Cómo Apple ayuda a las empresas chinas y perjudica a Taiwán
En un intento por mantener su presencia en el mercado chino, el gigante tecnológico Apple está siguiendo los dictados del Partido Comunista Chino (PCCh), optando por tratar con proveedores favorables al PCCh y dejando de lado a las empresas taiwanesas. Un informe de The Information revela más detalles sobre el intento de Apple de complacer a un régimen autoritario en busca de beneficios.
Según el informe, Apple pretende sustituir al fabricante taiwanés Foxconn por el proveedor chino Luxshare. La decisión se produce como parte del acuerdo de 275.000 millones de dólares que la compañía firmó con el régimen comunista allá por 2016.
El acuerdo se hizo para evitar que los reguladores chinos molestaran a la compañía, ya que Apple no quería perder el mercado chino, que representa alrededor de una quinta parte de sus ingresos anuales. El crecimiento anual de las ventas en el país fue de un impresionante 82% en el último trimestre.
Al parecer, el consejero delegado de Apple, Tim Cook, presionó a las autoridades chinas, descontentas por la escasa contribución de la empresa a la economía nacional. El acuerdo permitió a Apple obtener importantes exenciones legales. A cambio, Apple aceptó colaborar con universidades chinas en materia de tecnología, utilizar más componentes fabricados en China en sus dispositivos, llegar a acuerdos con empresas de software locales y realizar inversiones directas en empresas tecnológicas chinas.
Un año después de que Apple firmara el acuerdo, Luxshare fue elegida para fabricar los auriculares AirPods. La decisión supuso un duro golpe para las empresas taiwanesas que han sido uno de los principales proveedores de Apple durante muchos años.
Se dice que Foxconn está tan preocupada por el lento cambio de Apple a Luxshare que ha creado un equipo para estudiar a la empresa china. En la actualidad, Luxshare ya está por delante de Foxconn en cuanto a capitalización bursátil. Algunos especulan que Luxshare podría desbancar pronto a Foxconn como principal proveedor de Apple.
Luxshare está construyendo un enorme complejo de fábricas en el este de China, que cree que le permitirá romper el dominio que tienen las empresas taiwanesas a la hora de ensamblar iPhones.
La planta, que tiene 285.000 metros cuadrados, cubre un área equivalente al tamaño de 40 campos de fútbol. Construida con una inversión de 11.000 millones de yuanes (1.720 millones de dólares), se espera que la instalación produzca millones de iPhones cuando esté plenamente operativa.
«Estuve en un viaje de negocios cerca y vi el nuevo complejo de fabricación de Luxshare. Estoy impresionado por la escala del complejo y la posible capacidad para fabricar iPhones… El día en el que supere a Foxconn y Pegatron podría llegar antes de lo que la gente estima a juzgar por el progreso de la nueva instalación», dijo un ejecutivo proveedor de Apple a Nikkei Asia.
Cuando se conoció la noticia del acuerdo de 275.000 millones de dólares de Apple con Beijing, atrajo una gran atención en Estados Unidos, y algunos criticaron a la empresa por doblegarse ante el régimen comunista.
El periódico chino Global Times, respaldado por el Estado, afirmó que los ataques a los vínculos de Apple con China están «claramente impulsados por la corrección política de la sinofobia». Obligar a las empresas estadounidenses a desvincularse de China es como desvincularlas de las oportunidades y las ganancias, argumentó.
En una entrevista con SCMP, Dan Wang, economista jefe de Hang Seng Bank China, señaló que la controversia en torno a la inversión de 275.000 millones de dólares de Apple podría reflejar la intención de Estados Unidos de desvincular su sector tecnológico de China.
«La controversia refleja en parte la intención de EE.UU. de desvincularse en el sector tecnológico con China… Como China se ha convertido en uno de los mayores mercados para Apple y muchas otras empresas extranjeras… [las empresas multinacionales] también están más dispuestas a participar en la colaboración tecnológica con sus homólogos chinos, ya que consideran a China como un mercado importante y no sólo como un centro de fabricación», dijo Wang.