Aprende técnicas de estudio eficientes y efectivas que te durarán toda la vida

Ya seas estudiante de preparatoria, universidad o ya estés decidido a seguir una carrera profesional, nunca es demasiado tarde, ni demasiado temprano, para mejorar tus habilidades de estudio. Aprender a aprender de forma eficiente y eficaz puede marcar una gran diferencia en la confianza en uno mismo, la satisfacción y el éxito; y no es solo para personas «inteligentes».  

La mayoría de los estudiantes se las arreglan con hábitos de estudio ineficientes, sin darse cuenta de que existen mejores opciones. La lectura pasiva, tomar apuntes excesivos y empollar son estrategias de estudio increíblemente comunes, pero ineficaces. Si se ofreciera un curso sobre técnicas de estudio en la escuela, todos podríamos aprovechar mucho más nuestra educación. 

Existen docenas de estrategias que pueden ayudarnos a aprovechar al máximo nuestro tiempo de estudio, pero se pueden agrupar en cuatro categorías: concentración, gestión del tiempo, comprensión y retención. Si dominas una o dos, pero te cuesta dominar las demás, tus habilidades de estudio podrían mejorar. 

Enfocar

A la hora de estudiar, hay que proponérselo. Para muchos, es más fácil decirlo que hacerlo. Las distracciones visuales y digitales, el estrés, la incomodidad y la falta de interés pueden ser obstáculos importantes para concentrarse en la tarea. 

Ambiente:

Prepara un espacio de trabajo ordenado. Guarda el material innecesario y elimina cualquier distracción, ¡sobre todo el teléfono! Elige un entorno cómodo y usa ropa de verdad. Aunque no lo creas, sentarse en un sofá en chándal favorece más el sueño que el estudio. En su lugar, elige un escritorio o mesa despejado y siéntate con la espalda recta en una silla. 

(Imagen: rawpixel vía Pixabay)

A menudo, escaparse a la biblioteca o a un café tranquilo puede ayudar a eliminar muchas distracciones domésticas comunes.

Preparación mental:

Estudiamos mejor cuando estamos frescos y alerta. Si estás muy cansado, descansa. Si solo te sientes aturdido, refréscate con un poco de ejercicio ligero. Si tienes hambre, come algo saludable. Es importante cuidarte primero para no tener excusas para descuidar tus estudios.

A largo plazo, querrás desarrollar hábitos de sueño regulares y una alimentación saludable para mantener tu cerebro preparado y dispuesto a aprender. Date descansos y recompensas regulares para mantener tu resistencia.

Falta de interés

No hay nada más tedioso que lidiar con un tema que te aburre hasta las lágrimas. La clave está en encontrar la manera de hacerlo interesante. 

Si el tema te supera, quizás debas volver a lo básico. Adquiere una comprensión general y el material más complejo será más fácil de digerir. Si un tema te parece irrelevante, invierte esfuerzo en encontrar una aplicación que valga la pena. 

Garabatear durante una clase aburrida ayuda a mantener la mente inquieta y concentrada, ¡lo suficiente como para aumentar la retención en un 29 %, según un estudio de 2009! Añade algunos garabatos a tus apuntes y verás si de repente se vuelven fascinantes. 

Gestión del tiempo

Muchos de nosotros luchamos con la procrastinación, hasta el punto de sentirnos impotentes ante nuestro artista del escapismo interno; sin embargo, existen herramientas probadas y verdaderas para ayudar incluso a los peores de nosotros a superar la procrastinación.

(Imagen: Michael Mayer vía flickr CC BY 2.0)

Técnica Pomodoro

A veces, un poco de presión es justo lo que necesitamos para motivarnos. El temporizador Pomodoro proporciona precisamente eso: breves periodos de estudio intenso, fáciles de realizar y de completar. Desarrollada en la década de 1980, esta técnica recibe su nombre del temporizador con forma de tomate (pomodoro) que el estudiante universitario italiano Francesco Cirillo utilizaba para regular periodos de tiempo de estudio concentrado. 

Hoy en día, este método de estudio probado es tan popular que se pueden encontrar temporizadores (tanto físicos como virtuales) que emiten sonidos ambientales relajantes durante el periodo de estudio, además de un descanso integrado. El tiempo de estudio suele extenderse por periodos de 25 minutos, con un descanso de cinco minutos antes de volver a los libros. Después de dos horas, se recomienda un descanso más largo. 

Repetición espaciada

A la hora de prepararse para exámenes importantes, conviene ser previsor. Un estudio científico ha descubierto que repasar el material varias veces durante un periodo prolongado es mucho más efectivo que estudiar de golpe la noche anterior, ¡y además ahorra tiempo! 

Estudiar durante una hora a la vez, con intervalos cada vez más largos entre ellos (es decir, dos días, cuatro días, una semana) fortalece las vías neuronales y aumenta significativamente la retención.  

Comprensión

Poder decir las cosas rápidamente para un examen no significa necesariamente que las entiendas; y si no entiendes el material, no te servirá en el futuro. Desafortunadamente, muchos métodos de estudio comunes no enfatizan la comprensión. La lectura pasiva, por ejemplo, ahora se considera una de las formas menos eficientes de estudiar. Incluso tomar apuntes puede ser inútil si no se combina con el aprendizaje activo. 

La comprensión requiere más esfuerzo, pero el producto es infinitamente más útil. 

Técnica de Feynman: 

Una de las mejores maneras de desarrollar una comprensión profunda de un tema es estudiar con el objetivo de enseñar o transmitir una versión simplificada de lo aprendido. Esto implica aprender el significado de términos desconocidos, descomponer un tema complejo en conceptos más simples y establecer conexiones útiles. 

Cuando creas que lo tienes, crea una explicación sencilla y directa, y ponla a prueba con un amigo. Si puedes lograr que alguien sin conocimientos previos del tema la entienda, perfecto. Si no, revisa y ve cómo puedes mejorar. 

Mapas mentales:

Habilidades de estudio - Commons - Wikimedia
Mindmapper ayuda a crear rutas de aprendizaje. (Imagen: DallE vía Commons Wikimedia Dominio Público)

Los mapas mentales son una técnica visual de ramificación para organizar la información. Al ofrecer una visión completa con puntos clave, ideas complementarias, puntos destacados y conexiones importantes, los mapas mentales ayudan a comprender las cosas a fondo.

Comprensión lectora:

Leer para comprender requiere pensamiento activo. Puedes fijarte en cada palabra, pero si tu mente divaga, no sacarás mucho provecho de la lectura. Aborda textos extensos de forma estratégica para asegurarte de captar todos los puntos clave. PQ4R y SQ3R son los acrónimos de dos sistemas que mejoran la comprensión. 

Antes de empezar a leer, revise (P) el material revisando los encabezados y las palabras resaltadas. Esto debería ser suficiente para generar preguntas (Q) y posibles conexiones. 

Luego, teniendo en cuenta tus preguntas, lee (R) una sección. Reflexiona (R) sobre cómo te inspiró el pasaje. ¿Te generó más preguntas? Repasa (R) para profundizar tu comprensión y luego pasa a la siguiente sección. 

Para tus notas, genera un breve resumen de tu comprensión después (no durante) de la lectura. Recordar activamente la información requiere reflexión y comprensión. Repasa los puntos que has olvidado y, con la práctica, podrás entrenar tu cerebro para retener más. 

Retención

Las investigaciones han demostrado repetidamente que leer y repasar apuntes es un método de estudio ineficiente e ineficaz: requiere mucho tiempo y no se retiene gran parte del material en la mente. Entonces, ¿por qué lo hacemos? Es fácil y resulta productivo (ya que requiere mucho tiempo). Aprender algo lo suficientemente bien como para retenerlo es más trabajo: requiere ejercitar el cerebro mediante la memoria activa.

Recuerdo activo:

En lugar de absorber información pasivamente, la memoria activa te obliga a recordarla. Funciona con cualquier tema, y ​​la idea es encontrar maneras de ponerte a prueba. 

  • Las preguntas concisas son un excelente reto. Pueden provenir de exámenes anteriores o inspirarse en tu propia sed de conocimiento. Junto con la repetición espaciada, esto puede consolidar tu comprensión de cualquier tema. Resaltar en rojo las preguntas incorrectas te ayudará a recordar qué áreas requieren más trabajo.
  • Anotar rápidamente es una actividad divertida que consiste en anotar rápidamente todo lo que recuerdas sobre un tema. No te preocupes por la secuencia ni la precisión; simplemente escribe todo lo que se te ocurra y luego compáralo con tus notas. Centra el resto de tu estudio en la información que faltaba o era incorrecta. Si prefieres un enfoque más formal, llámalo resumen y anota todos los puntos clave de memoria.  
  • Las tarjetas didácticas son una tradición ancestral en la memorización activa. Introducidas por primera vez en 1746 por el educador suizo Johann Heinrich Pestalozzi, las tarjetas didácticas han reforzado el aprendizaje de generaciones de estudiantes. Hoy en día, aplicaciones en línea como AnkiBrainscape y Tinycards te ahorran el trabajo de crear las tarjetas tú mismo (aunque esto puede ser una parte valiosa del aprendizaje) e incorporan otras técnicas como la repetición espaciada para consolidar tus conocimientos.

Recuerda, el aprendizaje no termina al salir del aula. Empieza hoy mismo a usar diversas técnicas para perfeccionar tus habilidades de estudio y tendrás un activo que forjará un futuro positivo para el resto de tu vida. 

Por Ila Bonczek

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Redacción Mundo Libre
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