4 razones que explican el éxodo de las empresas estadounidenses de China
En un giro radical para la economía mundial, las empresas estadounidenses están acelerando su éxodo de China. Impulsadas por las crecientes tensiones geopolíticas, las incertidumbres económicas y la creciente necesidad de diversificar las cadenas de suministro, casi el 70% de las grandes empresas estadounidenses planeó reducir o reubicar sus operaciones fuera del país asiático en 2024, según un nuevo informe de Bain & Company.
En un esfuerzo por reducir los riesgos asociados a la excesiva dependencia del mercado chino, las empresas han decidido abandonar el país, lo que supone un cambio fundamental en la estrategia económica mundial, ya que reestructura las cadenas de suministro y abre nuevas oportunidades en otras regiones, como la India, América del Norte y el sudeste asiático. El éxodo también supone un marcado aumento del éxodo con respecto a hace apenas dos años.
Éxodo masivo: las cifras
Según el informe, el 69 por ciento de las empresas encuestadas planeaban reducir o abandonar por completo sus operaciones comerciales en China para 2024, en comparación con el 55 por ciento en 2022, un aumento de 14 puntos porcentuales. Todo ello antes de que el expresidente estadounidense Donald Trump ganara las elecciones del 5 de noviembre pasado.
El creciente sentimiento subraya una disminución de la confianza entre las principales empresas estadounidenses en el mercado de China, que se ha visto agobiado por las deudas , el desempleo en aumento , un sector inmobiliario en colapso y empresas locales en dificultades.
Los destinos alternativos elegidos por estas empresas son amplios y diversos, y el subcontinente indio se perfila como una de las principales opciones. Alrededor del 39 por ciento de los ejecutivos lo identificaron como la región ideal para la reubicación, dada la creciente capacidad de fabricación de la India, los costos laborales competitivos y el amplio mercado de consumo. Otros destinos fueron América del Norte (16 por ciento), el sudeste asiático (11 por ciento), Europa occidental (10 por ciento) y América Latina (8 por ciento).
Esta tendencia de “nearshoring” y “reshoring” también refleja un deseo más amplio de las empresas de mitigar los riesgos asociados con la excesiva dependencia de la mano de obra china mediante la diversificación de las cadenas de suministro más cerca de los mercados nacionales. La investigación de Bain mostró que el 81 por ciento de los ejecutivos en 2024 tenía como objetivo realinear las cadenas de suministro para reducir la dependencia, frente al 63 por ciento en 2022.
¿Por qué huyen las empresas?
- Riesgos geopolíticos y políticas estadounidenses
Bain atribuyó una de las principales razones del éxodo a las crecientes tensiones geopolíticas, junto con el aumento de los costos operativos. Políticas como la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos y la Ley CHIPS han incentivado aún más a las empresas a traer la producción de regreso a casa. Estas iniciativas, impulsadas por el actual presidente estadounidense Joe Biden, tienen como objetivo proporcionar exenciones fiscales y subsidios para industrias clave, incluidas las de energía verde y semiconductores, para promover la fabricación nacional.
Además, la administración Biden ha mantenido los aranceles impuestos durante la presidencia de Trump y ha introducido restricciones a las inversiones estadounidenses en tecnología china. Los aranceles del expresidente Trump a los productos chinos, sumados a su agenda de “Estados Unidos primero”, ya habían demostrado los riesgos de una dependencia excesiva de la base manufacturera de China. Los expertos creen que esto allanó el camino para las políticas actuales y futuras diseñadas para alentar a las empresas estadounidenses a diversificar sus operaciones.
- Inestabilidad económica y política
Los riesgos geopolíticos, incluidas las guerras comerciales, las estrictas regulaciones y las presiones inflacionarias, han sido fundamentales para las decisiones sobre la cadena de suministro, señaló Bain. Por ello, la encuesta también destacó las condiciones laborales, los factores ambientales y los riesgos de desastres, como las calamidades naturales, el terrorismo y las amenazas a la salud pública, como consideraciones clave para las empresas que optan por abandonar el mercado chino.
La pandemia de COVID-19 también sirvió como una llamada de atención para muchas empresas, al exponer las vulnerabilidades de las cadenas de suministro de una sola región. Los estrictos controles de “cero COVID” en toda China, sumados a las graves interrupciones de la cadena de suministro, subrayaron la urgencia de establecer la producción en múltiples regiones para garantizar la continuidad de la producción y la capacidad de respuesta.
- Impacto de los aranceles potenciales
Los expertos advierten que el aumento de los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos podría exacerbar aún más los problemas económicos de China. La potencia asiática ya está lidiando con varios desafíos económicos, incluido un colapso inmobiliario, deudas crecientes y una deflación localizada. Estos problemas han socavado significativamente el motor económico de China, ya que la inversión extranjera en el país ha caído durante tres años consecutivos. Solo en los primeros nueve meses de 2024, las inversiones extranjeras en China se desplomaron en la asombrosa cantidad de 13.000 millones de dólares.
Como gran exportador de bienes baratos, la economía de China depende en gran medida de los mercados globales. Pero si los países que importan esos bienes aplican cada vez más aranceles y restricciones para proteger a las industrias nacionales, esto podría crear más obstáculos y reveses para las exportaciones y la economía de China a largo plazo.
- Cambio hacia cadenas de suministro diversificadas
Por último, el informe de Bain destaca una tendencia creciente a la “subcontratación distribuida”, que combina la fabricación en el extranjero con la producción local. Esta estrategia no solo reduce los riesgos políticos y económicos, sino que también mejora la capacidad de respuesta de la cadena de suministro. Las distancias más cortas en las cadenas de suministro también significan que las empresas pueden adaptarse más rápidamente a los cambios del mercado.
Pero las empresas que abandonan China no sólo se están diversificando, sino que están “relocalizando” activamente sus operaciones. Esto implica trasladar la producción a sus países de origen o a regiones cercanas, una tendencia que se ve amplificada por incentivos económicos como subsidios y exenciones impositivas. El enfoque del gobierno estadounidense en la fabricación nacional es un factor crítico que influye en este cambio.
Mirando hacia el futuro
Bain señala que, en un contexto de cambios en la dinámica económica mundial, es poco probable que se desacelere el éxodo de empresas estadounidenses de China. La división geopolítica entre las dos naciones, sumada a los incentivos que ofrecen las políticas estadounidenses, está transformando el panorama del comercio y la manufactura a nivel mundial.
Mientras tanto, los desafíos económicos de China pueden disuadir aún más las inversiones extranjeras, obligando a Beijing a recalibrar sus estrategias para mantener su atractivo como centro manufacturero global. “El alejamiento de China no tiene que ver sólo con los costos; tiene que ver con la resiliencia, la diversificación y el posicionamiento estratégico a largo plazo en una economía global en rápida evolución”, señala el informe.