25 de abril: a 23 años de la manifestación pacífica que se usó para justificar una sangrienta persecución
Las imágenes hablan por sí mismas. Alrededor de 10.000 personas se congregaron pacíficamente en las afueras de la sede del Partido comunista chino en Beijing el 25 de abril de 1999. Sin embargo, muchos observadores chinos creen que esta apelación pacífica fue el detonante para justificar la persecución más sangrienta que se desencadenó poco tiempo después.
El motivo de la manifestación pacífica por parte de los practicantes de Falun Dafa incluía 3 solicitudes para el gobierno chino:
- Otorgar a Falun Gong el estatus legal de práctica espiritual no política.
- Permitir la publicación de los libros del fundador de Falun Gong, el señor Li Hongzhi.
- Pedir la liberación de 45 practicantes arrestados por la policía antidisturbios el día anterior en Tianjin por pedir la retractación del artículo del científico He Zuoxiu que desaconsejaba que los jóvenes practiquen la disciplina e incluía desinformación sobre la misma. Este artículo se publicó en la revista Youth Reader del Tianjin College of Education y se replicó en la estación de televisión de Beijing.
A medida que se hizo correr la voz y más practicantes de Falun Gong consultaban con la policía sobre los practicantes encarcelados, esta les dijo que llevaran su apelación a Beijing.
Al día siguiente, 25 de abril, alrededor de 10 mil practicantes se reunieron espontáneamente en la oficina central de apelaciones en Beijing, como se lo habían sugerido los policías. La reunión fue pacífica y ordenada, tal como se puede ver en las fotos. Algunos de los presentes que hoy recuerdan aquel día, dicen que no dejaron un solo papel tirado en la acera.
Según la página web Minghui.org, las autoridades llamaron a varios representantes de Falun Gong para reunirse con el premier chino, Zhu Rongji, y miembros de su personal. Esa noche, las inquietudes de los practicantes fueron atendidas, los practicantes arrestados en Tianjin fueron liberados y todos regresaron a su casa.
Todo parecía haberse solucionado. Sin embargo, lo que no sabían los inocentes seguidores de Falun Gong es que fueron engañados y que en realidad se trató de una emboscada. La apelación que los mismos policías les instruyeron, fue el disparador para justificar una feroz persecución a la disciplina espiritual basada en Verdad, Benevolencia y Tolerancia, que en aquel momento practicaban aproximadamente 100 millones de personas, según datos relevados por el mismo gobierno.
De acuerdo con varias fuentes dentro del régimen chino, en los meses siguientes a la manifestación del 25 de abril, tuvo lugar una feroz lucha política dentro de los niveles más altos del Partido comunista chino (PCCh).
Es algo bastante común dentro del partido la lucha de facciones y la puja de poder a la que siguen purgas o las llamadas “campañas anticorrupción”, que terminan en el arresto o ejecución de funcionarios.
Mientras que algunos miembros del Politburó no veían una amenaza alguna en la disciplina espiritual, que incluso trajo muchos beneficios a la salud y a la moral, y redujo los costes de salud públicos, el entonces líder del PCCh, Jiang Zemin, no pensaba lo mismo y pidió “aplastar” a Falun Gong.
En julio, Jiang ordenó formalmente la represión a Falun Gong. Entonces, la manifestación del 25 de abril fue re-categorizada, no como una apelación pacífica como lo fue, ni como una manifestación que fue el resultado de las indicaciones de funcionarios de Tianjin, sino como un “asedio” al recinto del gobierno central y una clara “evidencia” de cómo Falun Gong es una amenaza.
La tergiversación del 25 de abril como “asedio” al recinto del gobierno central causó un importante malentendido hacia Falun Gong, tanto dentro como fuera de China e instaló el falso concepto de que Falun Gong está en contra del PCCh y que quiere derrocarlo.
De este modo, en vez de ver la persecución del PCCh como una represión violenta contra una minoría religiosa, se generó la idea de que Falun Gong y el PCCh estaban “luchando por el poder”.
Además, algunos estudiosos de China en Occidente creyeron que Falun Gong se trajo a sí mismo la persecución al “desafiar” al gobierno aquél 25 de abril.
Testimonio
Shanzhou, un practicante de Falun Dafa que participó el 25 de abril en la apelación, dijo que esta le ayudó a ver al PCCh por lo que es.
“Fui allí por mi cuenta, en mi bicicleta, y vi a mucha gente cuando estaba a un kilómetro de la calle Fuyou, donde se encuentra la Oficina de Apelación del Consejo de Estado”, relató el practicante.
“La gente se alineó a lo largo de la calle de forma muy ordenada, evitando las principales vías de tráfico. La atmósfera fue pacífica y tranquila durante todo el día. Muchos practicantes se mantuvieron parados allí y leyeron Zhuan Falun, el texto principal de Falun Gong”, agregó.
También relató también que había oficiales de policía cerca, mirando ociosamente y charlando entre ellos, mientras se mostraban impresionados por la pacífica integridad y autocontrol de los practicantes de Falun Gong. Incluso algunos comenzaron a aprender los ejercicios y más adelante se convirtieron en genuinos practicantes de Falun Gong.
“Conocí a un compañero practicante años después mientras estaba encarcelado en un campo de trabajos forzados. Era uno de los oficiales de policía desplegados para vigilar a los practicantes ese día”, explicó en su relato.
Luego comentó que por la noche, llegó la noticia de que el entonces primer ministro se había reunido con algunos representantes de los practicantes y había accedido a examinar las apelaciones, y que los practicantes detenidos ilegalmente en Tianjin serían liberados.
Al oír esto, los manifestantes comenzaron a retirarse ordenadamente.
“Los practicantes recogieron cada pedazo de basura en el suelo, incluyendo colillas de cigarrillos dejadas por la policía”, comentó el practicante del relato.
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¿Por qué se habla de una persecución sangrienta?
Una considerable cantidad de evidencia nos revela una terrible historia de mutilación y asesinatos en China, demasiado horrenda para ser verdad.
Informes de testigos y médicos chinos revelan que miles de practicantes de Falun Gong han sido asesinados por sus órganos, los cuales son vendidos y trasplantados a precios exorbitantes en el comercio de trasplantes.
Los perpetradores son los funcionarios del partido comunista chino, que actúan en colaboración de cirujanos, autoridades de las prisiones y oficiales del ejército.
Las víctimas son retenidas en campos de concentración antes de que les sustraigan sus órganos, y luego sus cuerpos son cremados inmediatamente.
Según el Tribunal de China, un tribunal independiente con sede en el Reino Unido creado para investigar la práctica de la sustracción forzada de órganos en China, ha concluido que alrededor de 1,5 millones de personas encarceladas han sido atacadas y asesinadas por sus órganos, principalmente durante las últimas dos décadas.
Los resultados ponen de manifiesto un inquietante comercio de trasplantes cuyo valor se estima en 1.000 millones de dólares al año. El régimen autoritario sostiene que los órganos extraídos no proceden de presos de conciencia encarcelados, sino de «órganos donados» por voluntarios.
El 4 de noviembre de 2021 funcionarios del PCCh publicaron en un sitio web chino la venta de órganos humanos, enumerando el desglose de tarifas y precios por la disponibilidad de dichos órganos.
El sitio web también incluía un cuadro con un desglose detallado del costo de cada órgano, lo que arroja luz inadvertidamente sobre la inquietante realidad de que los órganos humanos se pueden obtener y comprar fácilmente en China.
En un comunicado emitido por el Tribunal de China e informado en las noticias de NBC, el tribunal dijo que muchos de los afectados eran practicantes de Falun Gong.
El tribunal agregó que también era posible que los musulmanes uigures de Xinjiang, un grupo étnico minoritario que actualmente están detenidos en un gran número en los campos de concentración en el oeste de China, también fueran atacados y asesinados por sus órganos.
En 2006, el recientemente fallecido David Kilgour publicó el informe “Cosecha sangrienta”, junto con el abogado de derechos humanos David Matas. Esta investigación reunió suficiente evidencia para comprobar la sustracción forzada de órganos por parte del régimen chino de prisioneros de conciencia vivos de Falun Dafa.
Nota del Editor:
Falun Dafa -también conocida como Falun Gong- es una disciplina de la Escuela Buda basada en los tres principios universales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia que elevan el estándar moral. Además consta de 4 ejercicios suaves y una meditación que mejoran el estado físico y se practican libremente en los parques de más de 100 países.
En 1999 comenzó una campaña de difamación y persecución hacia la disciplina iniciada por el excabecilla del régimen comunista chino Jiang Zemin. La persecución se extiende hasta hoy, ya que la facción de Jiang aún mantiene bajo su control el aparato represivo de China.
Primero se prohibió la práctica de los ejercicios en los parques y luego -utilizando todo el aparato de comunicación estatal- se denigró a Falun Gong y se comenzó con los arrestos masivos. Aún así, los practicantes arriesgan su vida cada día haciendo pancartas de aclaración de la verdad y saliendo a colocarlas en las calles o en los buzones de los domicilios. Algunos también salen a hablar cara a cara con la gente o a través de llamadas telefónicas.
Luego de más de 20 años de persecución, cada vez más personas en China lograron comprender la verdad, gracias al esfuerzo de los practicantes tanto dentro como fuera de China continental.