Apagón total: Cuba sufre colapso del sistema eléctrico nacional

Cuba restableció un flujo lento de energía a su red eléctrica a media noche del viernes, dijeron funcionarios, horas después de que la isla sufriera un apagón nacional tras el colapso de una de sus principales plantas eléctricas.

La gran mayoría de los 10 millones de habitantes del país todavía estaban a oscuras el viernes por la noche, pero en algunos puntos de la capital, La Habana, incluidos algunos de los principales hospitales de la ciudad, las luces volvieron a encenderse poco después del anochecer.

El operador de red, UNE, dijo que esperaba reiniciar al menos cinco de sus plantas de generación a petróleo durante la noche, proporcionando suficiente electricidad, dijo, para comenzar a devolver la energía a áreas más amplias del país.

El gobierno comunista cerró las escuelas y las industrias no esenciales a primera hora del viernes y envió a la mayoría de los trabajadores estatales a sus casas en un último esfuerzo por mantener las luces encendidas después de semanas de graves cortes de energía. También se ordenó el cierre de las actividades recreativas y culturales, incluidos los clubes nocturnos.

Pero poco antes del mediodía, la central eléctrica Antonio Guiteras, la más grande y eficiente del país, dejó de funcionar, provocando un fallo total de la red y dejando de repente a toda la isla sin electricidad.

Las autoridades dijeron el viernes por la noche que estaban trabajando para solucionar el problema que provocó la avería en la planta de petróleo, pero no especificaron la causa del colapso.

El apagón marca un nuevo punto bajo en una isla donde la vida se ha vuelto cada vez más insoportable y los residentes sufren escasez de alimentos, combustible, agua y medicinas.

El viernes, prácticamente todo el comercio en La Habana se paralizó. Muchos residentes se sentaron sudando en las puertas de las casas, mientras que los turistas se sentían frustrados. Al caer la noche, la ciudad estaba casi completamente envuelta en la oscuridad.

“Fuimos a un restaurante y no tenían comida porque no había luz, ahora también estamos sin internet”, dijo el turista brasileño Carlos Roberto Julio, recién llegado a La Habana. “En dos días ya hemos tenido varios problemas”.

El primer ministro Manuel Marrero atribuyó esta semana el empeoramiento de los apagones de las últimas semanas a una tormenta perfecta bien conocida por la mayoría de los cubanos: deterioro de la infraestructura, escasez de combustible y creciente demanda.

«La escasez de combustible es el factor más importante», dijo Marrero en un mensaje televisado a la nación.

Los fuertes vientos que comenzaron con el huracán Milton la semana pasada han paralizado la capacidad de la isla de entregar el escaso combustible desde barcos en alta mar a sus plantas de energía, dijeron las autoridades.

COMBUSTIBLE REDUCIDO

El gobierno de Cuba también culpa al embargo comercial de Estados Unidos, así como a las sanciones del entonces presidente Donald Trump, por las dificultades para adquirir combustible y piezas de repuesto para operar sus plantas de petróleo.

«El complejo escenario está provocado fundamentalmente por el recrudecimiento de la guerra económica y la persecución financiera y energética de Estados Unidos», afirmó este jueves el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.

Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca dijo: «Estados Unidos no tiene la culpa del apagón de hoy en la isla, ni de la situación energética general en Cuba».

Un funcionario del Departamento de Estado dijo el viernes por la noche que Washington estaba siguiendo de cerca el posible impacto humanitario del apagón, pero que el gobierno cubano no había solicitado ayuda.

Para muchos cubanos, alejados de la política y acostumbrados a los apagones habituales, el apagón nacional no fue más que una noche de viernes normal.

Carlos Manuel Pedre dijo que había recurrido a placeres simples para pasar el tiempo.

«En los tiempos que vivimos, con todo lo que pasa en nuestro país, el entretenimiento más lógico es el dominó», dijo mientras jugaba al popular juego con amigos. «Estamos en una crisis total».

Si bien la demanda de electricidad ha crecido en los últimos años junto con el incipiente sector privado de Cuba, el suministro de combustible ha caído drásticamente.

El mayor proveedor de petróleo de Cuba, Venezuela, ha reducido los envíos a la isla a un promedio de 32.600 barriles por día en los primeros nueve meses del año, apenas la mitad de los 60.000 bpd enviados en el mismo período de 2023, según datos de monitoreo de buques y documentos de envío internos de la empresa estatal venezolana PDVSA.

PDVSA, cuya infraestructura de refinación también está en crisis, ha tratado este año de evitar una nueva ola de escasez de combustible en el país, dejando volúmenes más pequeños disponibles para exportar a países aliados como Cuba.

Rusia y México, que en el pasado han enviado combustible a Cuba, también han reducido mucho sus envíos.

Los déficits han obligado a Cuba a valerse por sí misma en un mercado al contado, mucho más costoso, en un momento en que su gobierno está casi en quiebra.

(Reuters)

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Redacción Mundo Libre
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