Ministro de Relaciones Exteriores de China se reúne con homólogo ucraniano

El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, habló con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, en una llamada telefónica el 4 de abril, según informó Reuters.

La reunión, que según Beijing se realizó a petición de Ucrania, fue la primera conversación de alto nivel entre ambas naciones desde el 1 de marzo y, según se informa, Beijing apoyó las conversaciones de paz para poner fin al conflicto en Ucrania. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano, Kuleba había pedido a Beijing en marzo que utilizara sus vínculos con Moscú para detener la invasión rusa.

«Las guerras acaban en algún momento. La clave es cómo reflexionar sobre el dolor, para mantener una seguridad duradera en Europa y establecer un mecanismo de seguridad europeo equilibrado, eficaz y sostenible», dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de China citando a Wang.

«China está dispuesta a desempeñar un papel constructivo en este sentido en una posición objetiva».

Tras la llamada, Kuleba tuiteó: «Agradecido a mi homólogo chino por la solidaridad con las víctimas civiles».

«Ambos compartimos la convicción de que poner fin a la guerra contra Ucrania sirve a los intereses comunes de la paz, la seguridad alimentaria mundial y el comercio internacional», dijo.

La postura de Beijing

La República Popular China (RPC) ha insistido en su neutralidad con respecto a la guerra de Rusia contra Ucrania, lo que contrasta con la condena y las sanciones generalizadas de los gobiernos occidentales y los aliados de Estados Unidos.

Aunque Beijing y Moscú mantienen una profunda asociación estratégica y económica, que los líderes Xi Jinping y Vladimir Putin reafirmaron semanas antes de la «operación militar especial» del Kremlin, China sostiene considerables vínculos comerciales con Ucrania.

Estados Unidos pidió repetidamente a Beijing que se pronuncie sobre la guerra. En respuesta, los diplomáticos de la RPC han reprendido a Washington y a la OTAN por albergar una mentalidad de «guerra fría» que contribuyó a inflamar las tensiones entre Moscú y Kiev en primer lugar.

El ministro ruso de Finanzas, Anton Siluanov, dijo el 13 de marzo que la «asociación económica de su país con China seguirá permitiéndonos mantener la cooperación que hemos logrado».

El Ministerio de Asuntos Exteriores de China declaró el 22 de marzo que «continuarán las relaciones comerciales normales» con Rusia, a pesar de que la mayoría de las empresas europeas y estadounidenses decidieron reducir sus pérdidas y salir de la ahora colapsada economía rusa.

Además de China, grandes países no occidentales como India y Pakistán también se mantienen al margen de las sanciones, y recientemente India ha estado trabajando con Moscú en un sistema para realizar intercambios comerciales en rublos y rupias.

Impacto económico

Desde la invasión, la economía rusa ha caído abruptamente después de que las sanciones de Occidente hayan colapsado su ya difícil economía.

El índice de gestores de compras (PMI) de S&P Global para Rusia, publicado el 1 de abril, mostró una caída de 48,6 en febrero a 44,1 en marzo, y todo lo que está por debajo de 50 representa una contracción, según los analistas de Goldman Sachs. Los economistas también señalaron el 4 de abril que la caída fue «generalizada, con fuertes descensos en los componentes de producción, nuevos pedidos y nuevos pedidos de exportación».

Además, un análisis publicado por Capital Economics preveía que las sanciones probablemente llevarían al producto interior bruto ruso a una contracción del 12% en 2022, mientras que la inflación superaría el 23% interanual.

El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo ha proyectado un descenso del 10 por ciento en la economía rusa, lo que constituiría la recesión más profunda del país en casi 30 años. La proyección también estima que el PIB de Rusia se estancará en 2023 y entrará en un periodo prolongado de «crecimiento insignificante».

Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, acusó recientemente a las fuerzas rusas de crímenes de guerra después de que, al parecer, se descubrieran cientos de cadáveres en el barrio de Bucha, en Kiev, tras la retirada rusa de la capital.

Mientras tanto, las fuerzas ucranianas fueron acusadas de ejecutar sumariamente a los soldados rusos tomados como prisioneros, así como de castigar y humillar a los civiles prorrusos y a los supuestos culpables de saqueos.

La rápida retirada de los rusos de la zona de Kiev se produjo tras semanas de intentos de cercar la capital ucraniana, en los que se produjeron numerosas bajas en ambos bandos. El Ministerio de Defensa ruso indicó que la retirada pretende que Moscú se centre en otros frentes de la guerra, en particular en asegurar el control ruso sobre los territorios orientales del Donbass.

Las fuerzas rusas siguen manteniendo gran parte de Ucrania al sur del río Dniéper, ocupando una franja de terreno que se extiende desde la frontera rusa hasta la península de Crimea.

Leo Timm colaboró en la elaboración de este informe.

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Redacción Mundo Libre
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