Aún no está clara la cantidad de víctimas tras alud que sepultó 2000 personas en Papúa Nueva Guinea

Un enorme deslizamiento de tierras en Papúa Nueva Guinea ha sepultado a más de 2000 personas y cientos pueden haber perdido la vida, según el gobierno nacional.

El terreno traicionero ha obstaculizado la ayuda y ha reducido las esperanzas de encontrar supervivientes de la catástrofe, que se produjo el viernes 24 de mayo. El Centro Nacional de Desastres de Papúa Nueva Guinea declaró que más de 670 personas podrían haber muerto.

El último censo fiable de esta nación insular del Pacífico data del año 2000. Muchas personas viven en aldeas aisladas en las montañas, y la variación de las cifras refleja la lejanía del lugar y la dificultad de obtener una estimación precisa de la población.

El ministro de Defensa, Billy Joseph, dijo que 4000 personas vivían en las seis aldeas remotas de la zona de Maip-Mulitaka, en la provincia de Enga.

El alud se produjo en la madrugada del viernes, mientras la mayoría dormía, y más de 150 casas quedaron sepultadas bajo los escombros de casi dos pisos de altura.

Evit Kambu, residente de la aldea, declaró a Reuters: «Tengo a 18 miembros de mi familia enterrados bajo los escombros y la tierra sobre la que estoy de pie, y a muchos más familiares en el pueblo que no puedo contar». «Pero no puedo recuperar los cuerpos, así que estoy aquí de pie sin poder hacer nada».

Más de 72 horas después del alud, los residentes seguían utilizando palas, palos y manos desnudas para intentar desplazar los escombros, y según las autoridades provinciales solo se encontraron 5 cadáveres.

Condiciones difíciles

Personas escarban entre los escombros en el lugar de un alud en el pueblo de Yambali, en la región de Maip Mulitaka, en la provincia de Enga, Papúa Nueva Guinea, el 27 de mayo de 2024. (EMMANUEL ERALIA/AFP vía Getty Images)

Serhan Aktoprak, jefe de la misión de la agencia de la ONU para las migraciones en Papúa Nueva Guinea, dijo que la lluvia, la inestabilidad del terreno y la corriente de agua hacían extremadamente peligroso para los residentes y los equipos de rescate desalojar los escombros en las zonas afectadas.

Aktoprak añadió: «En este momento, creo que la gente se está dando cuenta de que las posibilidades de que alguien pueda salir con vida son muy escasas».

Informó que se evacuaron más de 250 viviendas y más de 1250 personas se vieron obligadas a desplazarse.

Debido a la remota ubicación de la catástrofe, los equipos pesados y la ayuda tardan en llegar, mientras que la violenta guerra tribal en las cercanías entre distintas facciones ha obligado a los trabajadores humanitarios a viajar en convoyes escoltados por soldados.

El sábado, ocho personas murieron y 30 casas se quemaron a causa de la violencia, dijo un funcionario de la agencia de la ONU.

La primera excavadora de rescate recién llegó al lugar de la catástrofe a última hora del domingo, según un funcionario de la ONU.

Según Matthew Hewitt Tapus, pastor de Port Moresby, capital del país, muchas personas siguen sin saber dónde se encuentran sus familiares. Su pueblo natal está situado cerca de la zona del desastre.

«No todo el mundo está en la misma casa al mismo tiempo, así que hay padres que no saben dónde están sus hijos, madres que no saben dónde están sus maridos, es caótico», relató a Reuters.

Joseph dijo que el jefe de operaciones de defensa fue enviado al lugar de la catástrofe en menos de 24 horas con ayuda de las Fuerzas de Defensa australianas, y que también se desplegaron en el lugar un equipo de ingenieros de defensa de Papúa Nueva Guinea y un helicóptero militar para evacuaciones.

El gobierno pidió a un equipo geotécnico de las Fuerzas de Defensa neozelandesas que evaluara la posible inestabilidad del terreno y las zonas cercanas.

El ministro añadió que la provincia necesita aumentar su capacidad de alerta en caso de catástrofe, y dijo que el gobierno reconstruiría los pueblos y reabriría la carretera principal a la ciudad y a la mina de oro de Porgera.

Australia anunció una ayuda inicial de 2,5 millones de dólares australianos (1,66 millones de dólares estadounidenses) y dijo que enviaría expertos técnicos para ayudar en las tareas de rescate y recuperación.

Reuters colaboró en la elaboración de este artículo.

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Redacción Mundo Libre
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