Activistas de izquierda atacan a voluntarios provida que rezaban el rosario delante de Planned Parenthood en Alemania

A pesar de las evidencias de testigos y filmaciones que documentaban la coacción, amenazas e incitación al odio por parte de los agresores, las autoridades se negaron a presentar denuncias penales contra los agresores.

Recientemente en Frankfurt, Alemania, un grupo de voluntarios provida que se encontraba rezando el rosario a una distancia legalmente permitida a la clínica abortista de Planned Parenthood en esa ciudad, fue agredido violentamente por activistas de extrema izquierda. 

Lo que debería haber sido un acto pacífico se convirtió en un enfrentamiento donde los atacantes insultaron y arrojaron cosas a las 20 personas pertenecientes a la agrupación pro-vida ’40 Días por la Vida’. 

Según expresó Tomislav Čunović, abogado y director ejecutivo de la organización, los creyentes rezaban el rosario pacíficamente, ubicados a unos 30 metros del centro de asesoramiento del edificio de la ‘International Planned Parenthood Federation’ (IPPF). 

«Un pequeño grupo de orantes se encontraba dentro del área asignada para tal fin por la Oficina Reguladora municipal de Frankfurt, es decir, a una distancia de seguridad de aproximadamente 30 o 35 metros del centro de asesoramiento pro familia (IPPF) en la zona de Palmengarten. La distancia garantiza la libre accesibilidad al centro, lo que significa que las mujeres embarazadas no tienen que pasar junto a los orantes para entrar allí, y que no hay contacto”, explicaba Čunović

 Y añadió: «Evidentemente es el testimonio cristiano público a favor de la vida lo que molesta al lobby del aborto y a sus élites políticas simpatizantes. Quieren silenciar la conciencia cristiana que nos recuerda el mandamiento divino ‘No matarás’…Estos círculos afirman falsamente y sin haber podido proporcionar ninguna evidencia, que las personas que rezan junto al centro representan un peligro para las mujeres embarazadas. En realidad no representan ninguna amenaza, sino que se intenta silenciarlas porque se atreven a abogar, a través de la oración pública, por el derecho a la vida de los niños concebidos y no nacidos, garantizado en la Constitución».  

A pesar de las amenazas y provocaciones, el grupo se mantuvo firme en su posición. La policía llegó después de diez minutos, pero los agresores ya habían causado daño, utilizando contenedores de basura y otros objetos para intimidar a los rezadores, especialmente a las mujeres, quienes finalmente se retiraron. 

Esta situación plantea preocupaciones sobre la libertad de expresión y religiosa en Alemania y en Occidente en general. Aunque se espera que estos derechos fundamentales estén protegidos, los activistas provida se ven obligados a cumplir con distancias y requisitos legales para manifestar sus creencias públicamente. 

40 Días por la Vida

Se trata de una campaña mundial de 40 días, dirigida a acabar con el aborto mediante la oración, el ayuno, la sensibilización de la comunidad y una vigilia pacífica, diaria y constante frente a los abortorios (clínicas donde se realizan abortos).

Es decir, una vigilia pacífica de oración durante 40 días, las 24 horas sin interrupción o bien durante 12 horas, que se realiza frente a un centro abortista. 

«Es una presencia pacífica y educativa. Aquellos que son llamados a dar testimonio en el exterior de estos lugares de muerte envían un poderoso mensaje a la comunidad sobre la trágica realidad del aborto. También sirve como una llamada al arrepentimiento a aquellos que trabajan en el centro de aborto y los que lo patrocinan» explica la página web oficial de la organización.

Desde la primera campaña coordinada de ‘40 días por la vida’ en 2007, han llegado a 1.000 ciudades en 64 países.

La resistencia

En España para contrarrestar las manifestaciones a favor de la vida, desde 2022 se modificó el Código Penal para criminalizar el accionar de los activistas creyentes, con penas de prisión de tres meses a un año o con trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 80 días. En el Reino Unido algo similar se implementó a partir de 2023. 

Sin embargo, las asociaciones religiosas han encontrado la manera de adaptarse a la nueva normativa. Con bases claras de no acercarse a las mujeres embarazadas, ni a las trabajadoras y tan solo rezar ininterrumpidamente, aseguran que la reforma del Código Penal no les afecta.  

«Todos los voluntarios que venimos aquí firmamos como un código ético en que nos dicen que nosotros estamos aquí solo para rezar, no para expresar opiniones, ni nada», declaró Mabel, una activista pro vida. «Ahora sí, si alguien se acerca y pide ayuda, claro que se la ofrecemos y les informamos», informó la cadena SER. 

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Redacción Mundo Libre
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