Argentina no se sumará a la Agenda 2045 de la ONU: «Anhelamos ser uno de los países más libres de la comunidad internacional»

La canciller argentina, Diana Mondino, dijo que su país no se sumará al «Pacto para el Futuro» de las Naciones Unidas, el cual prorroga la Agenda 2030 del organismo hasta el año 2045.

El pacto

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, describió el acuerdo -que la Asamblea General adoptó el domingo 22 de septiembre- como un «cambio radical hacia un multilateralismo más eficaz, inclusivo y en red».

El pacto, que también incluye un anexo sobre cómo trabajar por un futuro digital, fue adoptado sin votación al comienzo de una Cumbre del Futuro de dos días. El acuerdo se alcanzó después de unos nueve meses de negociaciones.

Guterres ha insistido durante mucho tiempo en la celebración de la cumbre y del pacto, que abarca temas como la paz y la seguridad, la gobernanza global, el desarrollo sostenible, el cambio climático, la cooperación digital, los derechos humanos, el género, la juventud y las generaciones futuras.

El pacto establece unas 56 medidas generales que los países se comprometen a llevar a cabo.

Además de Argentina, se opusieron Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Irán, Nicaragua y Siria, entre una docena de países.

Más allá de las objeciones, el pacto fue adoptado por los 193 Estados miembros de la ONU.

Críticas

Las críticas que está recibiendo la Agenda 2045 son muy parecidas a las que sufría la Agenda 2030, ya que es una continuación de esta.

La Agenda 2030 decía tener intenciones de abordar desafíos globales como la pobreza, la desigualdad y el cambio climático.

Sin embargo, Argentina -entre otros países- ha manifestado en varias ocasiones su desacuerdo con estos objetivos, argumentando que representan una intromisión en la soberanía de los países y una imposición de políticas que no siempre se ajustan a las realidades locales.

Ente los puntos más cuestionables de la Agenda 2045 se encuentran la censura de las redes sociales, la imposición de la ideología de género y las denominadas «metas climáticas».

El documento principal del «Pacto del Futuro» incluye un anexo con un «Pacto Digital Global» el cual establece los cimientos para regular las redes sociales de una manera «respetuosa y en beneficio de todos».

Esta parte del pacto implica terminar con el anonimato en Internet, crear regulaciones que obliguen a las empresas a revelar información privada de sus usuarios y un fuerte impulso al «patrullaje» de «discursos de odio».

En cuestiones ecologistas, el Pacto plantea un impuesto global al carbono, fuertes regulaciones a las empresas, multas a las personas físicas por no separar la basura y subsidios masivos para pasar de una economía basada en combustibles fósiles a una economía basada en energías renovables.

La Agenda 2045 también busca redoblar esfuerzos en conseguir la igualdad de género a partir de acciones afirmativas que promuevan privilegios para las mujeres y las minorías.

De esta manera, se buscará implementar cupos de género en todos los países y la garantía del acceso a «derechos sexuales reproductivos» que, en última instancia, significa legalizar el aborto.

La postura de Argentina

La canciller argentina Diana Mondino fue la encargada de rechazar la Agenda 2045 en nombre de su país.

La jefa de la diplomacia del gobierno libertario de Javier Milei afirmó que Argentina tiene su propia agenda y que muchos de los puntos del «Pacto del Futuro» son contrarios a la misma.

Los puntos más destacados del discurso de Mondino:

«Estamos comenzando una seria reforma, transformación del Estado, abriéndonos al mundo y asumiendo el compromiso de poder decir con orgullo que anhelamos ser uno de los países más libres de la comunidad internacional».

«En ejercicio de esa libertad, mi país quisiera recordar que agendas como esta que nos reúne aquí, están compuestas por aspiraciones que jurídicamente no son vinculantes y que cada Estado en el ejercicio de su soberanía tiene derecho a interpretar y perseguir con autonomía, teniendo en cuenta las diferentes realidades, capacidades, niveles de desarrollo de cada uno y respetando sus políticas y prioridades nacionales, tal como ya lo dispone la resolución 70/1 de la Asamblea General».

«Sin embargo, muchos de los puntos de este pacto con sus anexos presentan reservas y objeciones o son retardatarios de la nueva agenda de Argentina».

«Estos documentos se vienen trabajando desde 2022 con otro gobierno y el actual gobierno argentino se encontró con negociaciones ya avanzadas».

«Aún así, propusimos diversas acciones constructivas que no siempre fueron tomadas en cuenta y eso nos lleva a disociarnos».

«Nuestras reservas y objeciones al ‘Pacto del Futuro’ no son, sin embargo, un obstáculo para la Argentina, porque al contrario, queremos tener alas para nuestro crecimiento en libertad».

«Mi país reafirma su compromiso con la solución pacífica de controversias y un orden internacional basado en reglas y valores democráticos».

«Les aseguro que mi país está dispuesto a seguir trabajando como históricamente siempre lo ha hecho para repensar en conjunto el camino frente a los nuevos retos globales que nos surgen y desafían como humanidad».

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Redacción Mundo Libre
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