10 hábitos cotidianos que dañan los riñones

¿Consultas tu teléfono mientras comes, viertes sopa caliente en recipientes de plástico, recalientas las sobras en el microondas o disfrutas de perfumes y geles de ducha perfumados?

Estos hábitos aparentemente inofensivos podrían estar sometiendo silenciosamente a tus riñones a un “estrés por plastificantes”.

El nefrólogo taiwanés Dr. Hung Yung-Hsiang advirtió recientemente en redes sociales que los plastificantes —sustancias químicas utilizadas para hacer que los plásticos sean suaves y flexibles— conllevan riesgos ocultos para la salud. El tipo más común, los ftalatos, son disruptores endocrinos que interfieren con el sistema hormonal del cuerpo. No solo se encuentran en productos plásticos, sino que también pueden contaminar alimentos, aire y polvo doméstico, ingresando al organismo por ingestión, inhalación o contacto con la piel.

La exposición crónica a bajos niveles de ftalatos se ha relacionado con trastornos metabólicos, desequilibrios hormonales, problemas reproductivos e incluso cáncer de mama y de endometrio. En los últimos años, la creciente evidencia ha demostrado una fuerte asociación entre la exposición a ftalatos y el deterioro de la función renal, incluyendo proteinuria y disminución de la tasa de filtración glomerular.

Investigaciones de la Universidad Médica de Taipei y los Institutos Nacionales de Investigación en Salud de Taiwán hallaron que los niveles de plastificantes entre los residentes taiwaneses son entre dos y siete veces mayores que en las poblaciones occidentales, probablemente debido a un contacto más frecuente con materiales plásticos. Otro estudio de 2022, dirigido por Zhongyuan Wang, demostró que las personas con mayores concentraciones de metabolitos de ftalatos en la orina tendían a presentar una menor función renal y niveles más altos de proteínas. Asimismo, Pınar Erkekoglu y sus colegas informaron que los ftalatos pueden desencadenar inflamación y envejecimiento celular, lo que finalmente conduce a la fibrosis y endurecimiento del tejido renal.

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Estos hallazgos sirven de advertencia: los peligros de los plastificantes no son solo ambientales, sino que están estrechamente ligados a nuestra salud personal.

El Dr. Hung elaboró ​​una lista de diez «trampas de plastificantes» cotidianas que la mayoría de la gente pasa por alto. ¿Cuántas de ellas te resultan familiares?

1. Usar el teléfono mientras comes

Muchas fundas y protectores de pantalla económicos para teléfonos, especialmente los de hidrogel blando, pueden contener plastificantes. Cuando un teléfono se calienta tras un uso prolongado, es más probable que estas sustancias químicas se filtren. Si tocas el teléfono mientras comes, los residuos de tus dedos pueden terminar fácilmente en la comida.

Consejo: Lávate las manos antes de comer y evita usar el móvil mientras comes. Elige accesorios libres de ftalatos o certificados según las normas RoHS de la UE o SGS.

2. Mal uso de recipientes para microondas y papel film.

Las altas temperaturas provocan que los plastificantes se filtren en los alimentos, especialmente en platos grasos o ácidos que los absorben con mayor facilidad. Los recipientes de plástico, los utensilios de melamina y cualquier artículo con bordes metálicos no son aptos para calentar en el microondas.

Consejo: Utilice recipientes de vidrio o cerámica resistentes al calor. Deje que la comida caliente se enfríe un poco antes de cubrirla con film transparente. Para comidas preparadas para microondas, transfiera el contenido a un recipiente apto para microondas antes de recalentarlo.

3. Consumir frecuentemente bebidas calientes o ácidas para llevar.

Los vasos de plástico, las películas de sellado y las pajitas pueden liberar plastificantes cuando se utilizan con bebidas calientes o ácidas.

Consejo: Reduce el consumo de té de burbujas y otras bebidas calientes servidas en vasos de plástico. Lleva un termo de acero inoxidable o vidrio y evita dejar las bebidas en recipientes de plástico durante mucho tiempo.

4. Guardar sopa caliente o comida para llevar en bolsas de plástico

Verter la sopa hirviendo directamente en bolsas de plástico permite que los plastificantes se filtren, una práctica común en algunas partes de Asia, especialmente en Taiwán.

Consejo: Utilice recipientes de acero inoxidable, vidrio o cerámica para la comida caliente y reduzca al mínimo el uso de bolsas de plástico para la comida para llevar.

5. Llenar botellas de agua fría con agua caliente o té

La mayoría de las botellas deportivas o para agua fría están diseñadas solo para líquidos fríos. Usarlas para bebidas calientes o ácidas acelera la liberación de plastificantes.

Consejo: Utilice botellas distintas para bebidas frías y calientes. Para bebidas calientes, elija botellas de vidrio resistente al calor o de acero inoxidable, y reemplace las botellas de plástico desgastadas con regularidad.

6. Consumir frecuentemente comida frita para llevar

Los plastificantes son lipofílicos; es decir, se disuelven fácilmente en aceites. La fritura a altas temperaturas, combinada con envases de plástico baratos, puede aumentar su liberación. Los estudios demuestran que los alimentos grasos almacenados en recipientes de plástico liberan significativamente más plastificantes que las sopas en envases similares.

Consejo: Reduzca el consumo de comida rápida con alto contenido en grasas, evite envolver los alimentos fritos en papel film y utilice recipientes de cerámica o vidrio siempre que sea posible.

7. Jugar con pelotas antiestrés, plastilina o slime.

Muchos juguetes antiestrés están fabricados con materiales de PVC o gel que pueden contener plastificantes o fragancias sintéticas de baja calidad.

Consejo: Elija productos certificados, limite el contacto prolongado, lávese las manos después y manténgalos alejados de la boca y la nariz.

8. Utilizar productos de baño y corporales con fragancias fuertes.

En ocasiones, se añaden plastificantes como fijadores en perfumes, champús, geles de ducha y desodorantes para que los aromas duren más tiempo; sin embargo, también pueden ser absorbidos por la piel.

Consejo: Elija productos sin perfume o con listas de ingredientes sencillas. Las personas con problemas renales, las mujeres embarazadas y los niños deben tener especial cuidado.

9. Morder las tapas de los bolígrafos o las gomas de borrar

Muchas personas tienen la costumbre de morder los tapones de los bolígrafos o las gomas de borrar hechas de PVC que contienen plastificantes para mantener su flexibilidad.

Consejo: Evite morder artículos de papelería de plástico, especialmente las variedades blandas o perfumadas.

10. Comer sobre manteles de plástico

Durante los picnics o las comidas de los niños, los manteles individuales de plástico pueden transferir plastificantes a través del contacto con los alimentos.

Consejo: Utilice manteles individuales etiquetados como libres de ftalatos o fabricados con materiales naturales, evite comer directamente sobre ellos y lávese las manos después.

Tres hábitos para proteger los riñones y reducir la exposición a plastificantes

El peligro de los plastificantes no reside en la intoxicación aguda, sino en la acumulación lenta y a largo plazo.
El Dr. Hung Yung-Hsiang recuerda a los lectores que pequeños cambios en el estilo de vida pueden marcar una gran diferencia en la protección de la salud renal.

  1. Lávate las manos con frecuencia:

Un estudio de la Universidad Médica de Kaohsiung en Taiwán descubrió que lavarse las manos correctamente con jabón puede eliminar hasta el 95 por ciento de los residuos de plastificantes.

  1. Bebe mucha agua y suda con regularidad:

Consumir entre un 3 y un 4 por ciento del peso corporal en agua cada día y realizar ejercicio moderado ayuda al cuerpo a metabolizar y eliminar toxinas.

  1. Coma más frutas y verduras:

Una colorida variedad de productos agrícolas aporta fitoquímicos y antioxidantes que ayudan a contrarrestar la inflamación y el estrés oxidativo causados ​​por los plastificantes.

El Dr. Hung destaca que evitar estas diez “trampas de plastificantes” diarias es una estrategia a largo plazo para la protección renal.

Los plastificantes actúan como contaminantes silenciosos: no causan enfermedades de inmediato, pero deterioran gradualmente la salud con el tiempo.

Decisiones sencillas —como evitar tomar una bebida caliente en un vaso de plástico, no tomar un plato de sopa en una bolsa de plástico o lavarse las manos una vez más— pueden ser pequeñas inversiones para la salud renal.

(Fragmento extraído con permiso de la página de Facebook del Dr. Hung Yung-Hsiang).

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Redacción Mundo Libre
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