Alcalde demócrata de NY desafía a Joe Biden y llama a acelerar deportaciones de inmigrantes ilegales

En medio de la profunda crisis migratoria que azota Estados Unidos, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, abrió una polémica entre los demócratas tras proponer cambios radicales a las políticas de “ciudad santuario” que hoy invitan y protegen a inmigrantes ilegales. 

En una conferencia de prensa en el Ayuntamiento en Canarsie, Brooklyn, Adams expresó su apoyo a medidas más estrictas para los inmigrantes indocumentados acusados de crímenes y sugirió que deberían ser entregados a los oficiales de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Nueva York.

“No creo que las personas que son violentas en nuestra ciudad y cometen crímenes repetidos deban tener el privilegio de estar en nuestra ciudad”, enfatizó Adams, en declaraciones publicadas por CNN. 

Adams criticó las políticas de fronteras abiertas de Joe Biden y además pidió en un tono de desagravio inédito, una mayor cooperación entre la policía local y las autoridades federales de inmigración. Señaló que las actuales políticas de la ciudad que limitan ese tipo de comunicación, son perjudiciales para la seguridad pública y de los neoyorquinos.

Sin embargo, el alcalde de la Gran Manzana dejó en claro que “no todos los migrantes y solicitantes de asilo están cometiendo delitos”, reconociendo que muchas personas llegan con el anhelo de trabajar y prosperar. 

Son cada vez más los actos delictivos cometidos por inmigrantes que las autoridades de la Ciudad de Nueva York denuncian, entre las decenas de miles de solicitantes de asilo que han recibido alojamiento en albergues y hoteles en el último año.

“Una ola de delitos cometidos por migrantes ha arrasado nuestra ciudad», dijo el lunes el comisario de policía Edward Caban en una conferencia de prensa.

Es por eso que Adams manifestó un “profundo desacuerdo” con las políticas de migración actuales, dando un giro en la línea que se había mantenido durante las administraciones de cinco alcaldes anteriores en ese sentido. 

También dijo que el Departamento Policial de la ciudad debe tener la libertad de cooperar con los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) cuando una persona sea sospechosa de haber cometido un delito grave, como robo o actividad de pandillas.

“Necesitamos modificar la ley de ciudad santuario, para que si cometes un delito grave… deberíamos poder entregarte a ICE y que seas deportado”, declaró Adams.

“El simple hecho de que no podemos compartir con ICE que una personas haya cometido tres robos, que forma parte de una organización criminal y no podamos decirlo o comunicarlo, es un problema para mí”, continuó.

El alcalde neoyorquino ha solicitado en varias oportunidades ayuda económica al gobierno de Biden ante el caos económico y de servicios ocasionado por las olas de inmigrantes.

Una ciudad santuario es un lugar que tiene políticas diseñadas para limitar la colaboración o el involucramiento en la aplicación de las leyes de inmigración por parte de autoridades federales, protegiendo así a los inmigrantes indocumentados de una posible deportación o detención de parte de las autoridades migratorias.

En el caso de Nueva York, la ciudad empezó a limitar la cooperación con los agentes federales de inmigración en la década de 1980 como una medida de seguridad pública para garantizar a la gran población extranjera de la ciudad que no debía tener miedo de interactuar con la policía local. Concretamente, se inició con una orden ejecutiva de Koch en 1989.

Siguiendo esa línea, el ex alcalde Bill de Blasio y el Consejo de la Ciudad fortalecieron esta política en 2014, prohibiendo el uso de recursos de la ciudad para asistir en tareas de aplicación de las leyes de migración y limitando la capacidad de la policía y otras entidades de cumplir con las peticiones de detención de ICE sin una orden judicial.

Esas últimas leyes que agravaron la política de ciudad santuario, según reportó el portavoz de Adams,Charles Lutvak, serían las que el alcalde Adams buscaría reformar. 

Quienes defienden esas leyes se basan en el argumento de que las mismas garantizan el debido proceso a los inmigrantes, evitando que los inmigrantes indocumentados puedan ser detenidos y deportados por la simple sospecha de una actividad delictiva.

Adams y su equipo ahora tienen que lidiar con un incremento sin precedentes de la violencia en la ciudad de Nueva York, en parte impulsado por cifras descontroladas de inmigrantes y por la incapacidad de su gobierno de frenar las lamentables consecuencias de las políticas de «Puertas Abiertas» de la administración Biden.

No obstante, los líderes progresistas aseguran que no planean reconsiderar el indulto a los inmigrantes. El alcalde, por su parte, no puede ajustar las leyes sin la aprobación del Ayuntamiento.