Argentinos de la creencia budista Falun Dafa fueron golpeados por patotas chinas en Buenos Aires

Junto a sus familias, los creyentes budistas se habían acercado a los festejos del Año Nuevo chino cuando fueron violentamente agredidos. La persecución religiosa en China que se extiende hasta el país sudamericano y el rol cómplice del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

El pasado domingo 26 enero, durante el festejo del Año Nuevo chino, en una plaza pública de la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de argentinos creyentes de la disciplina milenaria de la Escuela Buda, Falun Dafa, fueron brutalmente agredidos por ciudadanos chinos en connivencia con autoridades del Gobierno de la Ciudad.

Cada año, los practicantes argentinos de Falun Dafa participan con sus familias en la celebración del Año Nuevo chino. Al ser una disciplina milenaria de origen chino, están interesados en celebrar este acontecimiento como parte de la tradición de la cultura antigua china.

Falun Dafa es una creencia milenaria que pone gran énfasis en el mejoramiento espiritual, es decir volverse una mejor persona y retornar a los valores morales y a las tradiciones. Gracias a su profunda enseñanza, en China en los años ‘90, llegó a tener cerca de 100 millones de creyentes. Ante semejante popularidad, en 1999 comenzó una enorme campaña difamatoria, seguida de una persecución brutal contra estas personas -que continúa hasta el día de hoy- en el marco de las persecuciones religiosas que ejecuta el Partido Comunista en el país asiático. El régimen del Partido Comunista califica a sus practicantes de “delincuentes” por creer en Dios y vivir bajo los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.

Como parte de su campaña transnacional, en Argentina esta represión a la libre expresión y conciencia lleva más de dos décadas, con múltiples informes que documentan la injerencia de la Embajada china sobre funcionarios locales.

Cuando estos creyentes argentinos pacíficos entraron el 26 de enero a la Plaza Parques Nacionales Argentinos, ubicada en el barrio de Belgrano, fueron identificados por patotas chinas, las cuales rodearon a cada uno de los practicantes, según revela un informe difundido por la Asociación Civil Estudio de Falun Dafa en Argentina.

El evento fue coorganizado por instituciones ligadas a la Embajada china, como Fénix Dorada, y con patrocinio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pese a tratarse de un encuentro “abierto» y en un espacio público, la Policía de la Ciudad habría recibido órdenes de no proteger a estos ciudadanos argentinos, quienes fueron identificados de inmediato, golpeados y detenidos. En cambio, sí dejar vía libre a los grupos violentos chinos.

En las imágenes -ver debajo- se observa cómo agresores chinos irrumpieron con violencia en medio del acto público, confiscando a la fuerza celulares, banderas, volantes y paraguas, atacando físicamente a hombres, mujeres y hasta madres con niños.

Testigos y material audiovisual confirman que personal policial presente en el lugar no intervino para detener las agresiones a pesar de los gritos de auxilio. Peor aún, al menos dos practicantes (entre ellos un padre de familia y una mujer) fueron esposados y detenidos bajo acusaciones infundadas de “agresión” y “hostigamiento”.

Golpizas chinas a ciudadanos argentinos

Ignacio Chirinos, un córdobes que asistió con su esposa, se encontraba al frente del escenario cuando apenas comenzaba el evento. Antes de abrir una bandera fue rodeado por más de 6 ciudadanos chinos quienes empezaron a forcejear la bandera para robársela a la vista de todos los presentes y la inacción de la policía.

Como se puede observar en los videos grabados por vecinos que se acercaron a la plaza, después de que los agresores chinos lograron quitarle la bandera a Chirinos, inexplicablemente, la policía intervino solo para reducir violentamente a este creyente pacífico, al tiempo que dejó “vía libre” a los agresores para que continuaran golpeando impunemente a otros ciudadanos argentinos.

“Recibimos la orden de no dejar entrar a personas con remeras amarillas o carteles de Falun Dafa”, reconoció un oficial policial en «off» citado en el informe de la Asociación de Falun Dafa.

Una mujer porteña, practicante de Falun Dafa, llamada Meilin Klemman, que intentó grabar la situación con su teléfono celular, fue agredida violentamente por un grupo de ciudadanos chinos que luego la entregaron a la policía, que la redujo de forma brutal. La agresión también fue filmada por testigos.

Alejandro Mendiberry, que se había trasladado desde Quilmes para participar de la celebración de Año Nuevo chino, también sufrió una golpiza por un grupo de ciudadanos chinos que lo rodearon, propinando golpes de puño y patadas. Mendiberry tenía una remera que decía “Falun Dafa es bueno – Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno”. Mediante golpes de puño, los agresores chinos le arrancaron y destrozaron la remera.

Una familia oriunda de Jujuy, practicantes de Falun Dafa, fue acosada por la policía de forma ilegal y arbitraria. La mujer de nombre Romina García se encontraba cerca de una valla cuando una mujer de civil que se identificó como del “Ministerio de Seguridad” quiso robarle una remera amarilla de Falun Dafa, y la acusó de “terrorista”. El inusitado y absurdo suceso también quedó registrado.

“Los hechos dejaron en evidencia que a aquellos chinos comunistas no les importó en absoluto que se tratara de ciudadanos argentinos en su propio país, ni tampoco que hubiese mujeres y niños entre los practicantes de Falun Dafa. ¿Quién les ha dado tanto poder y coraje en Argentina? Indudablemente tenían luz verde por parte de las autoridades del gobierno de CABA -que ordenó a la policía que no reprimiera a los agresores- para hacer lo que quisieran con estos creyentes argentinos”, resalta el informe de la Asociación de Falun Dafa en Argentina.

Las acciones ocurridas en el Año Nuevo chino se habrían impartido para asegurar que nadie viera las remeras amarillas usadas por algunos practicantes argentinos, las cuales llevaban inscripciones como “Verdad, Benevolencia y Tolerancia” y “Falun Dafa es bueno”. El objetivo sería resguardar la imagen de China y ocultar la existencia de Falun Dafa de la Escuela Buda, satisfaciendo lineamientos de la Embajada china. Mientras tanto, los agresores foráneos, identificados con pulseras celestes en las muñecas, se retiraron sin ser demorados.

Cabe resaltar que en 2023 se estrenó el documental ArgenChina: la soberanía perdida, que revela dos décadas de hostigamiento contra practicantes de Falun Dafa en Argentina. Estos hechos se enmarcan en una campaña de represión transnacional del PCCh, ampliamente documentada. A lo largo de los años, las autoridades nacionales y locales —sin importar el gobierno de turno— han permitido que el régimen chino extienda su persecución religiosa más allá de sus fronteras.

“La soberanía argentina no debe ser pisoteada por una potencia extranjera. La comunidad de Falun Dafa continuará sus actividades pacíficas para el bienestar del pueblo argentino, aunque el PCCh las considere una amenaza porque exponen su brutal persecución y matanza de inocentes de fe en China. No se puede erradicar a practicantes argentinos por ejercer su libertad de creencia en un país que se considera democrático y libre, ya que nuestra Constitución y leyes garantizan las libertades fundamentales de los ciudadanos”, indicaron los practicantes de Falun Dafa.

En el escrito citado, los practicantes argentinos de Falun Dafa solicitaron a las autoridades que les brinden garantías para que puedan profesar su fe y expresarse libremente sin temer por sufrir agresiones a su integridad física.

“¿Seguirá Argentina permitiendo que matones comunistas golpeen a su pueblo bajo la tutela de la Embajada china? ¿O tendremos un gobierno que vele por los derechos fundamentales y la soberanía nacional?”, concluye el informe.

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Redacción Mundo Libre
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