Bolsonaro deja Moscú para reunirse con Orbán en defensa de las naciones vs. el globalismo
Invitado por el primer ministro Viktor Orbán, el presidente brasileño Jair Bolsonaro llegó ayer a la mañana a Budapest luego de reunirse en Moscú con el presidente Vladimir Putin.
Tras ser recibido por el Jefe de Estado de Hungría, el Presidente János Áder, Bolsonaro fue recibido Orbán.
«Hungría y Brasil son hermanos por los valores que representamos, que se pueden resumir en cuatro palabras: Dios, patria, familia y libertad», dijo el presidente Jair Bolsonaro en una declaración a la prensa.
Añadió que, aunque se trata de una breve visita, “dejará un gran legado para nuestros pueblos».
Por su parte, el primer ministro Viktor Orbán emitió unas breves palabras.
«Hoy sucedió algo que nunca había ocurrido, ya que ningún presidente de Brasil había visitado nunca Hungría», dijo Orbán a la prensa.
El primer ministro húngaro también agradeció a Bolsonaro por su visita a Rusia en medio de la crisis con Ucrania para buscar la paz.
«La posibilidad de una guerra ensombrece nuestros días», dijo Orbán, y añadió que todos los esfuerzos para preservar la paz son de interés de Hungría.
«Aunque Brasil no es miembro de la OTAN, es un socio militar cooperativo», dijo, agradeciendo al presidente brasileño sus esfuerzos por preservar la paz.
En el 2022, Brasil y Hungría celebran 95 años del establecimiento de relaciones diplomáticas, y según ambos líderes la relaciones entre las naciones es sólida, y ahora se encuentra en su mejor momento.
Ambos líderes resaltaron el aumento del comercio bilateral, la actividad empresarial y el turismo, así como la cooperación en un conjunto muy amplio de cuestiones.
El comercio bilateral en 2021 ascendió a 2.600 millones de reales (503 millones de dólares estadounidenses), y se verá muy beneficiado por el Acuerdo Comercial UE-Mercosur.
«Vemos a Brasil como un país de grandes oportunidades», dijo Orbán, mencionando las inversiones en biotecnología, y que la empresa farmacéutica húngara Richter ya está presente en Brasil.
Asimismo, destacó que el libre comercio es vital para Hungría ya que sus exportaciones representan el 70% del PIB.
Durante esta visita se firmó un acuerdo de cooperación militar, un acuerdo de cooperación en materia de ayuda humanitaria, y un acuerdo de cooperación en materia de gestión y saneamiento del agua.
Defensa de la identidad de cada nación frente al globalismo
Tanto Bolsonaro como Orbán destacaron que Brasil y Hungría comparten valores y principios comunes firmemente basados en la convicción de que “la soberanía nacional es un derecho fundamental”, y la base de las “sociedades sanas”, y de un “sistema internacional sano”.
También coincidieron en que las cuestiones “globales o transnacionales” no deben servir de pretexto para imponer políticas perjudiciales para las instituciones nacionales, o que violen la autodeterminación de las naciones soberanas, ignorando la voluntad democrática de los pueblos, compartió el Gobierno de Brasil.
Asimismo, se refirieron al valor que tiene preservar la pluralidad de perspectivas nacionales y proteger la identidad de cada nación de la hegemonía cultural.
“El sistema multilateral debe tener espacio para la coordinación entre naciones soberanas a fin de garantizar un sistema internacional próspero y pacífico”, informó el Gobierno de Brasil.
También fijaron una posición común frente a la migración y las fronteras.
“Los dos países comparten un enfoque común sobre los principales problemas mundiales”, dijo el Primer Ministro Orbán, y añadió que los dos países están de acuerdo en que la migración es un fenómeno negativo, según una declaración de Zoltan Kovacs, Secretario de Estado para la Comunicación y Relaciones Internacionales.
El encuentro entre ambos líderes y sus declaraciones acerca de la soberanía nacional y de la necesidad de preservar las identidades y culturas nacionales, se dan en el contexto en el que Hungría sufre actualmente el veto de las instituciones de la Unión Europea (UE) por ejercer su derecho de implementar políticas nacionales dentro de sus fronteras.
El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) emitió ayer, 16 de febrero, su veredicto final sobre el caso presentado ante el tribunal por Hungría y Polonia sobre la vinculación de las transferencias de fondos por parte de la UE “a algo que llaman Estado de Derecho’ en la jerga de Bruselas”, dijo Zoltan Kovacs.
El llamado Estado de Derecho o mecanismo de condicionalidad supondría la retención de dinero si un Estado miembro no respeta los valores fundamentales del bloque.
“Lamentablemente, sabemos muy bien que este argumento del Estado de Derecho es sólo una fachada. La decisión del TJCE es, de hecho, un ataque contra la legislación húngara de protección de la infancia, cuyo objetivo es mantener a los activistas LGBTQ fuera de las escuelas, proteger a los niños húngaros de la propaganda en la educación sexual y garantizar que las decisiones relativas a la educación de sus hijos sigan siendo un derecho exclusivo de los padres”.
Según la Ministra de Justicia de Hungría, Judit Varga, el país recibió incluso una carta especial de Bruselas, en la que se les piden que cambien las “leyes de protección de la familia y del niño, que, por cierto, son competencia nacional y, por tanto, están lejos de la esfera de autoridad de Bruselas”.
Varga manifestó que Bruselas vuelve a abusar de su poder simplemente para abolir la Ley de Protección de la Infancia y “llevar a todos a la corriente ideológica de la izquierda”.
“Pero Bruselas también debe entender una cosa: sólo los padres húngaros pueden decidir sobre la educación de los niños húngaros”.
En el mes de abril Hungría consultará este tema a sus ciudadanos por medio de un referéndum, que según el gobierno deberá ser respetado por la UE.
El 3 de abril también se realizarán las elecciones legislativas en Hungría.
Desde la óptica del actual gobierno húngaro las acciones desde Bruselas buscan interferir en las elecciones.
“Los últimos acontecimientos son una clara prueba de que la campaña electoral en Bruselas ya ha comenzado meses antes, pues la izquierda europea ya ha realizado varios intentos de influir en las elecciones húngaras”, expresó la ministra Judit Varga.
“Han lanzado una campaña de desprestigio con documentos acusatorios disfrazados de informes del Estado de Derecho, mientras retenían ilegalmente los beneficios del fondo de restauración que se debían al pueblo húngaro”.
Desde el gobierno advierten que desde 2020 Hungría impidió con éxito que las fuerzas liberales utilizaran una nueva herramienta de chantaje político para obligar a los Estados miembros a renunciar a su identidad constitucional y así fusionarse completamente con la masa liberal.
Se trata del marco financiero plurianual, en el que Polonia y Hungría llevaron la cuestión de la condicionalidad presupuestaria al Tribunal de Justicia de la UE, porque el desembolso de los fondos de la UE no puede estar sujeto a condiciones ideológicas y políticas.
De acuerdo con las autoridades húngaras, en la UE no hay dos miembros que sean iguales, al igual que no hay una definición única y exacta del Estado de Derecho que sea igualmente aplicable a todos los países.
No es un concepto universal, sino la expresión de un deseo en constante cambio que está arraigado en las tradiciones históricas, culturales y constitucionales de un determinado sistema jurídico.
Del otro lado, según la ministra Judit Varga, está el acariciado sueño de la burocracia de Bruselas de crear un sistema de dictados que ellos han construido y que ignora las características del derecho nacional es en vano, “pero no lo permitiremos”, aseveró.