Bolsonaro redactó una solicitud de asilo a Argentina, según la policía brasileña

La Policía Federal de Brasil reveló este miércoles que el expresidente Jair Bolsonaro había redactado en febrero del año pasado una carta dirigida al presidente argentino, Javier Milei, en la que solicitaba asilo político. El documento, encontrado en su teléfono celular dos días después de que le incautaran el pasaporte, formó parte del informe final presentado por las autoridades. No obstante, no hay pruebas de que la misiva haya sido enviada y desde la Casa Rosada aclararon que nunca recibieron tal comunicación.
El escrito fue incorporado a la acusación que la justicia impulsa contra Bolsonaro y su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, a quienes se les atribuye haber intentado influir en un proceso judicial abierto en Brasil. Ese juicio, que busca responsabilizar al exmandatario de un supuesto “plan de golpe”, está previsto para septiembre.
Contactos internacionales y acusaciones políticas
Además de la carta, los investigadores mencionaron un audio en el que Bolsonaro consultaba al abogado Martin de Luca —representante del presidente Donald Trump en Trump Media y de la plataforma Rumble— sobre un texto que planeaba difundir en redes sociales con elogios a Trump.
El informe policial llegó incluso a afirmar que Bolsonaro “actuaba de manera subordinada a intereses extranjeros”, una acusación que sus defensores califican de exagerada y sin sustento. De Luca respondió en un comunicado señalando que su asesoría legal fue “una gestión de rutina” y que las autoridades brasileñas la manipulan para alimentar teorías conspirativas.
Medidas judiciales y cuestionamientos a Moraes
Este mes, el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes ordenó el arresto domiciliario de Bolsonaro, bajo el argumento de que habría incumplido medidas cautelares y que existía riesgo de fuga. Moraes, figura de tendencia izquierdista altamente cuestionada por la oposición, concentra un creciente poder dentro del sistema judicial brasileño y ha sido acusado de utilizar la justicia como herramienta de persecución política.
El propio presidente Donald Trump calificó el proceso contra Bolsonaro como una “caza de brujas” y pidió sanciones comerciales contra Brasil en respuesta. En paralelo, el Departamento del Tesoro de EE.UU. sancionó financieramente a Moraes, marcando un fuerte respaldo al líder conservador brasileño.
Cabe recordar que Rumble, la plataforma de videos alternativa a YouTube, fue suspendida en Brasil en febrero por decisión de la Corte Suprema, tras negarse a cumplir órdenes judiciales consideradas arbitrarias. Rumble y Trump Media demandaron a Moraes en tribunales estadounidenses, en un caso que refuerza el debate sobre la libertad de expresión en Brasil.
El episodio del borrador de carta a Milei revive además la polémica sobre el breve refugio que Bolsonaro habría buscado en la embajada de Hungría en 2023, hecho que luego fue descartado por falta de pruebas.
En este nuevo capítulo, Bolsonaro y su entorno insisten en que se trata de un proceso judicial politizado, mientras sus simpatizantes denuncian que Brasil vive una peligrosa deriva autoritaria bajo el poder concentrado de la Corte Suprema.
En definitiva, lo que vive hoy Jair Bolsonaro no es un simple proceso judicial, sino parte de una ofensiva política más amplia que busca neutralizar a las voces conservadoras en Brasil.
El protagonismo casi absoluto de Alexandre de Moraes en este caso refleja el riesgo de un poder judicial utilizado como arma política, ya que Bolsonaro no está preso por algún hecho de corrupción, sino por cuestionar los resultados de las elecciones que dieron por ganador a Lula da Silva.
Lejos de consolidar la democracia, estas maniobras minan la confianza en las instituciones y dejan en evidencia que, para ciertos sectores en Brasil, la verdadera amenaza no es el supuesto “golpe” del que acusan a Bolsonaro y su entorno, sino la fuerza de un liderazgo conservador que aún cuenta con un sólido respaldo popular.