Análisis: ¿Quiénes y por qué quisieron matar a Trump?
El sábado 13 de julio, el mundo fue testigo de que las fuerzas de izquierda globalista, están dispuestas a acabar con la democracia y la vida misma de Donald Trump.
Durante un acto de campaña en Pensilvania, un tirador abrió fuego con un rifle AR automático, apuntando directo al rostro de Donald J. Trump, en ese momento se escucharon varios disparos, unos 12. El expresidente, llevó su mano sorprendido al lugar donde la bala había impactado, fijándose si tenía sangre. Inmediatamente se agachó para evitar que otra bala acabara con su vida, mientras el servicio de seguridad lo cubría desesperadamente, antes de evacuarlo.
En un principio, el Departamento de Policia de la localidad de Butler, reveló que la identidad del tirador era Mark Violets, un militante del grupo terrorista ANTIFA.
Extrañamente, más tarde el FBI, identificó al tirador como Thomas Matthew Crooks, quien luego de disparar 12 tiros, fue abatido por un francotirador del Servicio Secreto, encargado de proteger la vida de presidentes y expresidentes.
El tirador no pudo matar a Trump por milagro, pero una de sus balas impactó en la cabeza de un republicano del público.
Un testigo relató: «El hombre que estaba a mi lado recibió un disparo en la cabeza y cayó hacia el fondo de las gradas» (1) Era una de las balas dirigidas a Trump. La víctima fatal fue un espectador que había ido a apoyar al ex mandatario en plena campaña.
Este detalle es importante, porque hay conspiranoicos de izquierda, que afirmaban que el atentado fue un autoatentado para ganar notoriedad. Trump no necesita más notoriedad, porque va arriba en todas las encuestas, imponiéndose de manera aplastante.
El atentado fue real, las balas eran de verdad, a tal punto que destruyeron la oreja derecha de Trump y mataron un inocente que estaba por detrás.
Esto ha sido un ataque brutal contra la democracia y el político nacionalista Nº1 del mundo, un amante del modelo de la libertad, la Ley y el Orden.
Los grandes responsables son los de siempre, los que desde un principio desearon bajarlo a como de lugar. Ahora quieren impedir que vuelva a la Casa Blanca.
La narrativa demócrata y de la prensa masiva, los magnates globalistas, la izquierda radical ANTIFA, BLM, y los progresistas juraron detener a Trump. Hasta ahora no lo han logrado, lo que no lo mata lo hace más fuerte.
Me preguntaron ¿quiénes y por qué intentaron matarlo? Inmediatamente respondí haciendo una lista de los enemigos más peligrosos de Trump.
El retorno de Donald a la Casa Blanca parece indetenible, sin embargo no está todo dicho. La sociedad trumpista, es decir los patriotas del mundo que ven en su figura la encarnación de un proyecto civilizatorio, tiene un nutrido grupo de enemigos poderosos.
Los he agrupado y denominado de la siguiente manera: los socialistas chinos, los neosocialistas en Occidente, es decir la nueva izquierda, los liberprogresistas, los fanáticos de la «sociedad abierta», los mercenarios de Soros, las extremistas de género, las femi-supremacistas, los financieristas, los terroristas climáticos, en pocas palabras: los globalistas.
Un breve recuento y descripción de los enemigos que le declararon la guerra a Trump, desde antes de ser presidente, hasta el presente:
1) GEORGE SOROS
El magnate financiero fue uno de los primeros en poner a rodar la propaganda del miedo en la reunión 47 del Foro Económico mundial de Davos, afirmando que Trump «sería la dictadura e iba a fracasar». Financió a Hillary Clinton, y se propuso a «frenarlo» a como de lugar. Para el primer día de gobierno de Trump, lo recibía con una masiva marcha de feministas, cuyas promotoras eran ONG financiadas por el mismo magnate. En mi libro «Trump contra el globalismo. Tomo I» detallo mejor los entretelones golpistas. En el Foro de Davos 2020, George Soros prometió que Trump sería removido y puso la friolera de 1000 millones de dólares para «combatir el nacionalismo» (1) y armar una red para influir en universidades. Este magnate fue señalado condenatoriamente por el presidente de Hungria Viktor Orban, Bukele en centroamérica, y Bolsonaro en Brasil, ya que dirigió hasta hace poco la Open Society Foundations que ha financiado con miles de millones de dólares la promoción de toda una serie de causas progresistas. Ahora su hijo Alex Soros, preside el imperio «filantrópico» heredado de su padre George. A principio de año participó en el Foro de Davos y sugirió que Trump debería ir preso, ya que de otra manera llegaría al poder, apostando abiertamente por la persecución judicial y la instrumentación de la justicia como arma política. Es sabido como las carreras judiciales son financiadas por estos «filántropos» para imprimir un sesgo en la manera de juzgar. Esto lo está sufriendo hoy mismo el expresidente republicano.
2) ACTORES Y CANTANTES DE HOLLYWOOD
Prometieron emigrar si ganaba Trump. Lamentablemente no lo hicieron. No se podía esperar menos desde la usina de lavado de cerebro mundial, generadora de todas las narrativas y experiencias virtuales tóxico-progresistas, desde el multiculturalismo, el terrorismo climático, el feminismo androfóbico, el abortismo, el liberalismo sexual, hasta la más descarada propaganda LGBT-Queer que propone sexualizar, hormonizar y mutilar a niños. George Clooney, DiCaprio, Angelina Jolie, Robert De Niro, Meryl Streep, Taylor Swift y Macaulay Culkin entre otros. Presos de un odio visceral, plantean incluso el ridículo de borrar los 10 segundos donde Trump actuó en la película «Mi pobre Angelito» de 1991.
3) EL CONCEJO DE RELACIONES EXTERIORES (CFR)
Apodado por expertos como «el cerebro» del globalismo. Es una institución privada estadounidense, un «banco de cerebros», un «partido único» detrás de los dos partidos principales (Demócrata y Republicano), nutrido de abogados, banqueros, agentes de inteligencia y gente de los medios de prensa. Todos se opusieron a Trump antes que subiera al poder, durante su presidencia y después de ser desplazado de la Casa Blanca, siguieron boicoteándolo.
Una amplia red de políticos opuestos a Trump, han disertado en el CFR. Este tanque de cerebros edita una revista de relaciones internacionales llamada «Foreign affairs» donde se promueve el globalismo explícito desde hace 100 años.
Varios miembros del CFR integran el gobierno de Biden. Es uno de los pilares del Estado Profundo.
4) EL CLUB BILDERBERG
Trump designó un Gobernador del Banco de la Reserva Federal (la FED) que no formaba parte del Grupo Bilderberg, a diferencia de sus cuatro antecesores. En su primera campaña contra Hillary propuso incluso auditar la FED.
Martin Wolf un miembro activo del Grupo Bilderberg, reveló que este grupo siempre se opuso a Trump. La investigadora Cristina Martín Jiménez en una entrevista del 4 de junio de 2019 en el programa “A Contra mano” dijo sobre los Bilderberg: “la Administración Trump les trae bastante perdidos y confusos, porque “desde la Segunda Guerra Mundial, un presidente que no pertenece al club Bilderberg y que no pertenece al ‘establishment’ estadounidense ha logrado entrar en la Casa Blanca”. Y aseguró que el club “está atravesando una crisis muy grave con la muerte de David Rockefeller” y “está viendo una escasez de líderes”. “De 13 años que llevo investigando el club Bilderberg, creo que esta es la reunión más crítica que han celebrado” Cristina contó que Mike Pompeo fue a “patear puertas, entrando como un Sheriff” a la reunión del Bilderberg a la que fue invitado Jared Kushner. Es decir, fue hacer allí una demostración de fuerza “se presentó con 20 coches blindados” “y se bajó Pompeo diciendo ´aquí estoy yo, me han dicho que aquí están los amos del mundo quienes toman las decisiones, pero eso fue antes que llegásemos nosotros. Entró al hotel con soldados con ametralladoras y pasamontañas haciendo recorrido visual. Hizo en las puertas del Bilderberg una auténtica demostración de poder, a provocarlos y decirles Señores su juego está aquí terminando” (extracto del libro «Trump contra el globalismo. Tomo II»)
5) EL BIG MEDIA Y EL BIG TECH
La prensa y todas las compañías tecnológicas de redes sociales e internet, es decir Silicon Valley interfirieron en las elecciones del 2016 y el 2020 a favor de Hillary Clinton y Joe Biden. Hoy mismo nada ha cambiado.
La prensa por su lado tuvo un apoyo totalmente sesgado en el mismo sentido, aproximadamente unos 360 diarios y semanarios apoyaron a los Demócratas y unos 13 a Trump en una proporción de 27 a 1.
El 100% de las grandes tecnológicas declararon la guerra a Trump, lanzando todos los algoritmos y bots para torcer la opinión pública, no dudando en censurar voces conservadoras y hasta la del mismo presidente. La prensa hostigó al mandatario electo de su propio país por 4 años consecutivos, el Rusiagate, el impeachment, George Floyd-BLM y el terrorismo pandémico. Trump popularizó el término «noticias falsas» (fake news) refiriéndose a las mentiras que la prensa masiva decía sobre él, y consideró a Facebook un enemigo del pueblo. En la primera parte de «Trump contra el globalismo» desmonto todas las fake news e introduzco un nuevo concepto: las fire news o noticias fuego. En el Tomo II, abarco el rol de la prensa como partido de la oposición, virulentamente golpista y parte del Estado Profundo.
6) EL PARTIDO COMUNISTA CHINO
A pesar de tener todo en su contra, Trump lograba buenos resultados económicos y judiciales. Frente a todo intento golpista de la nueva izquierda, salía de pie con más fuerza. Pero en el 2020 llegó el virus chino de Wuhan: el coronavirus. La pandemia no solo destruyó los logros económicos obtenidos, sino que permitió los votos por correo, que a su vez facilitaron el robo de las elecciones de una manera y proporción jamás antes vista.
Toda la política exterior de Trump, giró en torno al enfrentamiento con China. Como estrategia, dejó de lado como prioridad la lucha globalista contra «el terrorismo» y abrazó el enfrentamiento indirecto con naciones hostiles. Debilitar y contener a China fue el objetivo en todo momento, siendo muy conocida la guerra comercial contra el país comunista.
7) EL FORO ECONOMICO MUNDIAL DE DAVOS
Trump visitó el Foro de Davos en el 2018 para promover su doctrina «America First» opuesta al globalismo. El periodista Joe Kernen de la CNBC fue directo al hueso de la contradicción intentado sorprender a Trump frente a sus electores. Le preguntó: “Esta usted rodeado de elitistas y globalistas, ¿qué les va a decir?”. Trump respondió de manera brillante: «No he venido a Davos a hablar con élites ni globalistas. He venido a explicar el éxito económico espectacular de mi política de desregularización y rebajas históricas de impuestos que están favoreciendo a todo el mundo, y no solo a EEUU, y, como consecuencia, decirles a los grandes inversores mundiales que su mejor opción es América”.
Luego en el año 2019 cuando la reunión del Foro se tituló literalmente «Globalización 4.0» y se lo invitó nuevamente, pero desistió de concurrir. En el 2020 otra vez fue invitado cuando la temática propuesta fue «el cambio climático», y allí, en la cara misma de la elite, relativizó la problemática y llamó a luchar contra los «profetas de la fatalidad climática», comparando a los ecoalarmistas con herederos de los «tontos adivinos del pasado». «Estos alarmistas siempre exigen lo mismo: poder absoluto para dominar, transformar y controlar cada aspecto de nuestras vidas». Pidió un rechazo de las «predicciones del apocalipsis». Es decir un discurso a contramano del Foro globalista, ¡en su cara!
En el último encuentro del Foro en enero de 2024, se evaluaron los riesgos que podría representar un segundo mandato de Donald Trump si sale victorioso en las próximas elecciones de noviembre de este año. Los banqueros y financistas están aterrados de ver a Trump nuevamente en la Casa Blanca. “Sabes, hemos pasado por eso antes, sobrevivimos, así que veremos qué significa”, dijo Philipp Hildebrand, vicepresidente de BlackRock Inc., en una entrevista con Bloomberg Television. Prosiguió “Ciertamente, desde una perspectiva europea, desde una especie de perspectiva globalista y atlantista, por supuesto que es una gran preocupación”. Por su lado Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, dijo que otro mandato de Trump sería claramente «una amenaza». Para profundizar sobre Trump en Davos haga clic aquí.
8) LA RED KOCH – ULTRALIBERALES
Los hermanos Charles y David Koch fueron durante varias décadas la mayor fuente de financiación privada del Partido Republicano, en la práctica, definían quién era el candidato republicano para la Casa Blanca. Ultraliberales economicistas, partidarios de la inmigración extranjera y del derribo de fronteras económicas, enemigos de los aranceles y del proteccionismo defendido explícitamente por Trump. Durante todo su mandato tuvieron varios cruces. Ahora en el 2024, Charles Koch el único hermano vivo, apoyó a Nikki Haley en las primarias para vencer a Trump. En el Tomo II de «Trump contra el Globalismo» describo la influencia de la Red Koch financiando la «falsa derecha» de los Estados Unidos.
En general la Red Koch constituyó una franca oposición. Sin embargo algunos miembros de la red apoyaron al Gobierno de Trump en algunos temas, por ejemplo en ley de recorte de impuestos que firmó a finales de 2017 y una revisión de la justicia penal. La organización también respaldó los candidatos elegidos por Trump para la Corte Suprema. En el presente, la Red Koch milita para socavar al republicano, afirmando en declaraciones públicas: “Trump no puede ganar”, “necesitamos un nuevo liderazgo”.
9) Los RINOs. REPUBLICANOS TRAIDORES
RINO, o Republicans In Name Only (Republicanos solo de nombre), son los integrantes del Partido Republicano que forman parte del Estado Profundo. Son los servidores del CFR, fundaciones y logias globalistas, no sirven al partido, sino a la Agenda de la Elite. Algunos de ellos son: Mitt Romney,
exgobernador de Massachusetts y candidato presidencial republicano en 2012, parte del establishment financiero; Bill Kristol, un halcón belicista neoconservador y creador del movimiento “Nunca Trump” (Never Trump). William Cohen, ex Secretario de Defensa; Jeff Flake, Lindsey Graham, Larry Hogan, John Kasich, Mark Kirk, y los prominentes John McCain (fallecido en el 2018), George W. Bush ex presidente, su hermana Barbara Bush, y su hermano Jeb Bush, exgobernador de Florida. Podríamos colocar también en esta lista de RINOs a los que fueron tildados de «traidores», como Mike Pence (vicepresidente de Trump), John Bolton (exasesor de seguridad nacional) y Mark Esper (Secretario de Defensa).
10) EL PODER JUDICIAL INTERVENIDO
En EE.UU. la carrera judicial es financiada por «filántropos» progresistas como George Soros. Muchos jueces son de izquierda progresista, socioliberales y abiertamente afines al Partido Demócrata. Todos juntos han emprendido una cacería política contra Trump, inventando causas que deslegitimen al expresidente. En muchos casos incluso el aparato de inteligencia del Estado Profundo ha intervenido para brindar mayor credibilidad a las acusaciones, como en el Rusiagate, y el juicio político durante su mandato. Todos esos esfuerzos por sabotear al Titan resultaron infructuosos, ya que en todos los casos el expresidente salió exculpado por la misma justicia y por esta razón salió más fortalecido. La independencia del poder judicial esta desapareciendo, una prueba de ello es el juez Juan Merchán; un hombre que, como juez, ha donado ilícitamente a la campaña de Biden y a un PAC anti-Trump, este mismo es el que esta juzgando a Trump tan solo unos meses antes de las elecciones del 2024.
Las causas judiciales artificiales inventadas en su contra, no podrán detenerlo y solo servirán para reforzar su imagen.
11) EL MEGAFONDO DE INVERSIONES: BLACKROCK
El megafondo de inversión BlackRock y la Reserva Federal a lo largo de todo su mandato siguieron una narrativa anti-Trump, abiertamente progresista. No estamos hablando aquí de actores superficiales del sistema dominante, son la crema de la crema globalista, actores de gran influencia que actúan discretamente. BlackRock es una corporación totalmente liberticida, hace años que lo vengo advirtiendo en mis libros y artículos, aun cuando nadie la conocía. Para que el lector pueda dimensionar el poder económico que detenta, si fuera un país, sería la tercera potencia mundial solo por detrás de EE.UU. y China.
Según el Daily Beast, a principios de febrero de 2019, Larry Fink el Director Ejecutivo de BlackRock se reunió con Biden para brindarle su apoyo total para las elecciones del 2020. Y así fue hasta el día de la fecha. Ni bien se coronó a Biden, BlackRok coló a tres de sus empleados (Mike Pyle, Brian Deese y Wally Adeyemo) en puestos influyentes de gobierno. El respaldo de este fondo de inversiones al Partido Demócrata y la progresía mundial, viene de larga data, su CEO se codeaba con Obama y los Clinton. Cuando el presidente español Pedro Sánchez visita EE.UU. no va a ver a Biden, va a visitar a BlackRock. ¿alcanzan a comprender lo que esto significa? Otro gran detalle, Larry Fink forma parte de la Junta de Directores del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) una institución privada que controla desde 1921 el Departamento de Estado y amplios sectores del gobierno estadounidense, desde aquí se ha promovido virulentamente el globalismo y el progresismo.
Si bien el expresidente tiene todas las de ganar, todavía debe sortear la influencia de poderosos adversarios. Y de ganar, se avecinan años intensos, donde se espera que todos aquellos actores le vuelvan hacer jugadas sucias de tipo golpistas o que intenten matarlo nuevamente. Los enemigos de la democracia, la libertad y el Estado Nación Soberano, no prevalecerán.
¿QUE DIJO TRUMP?
«Me dispararon con una bala que perforó la parte superior de mi oreja derecha”, dijo Donald Trump en un comunicado después del ataque.
Y agregó: “Supe inmediatamente que algo estaba mal cuando escuché un sonido silbante, disparos, e inmediatamente sentí la bala desgarrando mi piel”.
“Había mucha sangre y entonces me di cuenta de lo que estaba pasando”, concluyó.
Por ahora un milagro salvó a Trump de un atentado brutal. El destino quiere que el expresidente vuelva a gobernar el país más fuerte de la tierra.
Por Theo Belok, autor del libro «Trump contra el globalismo». Para más artículos del autor sigue el enlace aquí.