Alcalde de Nueva York defiende la cooperación con la administración Trump tras el arresto de un manifestante palestino

El 12 de marzo de 2025, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, abordó el arresto del activista palestino y estudiante de la Universidad de Columbia, Mahmoud Khalil, en medio de una controversia que ha puesto en el foco la política migratoria de la administración Trump. Khalil, de 29 años, fue detenido el sábado 8 de marzo por agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) como parte de una iniciativa del presidente Donald Trump para deportar a estudiantes extranjeros vinculados al movimiento de protesta pro-palestino. Sin embargo, a diferencia de la narrativa de algunos medios, Adams no victimizó al detenido ni se alineó con las críticas que tildan el arresto como un ataque a la libertad de expresión. En cambio, mantuvo una postura pragmática y centrada en sus responsabilidades como alcalde.

Adams y el límite de su autoridad

En una conferencia de prensa el martes, Adams fue claro al delimitar su rol frente a las decisiones migratorias: «El gobierno federal determina quién es deportado de este país, no el alcalde de la ciudad de Nueva York». Subrayó que la gestión de la inmigración y las deportaciones recae exclusivamente en entidades como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), una agencia que calificó como «de aplicación de la ley». «No colaboramos con el cumplimiento civil de deportaciones, pero sí lo hago todos los días con quienes cometen crímenes», afirmó, enfatizando su prioridad en la seguridad pública sobre opiniones personales.

Cuando un periodista le preguntó si tenía una opinión sobre el caso de Khalil, Adams respondió: «Tengo opiniones sobre muchas cosas, pero mis opiniones no pueden gobernar la seguridad pública de esta ciudad». Esta declaración refleja su intención de mantenerse al margen de debates ideológicos y enfocarse en lo que considera su mandato: garantizar que las calles de Nueva York sean seguras, independientemente de las posturas políticas de los involucrados.

Contexto del caso Khalil

Khalil, un residente permanente legal con una green card, fue arrestado frente a su residencia estudiantil en Columbia. Según sus abogados, los agentes del DHS alegaron inicialmente que su visa de estudiante había sido revocada, pero al enterarse de su estatus de residente permanente, afirmaron que su green card también había sido anulada. Este movimiento ha generado una batalla legal que se dirime en un tribunal federal de Manhattan, donde el juez Jesse Furman bloqueó temporalmente su deportación el lunes y programó una audiencia para el miércoles 12 de marzo.

El arresto forma parte de una promesa de Trump de deportar a estudiantes extranjeros vinculados a protestas pro-palestinas, un tema que ha polarizado opiniones. El presidente lo calificó en redes sociales como un «estudiante radical pro-Hamás», mientras que manifestantes, la fiscal general del estado y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) han denunciado la acción como una represalia contra el discurso político protegido por la Primera Enmienda. Sin embargo, expertos en leyes migratorias señalan que el discurso, incluso impopular, no es motivo legal para revocar una green card, a menos que se acompañe de una condena por un delito grave, algo que no aplica a Khalil, quien no ha sido acusado de ningún crimen.

Protestas y seguridad pública

Adams también respondió a preguntas sobre el clima de protesta en Nueva York tras el arresto. Algunos ciudadanos temen manifestarse debido a la detención de Khalil, pero el alcalde defendió el derecho a la libre expresión, aunque con matices. Citó ejemplos de acciones recientes, como la quema de una bandera estadounidense y panfletos en Columbia que abogan por la «destrucción de América» o usan lenguaje antisemita. «Todos tenemos que tolerar comentarios como esos porque así es este país», dijo, pero instó a esperar los resultados de la investigación federal antes de sacar conclusiones. «Como exagente de la ley, sé que hay partes de una investigación que no entendemos aún. Dejemos que el proceso siga su curso».

En este sentido, Adams evitó tomar partido por Khalil o sus detractores, centrándose en el procedimiento legal y en su deber de mantener el orden, sin amplificar el papel del activista como víctima o agitador.

La propuesta de prohibir máscaras

Otro tema que surgió en la conferencia fue la postura de Adams sobre el uso de máscaras en protestas, un debate reavivado por las manifestaciones anti-Israel en Columbia. El alcalde abogó por volver a la prohibición de máscaras que existía antes de la pandemia de COVID-19, argumentando que ocultar el rostro «envalentona» tanto a manifestantes como a delincuentes. «Hemos visto menos acciones cobardes cuando las personas no pueden esconderse detrás de máscaras», afirmó, citando robos y asaltos como ejemplos. Hizo una excepción para casos médicos, pero insistió en que la medida es necesaria para la seguridad pública.

Adams también ofreció un vistazo a su enfoque personal al admitir que lleva cuatro semanas sin leer noticias, delegando a su equipo la tarea de informarle solo lo esencial. «Me dan pequeños fragmentos, como ‘Dicen que Nueva York está fuera de control’. Yo digo: ‘Nueva York no está fuera de control’», comentó, mostrando una actitud de desapego hacia las narrativas mediáticas que considera «comida chatarra».

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Redacción Mundo Libre
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