25 años de Putin en el poder: la visión del líder del partido liberal ruso «Yabloko»

El 26 de marzo de 2025 se cumplen 25 años desde que Vladimir Putin asumió por primera vez la presidencia de Rusia, tras ser elegido en 2000 luego de desempeñarse como presidente interino desde el 31 de diciembre de 1999, cuando Boris Yeltsin renunció. En este cuarto de siglo, Putin ha consolidado su poder como presidente o primer ministro, marcando una era de estabilidad para unos y autoritarismo para otros.
Grigory Yavlinsky, líder del partido liberal ruso Yabloko y quien lo conoció en los años 90 como asesor de Anatoly Sobchak en San Petersburgo, ofreció una mirada crítica sobre el mandatario en una entrevista con Reuters el 11 de marzo en Moscú.
Yavlinsky, quien compitió contra Putin en las elecciones presidenciales de 2000 quedando tercero, describió al líder ruso como un hombre que, desde sus inicios, mostró una mentalidad clara. “Cuando fue elegido primer ministro, todo quedó más o menos claro sobre su mentalidad y sus planes”, afirmó en la entrevista.
Para este político veterano, la visión de Putin se cristalizó con el tiempo: el colapso de la Unión Soviética, ocurrido el 26 de diciembre de 1991, fue para él “una tragedia enorme”, un “síndrome de Versalles” que moldeó su rechazo a perder influencia geopolítica, como en el caso del Mar Negro si Ucrania o Georgia ingresaran a la OTAN.
En sus primeros años, Putin buscó tender puentes con Occidente. Yavlinsky reveló que el 5 de febrero de 2001, durante una visita a Moscú de George Robertson, entonces secretario general de la OTAN, Putin propuso un sistema de defensa antimisiles conjunto entre Rusia y Europa. “Era oficial, se puede consultar en las noticias”, afirmó el líder de Yabloko.
Sin embargo, la falta de respuesta de Occidente marcó un punto de inflexión. El 10 de febrero de 2007, en su célebre “Discurso de Múnich”, Putin resumió su desencanto tras años de intentos fallidos por encontrar un “lenguaje común”, según Yavlinsky.
El conflicto en Ucrania, iniciado el 24 de febrero de 2022 con la “operación militar especial” anunciada por Putin para “proteger a las personas” del Donbás, es visto por Yavlinsky como una “tragedia horrible”.
En la entrevista, calificó el enfrentamiento como el resultado de “una profunda incomprensión y un fracaso catastrófico de la diplomacia mundial”. Aunque cree que pudo evitarse, lamentó que ahora “ya es cosa del pasado”, mientras Rusia y Estados Unidos negocian en estos momentos un alto el fuego.

Putin, a sus 72 años, ha evolucionado de aquel asesor comunicativo en San Petersburgo a un “negociador muy serio”, según describe el dirigente socioliberal.
“Negocia con mucha profundidad, seriedad y conocimiento”, destacó el opositor, refiriéndose a las tratativas actuales con Washington. Sin embargo, subrayó que el Putin de 2025 opera con “formas de interacción totalmente diferentes” a las de 2000, cuando aún buscaba diálogo con Occidente. Su desconfianza inicial hacia este bloque, que Yavlinsky percibió en conversaciones entre 1999 y 2000, se ha solidificado con el tiempo.
La figura de Putin resuena como un baluarte contra la expansión de la OTAN, que en 2008 prometió integrar a Ucrania y Georgia, algo que él rechazó tajantemente. “Si Ucrania y Georgia fueran miembros de la OTAN, Rusia perdería el Mar Negro”, explicó Yavlinsky, reflejando la lógica geopolítica del Kremlin. El 16 de junio de 2001, en Kranj, Eslovenia, Putin se reunió con George W. Bush, quien defendía esa expansión, evidenciando las tensiones que culminarían años después en Ucrania.
Dentro de Rusia, los desafíos no son menores. El líder de Yábloko advirtió sobre “un sistema político unipersonal” que podría agravarse con el regreso de combatientes tras la guerra, sumado a tensiones étnicas y con la población musulmana, que representa cerca del 15% de los 144 millones de habitantes según el censo de 2021. “Todos estos son desafíos muy serios para Rusia a mediano plazo”, afirmó, señalando un polvorín interno que Putin deberá manejar.
En el ámbito internacional, el dirigente de la formación de tendencia humanista y ecologista ve un panorama incierto. “Graves crisis en Europa y cambios importantes en Estados Unidos” se combinan con el “factor China”, un aliado clave de Rusia que en 2024 exportó bienes por valor de 111 mil millones de dólares a Moscú, según datos oficiales.
Para Yavlinsky, la élite política global no comprende la magnitud de estos problemas, un “peligro” que compara con los desencadenantes de la Primera Guerra Mundial en 1914.
El 12 de marzo, Putin, vestido con uniforme militar, se reunió con comandantes en Kursk, cerca de la frontera ucraniana, mostrando su enfoque en el conflicto. Yavlinsky insistió en que un alto el fuego es “la única vía posible” antes de negociar, rechazando la idea de dialogar bajo fuego: “No funciona así”.
Veinticinco años después de su ascenso, Putin sigue siendo una figura polarizante. Para Yavlinsky, quien se postuló sin éxito varias veces a la presidencia de su país, su transformación refleja tanto una búsqueda inicial de cooperación como una firmeza posterior ante lo que percibe como amenazas.
Mientras tanto, el mundo observa hoy si las negociaciones en curso entre Moscú y Washington, tras los encuentros en Riad, traerán una pausa en la guerra en Ucrania, un conflicto que ha redefinido las relaciones entre Rusia y Occidente.