Argentina consolida su superávit energético impulsado por Vaca Muerta y la caída de importaciones

Argentina logró afianzar en el primer semestre de 2025 un sólido superávit en su balanza energética, gracias al crecimiento sostenido de sus exportaciones de hidrocarburos y a una fuerte reducción en las importaciones de combustibles. Según datos de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), entre enero y junio el país alcanzó un superávit de 3.700 millones de dólares, lo que representa un incremento del 36% respecto al mismo período de 2024.

El informe destaca que, sin el aporte del sector energético, el comercio exterior argentino habría cerrado con saldo negativo. “El dinamismo en la producción de hidrocarburos, junto con la mejora en la infraestructura de transporte, permitió aumentar un 11% las ventas externas en el primer semestre”, subraya el reporte.

Durante este período, las exportaciones de gas natural crecieron un 10% y los envíos de petróleo alcanzaron los 371.000 barriles por día en junio. A la par, las importaciones energéticas cayeron un 39%, reflejando una mayor autosuficiencia en el suministro interno.

“La mayor inyección de gas doméstico al sistema, gracias a una producción sostenida y una infraestructura ampliada, redujo la necesidad de importar combustibles”, explicó la CEPH. Con esta tendencia, se proyecta que el superávit energético para todo 2025 podría rondar los 6.000 millones de dólares.

Este resultado positivo consolida una recuperación iniciada en 2024, año en que la balanza energética volvió a mostrar cifras superavitarias tras más de una década de déficit —con excepción de 2020, afectado por la pandemia—. En ese año, el saldo positivo fue de 5.668 millones de dólares.

El cambio de rumbo está íntimamente ligado al auge de Vaca Muerta, la gigantesca formación de hidrocarburos no convencionales ubicada en el suroeste del país. Considerada la segunda reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo de este tipo, Vaca Muerta ha sido el motor de la transformación energética argentina.

Desde que comenzó su desarrollo en 2013 por parte de YPF —la petrolera controlada por el Estado argentino—, Vaca Muerta ha recibido inversiones superiores a los 50.000 millones de dólares. Hoy, una década después, esta formación representa más de la mitad de la producción nacional de gas y petróleo.

El incremento en la capacidad de transporte, gracias a la expansión de gasoductos y oleoductos, también ha sido clave. Estas obras permitieron reducir la dependencia de importaciones durante el invierno austral y ampliar los volúmenes exportables.

Además de YPF, en Vaca Muerta operan grandes compañías internacionales como Shell, ExxonMobil, Chevron, Total, Wintershall y Vista, junto a otras firmas como Pan American Energy, Pluspetrol y Pampa Energía, consolidando un polo de producción estratégico para el futuro energético del país.

Con estos avances, Argentina no solo fortalece su economía y su balanza comercial, sino que también se posiciona como un actor energético relevante en la región y con potencial global.

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Redacción Mundo Libre
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