Caos en la final de la Copa América: Arrestan y luego liberan al presidente de la Federación Colombiana de Fútbol
La final de la Copa América 2024 en Miami quedará marcada no solo por la victoria de Argentina sobre Colombia, sino también por los incidentes que llevaron al arresto del presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Ramón Jesurún Franco, y su hijo Ramón Jamil Jesurún, liberados este lunes.
El domingo por la noche, tras el partido en el Hard Rock Stadium de Miami, ambos fueron detenidos por su participación en un altercado con personal de seguridad. Las autoridades los acusaron de agredir a un oficial de policía y a un guardia de seguridad.
Según los informes policiales, el incidente ocurrió poco después de la medianoche en un túnel del estadio donde se reunían los medios de comunicación. La situación escaló cuando los Jesurún intentaron ingresar a un área restringida. Un guardia de seguridad, Jackie Show, recibió instrucciones de impedir temporalmente el paso hacia esa zona.
La versión oficial indica que Ramón Jamil Jesurún agarró al guardia por el cuello, lo tiró al suelo, lo golpeó y le dio una patada en la cabeza. También se menciona a la oficial de policía Daney August, quien supuestamente fue arrojada al suelo por uno de los acusados.
Sin embargo, Ramón Jesurún Franco ofrece una versión diferente de los hechos. Tras su liberación, declaró: «Mi credencial dice ‘acceso total’ y un guardia de seguridad, de esos que quiere hacerse el importante, lo desconoció. Le insistí en que podía entrar, me empujó y ahí se armó un tumulto, ridículo e injusto, en el que atropellaron niños».
Los Jesurún permanecieron casi veinte horas arrestados en el Centro Correccional Turner Gilford Knight del condado de Miami Dade. Comparecieron esposados y con uniforme naranja ante la jueza Mindy Lazeren en el Tribunal del Circuito de Florida.
Tras pagar una fianza de 2000 dólares, ambos quedaron en libertad el lunes. A su salida, Ramón Jamil Jesurún expresó su descontento: «Muy injusto. Han echado la historia como no es. Al fin y al cabo somos humanos, a cualquiera nos pasa eso. Ya nos manifestaremos de manera oficial».
El incidente de los Jesurún se enmarca en un contexto más amplio de desorden que rodeó la final. El partido comenzó con más de una hora de retraso debido a problemas de seguridad que dejaron a cientos de aficionados atrapados fuera del estadio. Videos en redes sociales mostraron enfrentamientos entre personal de seguridad y fanáticos que intentaban entrar por la fuerza.
El Hard Rock Stadium emitió un comunicado explicando que se habían preparado para el evento aumentando significativamente el personal de seguridad: «Más del doble del personal que en un evento típico de estadio a capacidad máxima». A pesar de estas medidas, la situación se salió de control.
«Los aficionados continuaron participando en conductas ilegales: peleando con oficiales de policía, derribando muros y barricadas, y vandalizando el estadio, causando daños significativos a la propiedad», señaló el comunicado del estadio.
Las autoridades de Miami-Dade continúan investigando los fallos que propiciaron el caos. Muchos aficionados con entradas válidas no pudieron ingresar al partido, mientras que otros sufrieron golpes y desmayos debido a las altas temperaturas.
El balance final del evento: más de dos docenas de aficionados fueron arrestados y más de 50 personas fueron expulsadas del recinto, a pesar de la presencia de más de 800 oficiales de seguridad.
Este incidente puso de manifiesto las deficiencias en la organización de un evento de tal magnitud. La Copa América, el torneo de selecciones nacionales más importante de las Américas, fundado hace más de un siglo, se celebraba por segunda vez en Estados Unidos.
La Federación Colombiana de Fútbol se ha negado a hacer comentarios sobre el arresto de su presidente. El Hard Rock Stadium está programado para albergar siete partidos en el Mundial de 2026.
Con información de Reuters