Argentina detiene y deporta a familiares del fugitivo líder de la banda ecuatoriana «Fito»
Las autoridades argentinas detuvieron a la esposa y los hijos del narcotraficante ecuatoriano prófugo José Adolfo Macías y los deportaron la madrugada del viernes a Ecuador, informaron las autoridades.
La ministra argentina de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo en rueda de prensa que las autoridades detuvieron a ocho personas -entre ellas otros socios de Macías- que llegaron a Argentina el 5 de enero y se instalaron en una casa de la provincia de Córdoba que habían comprado en noviembre.
Macías, cuyo alias es «Fito», desapareció el 7 de enero de la prisión ecuatoriana donde cumplía una condena de 34 años por varios delitos, entre ellos narcotráfico y asesinato.
«Nuestra hipótesis es que el plan de Fito era comprar la casa, mudar a la familia y luego fugarse de la cárcel», dijo Bullrich, quien aseguró que las autoridades argentinas actuaron tras recibir un aviso de sus pares ecuatorianos.
Medios locales en Guayaquil informaron que la familia había llegado al aeropuerto de la ciudad, pero ni la policía ecuatoriana ni el ministerio de Defensa respondieron a pedidos de información.
«Sabemos que toda la familia (de Macías) estaba en Argentina (…) han sido deportados a Ecuador», dijo el viernes el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, a la radio RCN.
«Muchas veces estos familiares están involucrados en lavado de activos o en la parte económica y operativa de los carteles y grupos narcoterroristas», agregó el mandatario.
Las autoridades han vinculado al grupo criminal de Macías, Los Choneros, con extorsiones, asesinatos y narcotráfico, y lo acusan de controlar las cárceles ecuatorianas, plagadas de delincuentes y superpobladas.
Noboa declaró el estado de excepción durante dos meses poco después de la desaparición de Fito, desplegando al ejército en las calles y decretando un toque de queda nocturno en todo el país, que se enfrenta a una ola de violencia.
Sólo en enero se han producido incidentes como un ataque armado a un canal de televisión, la toma de más de 200 funcionarios de prisiones como rehenes y el secuestro de agentes de policía, así como el asesinato de un fiscal que perseguía al crimen organizado.
«Argentina no va a ser un país narco ni nuestras provincias una guarida de delincuentes. Estamos decididos a combatir este tipo de delincuencia», declaró el Ministro del Interior argentino, Guillermo Francos, en la rueda de prensa del viernes.
Fuente: Reuters