5.000 punteros políticos en el Conurbano: el aparato que recluta Massa para el balotaje

El uso del «padrón de los no votantes» es una estrategia comúnmente empleada por los líderes peronistas del Conurbano en tiempos de elecciones. En el caso de Sergio Massa, esta herramienta se presenta como crucial para ganar el balotaje del 19 de noviembre, especialmente dado que algunas encuestas no lo favorecen.

En la última elección, este padrón permitió a los intendentes del Conurbano sumar un millón de votos más que en las elecciones primarias, asegurándoles la reelección con más del 50% de los votos, según recoge el diario Clarín.

El procedimiento del padrón de los no votantes funciona de la siguiente manera: durante las primarias, los fiscales tachan los nombres de los votantes en el padrón electoral. Después de esta etapa, quedan registrados los nombres y direcciones de aquellos que no votaron. Con esta lista, los líderes peronistas del Conurbano identifican a los ciudadanos que no participaron en las elecciones primarias.

Este sistema implica la colaboración de alrededor de 5.000 «punteros» vinculados a los «Barones del Conurbano», estos intendentes oficialistas que mueven y financian todo el aparato. Los punteros visitan casa por casa para contactar a los no votantes. En muchos casos, estas viviendas carecen de timbre y a menudo se encuentran en áreas con calles sin asfaltar y sin servicios de cloacas.

Los «soldados» de los intendentes conversan con los ciudadanos sobre los problemas del barrio y buscan entender por qué no votaron en las primarias. Además, consultan si estarían dispuestos a respaldar al intendente con su voto en la elección final, ofreciendo ayuda para atender necesidades urgentes.

Aunque Massa ha recibido un fuerte respaldo de los líderes territoriales para superar sus resultados en las primarias, en las que quedó en tercer lugar, en su entorno existe una preocupación latente de que esta maquinaria no funcione con la misma eficacia en el balotaje frente a Javier Milei. Esto se debe a que en esta instancia no se está poniendo en juego el poder de los intendentes.

A diferencia de situaciones anteriores, donde se temía que la financiación para estas actividades se viera afectada tras cambios en el poder local como cuando saltó el caso de «Chocolate» Rigau, en esta ocasión no existe preocupación por la falta de recursos. Sin embargo, algunos expresan inquietud sobre el nivel de compromiso que puedan tener los involucrados en este proceso.