Argentina se convirtió en el país más seguro de América Latina para vivir en 2025

En un contexto global marcado por conflictos y un aumento de la violencia, Argentina se destaca como una excepción positiva en América Latina. Según el Índice de Paz Global (GPI) 2025, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), Argentina se posiciona como el país más seguro de Sudamérica y de toda la región latinoamericana, ascendiendo al puesto 46 en el ranking global.

Este logro, atribuido en gran medida a las políticas de seguridad implementadas por el gobierno de Javier Milei y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, refleja un avance significativo en la reducción de la criminalidad y la consolidación de la estabilidad social.

Argentina lidera la región

El GPI 2025, que evalúa 163 países y cubre el 99,7% de la población mundial, destaca que Argentina mejoró su índice de paz en un 3,8% respecto al año anterior. Este avance se debe a una notable disminución en indicadores clave como la percepción de criminalidad, las tasas de homicidios y las manifestaciones violentas. En el primer trimestre de 2024, Argentina alcanzó una tasa de homicidios de 3,8 por cada 100.000 habitantes, la más baja en su historia y en toda América del Sur, superando incluso a países tradicionalmente seguros como Uruguay y Chile.

Este éxito no es casualidad. Desde la asunción de Javier Milei en diciembre de 2023, el gobierno ha priorizado la seguridad como pilar fundamental para el desarrollo económico y social. La ministra Bullrich, con su enfoque de “el que las hace, las paga”, ha liderado iniciativas como el protocolo antipiquetes, que redujo significativamente las protestas violentas, y el Plan Bandera, que ha fortalecido la seguridad en destinos turísticos clave como Rosario.

Claves del éxito: Orden y decisión política

El informe del GPI subraya que Argentina logró estos resultados sin recurrir a la represión estatal ni a medidas de excepción. La combinación de orden público, control del delito y estabilidad institucional ha sido clave. Por ejemplo, en Rosario, una ciudad históricamente afectada por el narcotráfico, los homicidios se redujeron en un 65% en los últimos diez meses de 2024, gracias a operativos como “Pasta Italiana” y “Centauro”, que desarticularon grandes organizaciones criminales.

Además, el gobierno ha impulsado una lucha frontal contra el narcotráfico, con un aumento del 70% en la incautación de drogas entre enero y septiembre de 2024, y un incremento del 16% en detenciones relacionadas con este delito. Estas cifras posicionan a Argentina como un referente regional en la lucha contra el crimen organizado.

Otro aspecto destacado es la creación del Departamento Federal de Investigaciones (DFI) dentro de la Policía Federal Argentina, inspirado en el FBI estadounidense y la Policía Federal de Brasil. Esta iniciativa busca profesionalizar las fuerzas de seguridad y enfrentar delitos complejos con mayor eficacia.

Impacto en la calidad de vida y el turismo

La mejora en la seguridad ha tenido un impacto directo en la percepción de los ciudadanos y los visitantes. Según el GPI, la baja en la percepción de criminalidad ha contribuido a una mayor cohesión social, permitiendo a los argentinos “respirar y vivir en libertad”, como expresó Bullrich en una conferencia en el FMI.

El sector turístico también se ha beneficiado. Ciudades como Rosario han visto un aumento del 25% en la llegada de turistas durante las vacaciones de invierno de 2024, generando un impacto económico de 8 mil millones de pesos. Destinos emblemáticos como las Cataratas del Iguazú y Buenos Aires son ahora más atractivos para los visitantes internacionales, que valoran la seguridad como factor decisivo.

Comparación regional: Argentina frente a sus vecinos

En el ranking del GPI 2024, Argentina superó a Uruguay, que ocupó el segundo lugar en la región con una puntuación de 1893 y el puesto 52 global. Chile, otro país con altos estándares de seguridad, quedó en tercer lugar. Estos datos consolidan a Argentina como líder indiscutido en América Latina, un logro que contrasta con el deterioro global de la paz, donde 59 guerras estatales activas y una militarización acelerada afectan a otros continentes.

El camino hacia una seguridad aún más sólida continúa, pero los resultados actuales son un motivo de orgullo para los argentinos y una señal de esperanza para la región. Como afirmó Bullrich, “no vamos a dar un paso atrás”.

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Redacción Mundo Libre
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