su relación con él. «Pensé que habíamos llegado a un acuerdo en cuatro ocasiones y luego llegas a casa y ves que atacó una residencia de ancianos en Kiev. Entonces, ¿de qué se trataba eso?», expresó Trump en una entrevista con la BBC publicada el 15 de julio. Cuando se le preguntó si confiaba en Putin, Trump respondió: «Confío en casi nadie».
Estas declaraciones se dieron en el contexto de un cambio significativo en la política exterior de Washington respecto a Rusia y Ucrania. Trump anunció el lunes 14 de julio el envío de nuevas armas a Ucrania, incluyendo misiles de defensa aérea Patriot, y advirtió que impondrá sanciones a los compradores de exportaciones rusas si Moscú no acepta un acuerdo de paz en un plazo de 50 días. Según explicó, estos armamentos serán entregados a través de la OTAN y financiados por la propia alianza.
Desde que asumió nuevamente la presidencia, Trump había buscado un acercamiento con Moscú y se había mostrado dispuesto a negociar un alto al fuego sin condiciones, propuesta que Kiev respaldó rápidamente. Sin embargo, los recientes ataques rusos con drones contra ciudades ucranianas y la falta de respuesta de Putin llevaron a Trump a endurecer su postura.
El Kremlin reaccionó con cautela a estas nuevas medidas. El portavoz Dmitry Peskov aseguró que las declaraciones de Trump son «muy serias» y que requieren un análisis detallado. «Algunas están dirigidas personalmente al presidente Putin», señaló. Además, Peskov indicó que las decisiones tomadas en Washington y en la OTAN son interpretadas por Ucrania como un incentivo para continuar la guerra, en lugar de buscar la paz.
Por otro lado, Trump destacó avances en su relación con la OTAN. En declaraciones recientes, afirmó que «el acuerdo que hicimos la semana pasada es increíble. El 5%, nadie pensó que fuera posible, y eso equivale a más de un billón de dólares al año». Según explicó, ahora los países miembros están pagando sus propias contribuciones y ya no depende casi exclusivamente de Estados Unidos, lo que considera un cambio positivo.
Al referirse al principio de defensa colectiva de la alianza, Trump declaró: «Creo que la defensa colectiva está bien». Sin embargo, mostró dudas sobre el compromiso real de algunos aliados europeos. «Uno de los problemas con la OTAN es que nosotros tenemos que luchar por ellos, pero ¿ellos pelearían por nosotros si tuviéramos una guerra? No estoy seguro de poder decirlo, pero sí diré esto: creo que el Reino Unido pelearía a nuestro lado», afirmó.
Trump también se refirió a su próxima visita de Estado al Reino Unido y opinó sobre la salida británica de la Unión Europea. «Creo que ha sido algo desordenado, pero se está corrigiendo», sostuvo. Además, elogió al primer ministro británico Keir Starmer, a pesar de describirlo como liberal, y valoró positivamente el acuerdo comercial alcanzado entre ambos países. «Quiero tener un buen momento y respetar al rey Carlos, porque es un gran caballero», añadió.
Respecto a su administración, Trump afirmó que «Estados Unidos ahora es un gran país y era un país muerto hace un año», comentario que, según él, le han expresado varios líderes internacionales.
Las recientes medidas y declaraciones marcan un nuevo capítulo en la política exterior estadounidense, en el que Trump busca equilibrar su objetivo de ser visto como un pacificador con una postura más firme frente a Rusia y un fortalecimiento de los lazos con aliados clave como el Reino Unido.