Activista de Hong Kong desafía el tabú chino de la masacre de Tiananmen desde el exilio en Taiwán

Fu Tong y su esposa Elaine To estuvieron entre los primeros manifestantes en Hong Kong en ser acusados de disturbios en 2020 después de que las protestas a favor de la democracia y contra la China comunista comenzaran en 2019 en la ex colonia británica.
Después de partir hacia Taiwán, Fu continuó con su activismo y ahora se prepara para conmemorar el aniversario de este año de la sangrienta represión del 4 de junio de 1989 en Beijing contra los manifestantes en la Plaza de Tiananmen y sus alrededores.
Fu ha sido coanfitrión de una exposición de derechos humanos en Hong Kong, en Taipei, que muestra obras de arte del movimiento de protesta, y dirige visitas guiadas a las exhibiciones.
«Cuando Hong Kong ya no pueda realizar las vigilias del 4 de junio, y ni siquiera pueda mencionarlo, la existencia de Taiwán se vuelve muy importante», dijo Fu, de 43 años, a Reuters en Taipei.
«Es uno de los pocos lugares en Asia donde se puede conmemorar abiertamente el accidente del 4 de junio, hablar de él e incluso condenar al Partido Comunista Chino. La existencia de un espacio así ya es enormemente significativa», afirmó.
Taiwán es la única parte del mundo de habla china donde el 4 de junio puede recordarse abiertamente, aunque las comunidades chinas en Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y otros países occidentales también lo conmemorarán.
En Hong Kong, una ley de seguridad nacional ha prohibido este tipo de eventos, que anteriormente atraían a decenas de miles de personas.
Fu dice que sigue comprometido a defender los problemas de Hong Kong y los valores de la libertad.
«Realmente siento que fui elegido para estar en esta era. Si no me atrevo a hacer cosas que parecen tontas y sin recompensa, ¿quién lo hará? Mientras pueda, estoy dispuesto a seguir adelante», indicó.
Antes del amanecer del 4 de junio de 1989, los tanques chinos entraron en la plaza de Tiananmen, aplastando semanas de manifestaciones prodemocracia por parte de estudiantes y trabajadores.
China nunca ha proporcionado el número total de muertos, pero organizaciones de derechos humanos y testigos afirman que la cifra podría ascender a miles. El debate público sobre lo sucedido es tabú en China continental.
Con información de Reuters