Ataque en Washington: el sospechoso es un afgano que ingresó a EE.UU. bajo el programa de reasentamiento de Biden
El ataque que dejó a dos miembros de la Guardia Nacional gravemente heridos en pleno centro de Washington ha abierto un nuevo frente en el debate sobre la política migratoria de Estados Unidos. Las autoridades identificaron al sospechoso como Rahmanullah Lakanwal, un ciudadano afgano de 29 años que ingresó al país en 2021 bajo la operación “Allies Welcome”, el programa impulsado por la administración de Joe Biden tras la retirada de Afganistán.
El tiroteo, ocurrido a pocos metros de la Casa Blanca, fue descrito por las autoridades como una “emboscada” contra los soldados de la Guardia Nacional provenientes de Virginia Occidental, quienes realizaban un patrullaje de alta visibilidad cuando fueron atacados. Ambos permanecen en estado crítico.
Un beneficiario del programa de evacuación de Biden
Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Lakanwal llegó a Estados Unidos como parte del esfuerzo para reubicar a miles de afganos tras la caída de Kabul en agosto de 2021. La iniciativa buscaba proteger a quienes cooperaron con fuerzas estadounidenses y temían represalias por parte del Talibán.
Sin embargo, el caso ha reavivado cuestionamientos sobre los controles de antecedentes realizados durante aquel proceso, implementado en medio de una evacuación caótica.
Respuesta inmediata del gobierno federal
El presidente Donald Trump calificó el ataque como “un acto de maldad, odio y terror”, y anunció que su administración reexaminará el historial de todos los afganos que ingresaron al país durante el gobierno de Biden.
Pocas horas después, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) ordenó una suspensión inmediata e indefinida de todos los trámites migratorios vinculados a ciudadanos afganos, en espera de una revisión completa de los protocolos de seguridad y verificación.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó también el despliegue adicional de 500 soldados de la Guardia Nacional en Washington, reforzando la presencia militar ya existente en la capital bajo las políticas de seguridad interna que impulsa la administración Trump.
El debate migratorio vuelve al centro del escenario
El vicepresidente JD Vance afirmó que el ataque demuestra la necesidad de endurecer las políticas migratorias: “Debemos redoblar esfuerzos para deportar a quienes no tienen derecho a estar en nuestro país.”
Las críticas hacia el gobierno, sin embargo, no tardaron en llegar. Organizaciones de derechos civiles y opositores demócratas sostienen que la suspensión generalizada de trámites para afganos afecta incluso a quienes colaboraron con Estados Unidos y no tienen vínculos con actividades criminales.
Para otros sectores, en cambio, el caso de Lakanwal expone un riesgo que ya había sido advertido en 2021: la posibilidad de que fallas en la verificación durante la evacuación apresurada permitieran el ingreso de individuos que no habían sido examinados adecuadamente.
Un ataque que sacudió la capital
Testigos relataron escenas de pánico cerca de Farragut Square, una zona muy concurrida por trabajadores de oficinas y turistas. Tras el intercambio de disparos, otros guardias lograron reducir al atacante, que también resultó herido.
La alcaldesa Muriel Bowser confirmó que se trató de un atentado dirigido, aunque por ahora no se han establecido motivos ni vínculos con otros individuos u organizaciones. El FBI continúa investigando.
Un episodio que reabre viejas heridas
Aunque la investigación recién comienza, el hecho ya se ha convertido en un punto de inflexión en la discusión sobre seguridad nacional y migración.
El atacante, un beneficiario directo del programa de reasentamiento de Biden, coloca nuevamente bajo escrutinio aquella operación de emergencia que marcó el final de la presencia estadounidense en Afganistán.
Mientras los dos soldados luchan por su vida, Washington intenta comprender cómo un programa diseñado para proteger aliados pudo terminar asociado a un ataque a uniformados en pleno corazón de la capital.
