Chile busca el camino hacia una nueva Constitución en medio de fuertes divisiones en el país
El domingo 17 de diciembre, los chilenos votarán en referéndum una nueva Constitución que pretende sustituir al texto que data de la época de Augusto Pinochet.
El impulso para reescribir la Constitución, que se remonta al gobierno del general Pinochet (1973-1990), surgió a raíz de las encendidas protestas de hace cuatro años, provocadas en parte por la profunda desigualdad que muchos achacaban a ese marco.
Los proponentes al inicio del proceso esperaban que una nueva Constitución ayudara a marcar el comienzo de una era de unidad en Chile, tras una ola de ira pública que terminó en manifestaciones masivas en 2019 (estallido social) por el mal estado de los servicios públicos.
El plebiscito obligatorio es el segundo intento del país de redactar una nueva carta magna. El primer intento fue redactado por un órgano elegido por votación popular y dominado por voces de izquierda. Concedía amplias protecciones medioambientales y garantizaba un amplio abanico de derechos sociales. Pero para muchos chilenos era demasiado radical y fue rechazada en septiembre de 2022 por los votantes.
Los chilenos eligieron entonces una asamblea, esta vez dominada por la derecha, para redactar otra versión que se someterá a votación el 17 de diciembre.
En caso de que no se apruebe, el presidente Gabriel Boric ha dicho que no impulsará una tercera revisión, sino que podría intentar modificar el texto actual para incluir propuestas populares como la ampliación de los «derechos reproductivos» y medioambientales. La versión de 1980 ya ha sido modificada varias veces a lo largo de las décadas.
De: Reuters